En la semana en que la cifra de personas asesinadas en Gaza superó las 38 mil (la gran mayoría mujeres y niños), Israel aprobó la mayor confiscación de tierras en más de tres décadas en la Cisjordania ocupada, el otro territorio palestino.

Según la denuncia presentada por el grupo Peace Now —una ONG israelí que documenta la expansión de los asentamientos ilegales en Palestina—, se trata de unas 1.270 hectáreas en el valle del Jordán, en el este de la Ribera Occidental, que el gobierno de Benjamin Netanyahu declaró como “tierras estatales”, lo que implicará la construcción de 5.295 viviendas en decenas nuevos asentamientos.

La decisión “acentúa la anexión que se está llevando a cabo en Cisjordania y conducirá a un daño irreversible. Está claro que el objetivo principal del gobierno es desmantelar cualquier posibilidad de una solución política entre israelíes y palestinos”, denunció Peace Now, advirtiendo que será la mayor apropiación de tierras desde los acuerdos de Oslo de 1993.

Según la agencia AJN Noticias, sólo en 2024 Israel declaró como estatales unos 23,6 kilómetros cuadrados siendo, por lejos, el año de mayor incautaciones de tierras en territorio palestino.

Este avance territorial se da en un contexto de recrudecimiento de la violencia de los colonos israelíes. Según la ONU, sólo este año ya hubo 27 ataques contra aldeas palestinas y al menos 556 palestinos fueron asesinados en Cisjordania desde el inicio de la ofensiva israelí en Gaza tras el ataque de Hamas el 7 de octubre pasado.

También son recurrentes los ataques de colonos israelíes a sedes de la ONU y a camiones con ayuda humanitaria para Gaza, que sufre una catástrofe humanitaria y un riesgo de hambruna.

Estas acciones son respaldadas por líderes del gobierno de extrema derecha israelí, como el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir que propuso repoblar la devastada franja con asentamientos israelíes o el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, quien admitió: “Seguiremos desarrollando el colonialismo. La misión de mi vida es frustrar cualquier posibilidad de establecer un Estado palestino”.

La noticia provocó una nueva ola de repudios a nivel internacional. El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, aseguró que el anuncio de nuevos asentamientos “constituye una grave violación del Derecho Internacional”. Además, señaló que “la UE condena firmemente las continuas políticas de desposesión aplicadas en la Cisjordania ocupada por el Gobierno israelí. Los esfuerzos en curso encaminados a establecer asentamientos y que corren el riesgo de conducir a una anexión de facto deben cesar”.

Por su parte, el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, expresó que se trata de “un paso en la dirección incorrecta que socava los esfuerzos para lograr la paz a través de la solución de dos Estados”. Mientras que la relatora de la ONU Francesca Albanese recordó que “la anexión de los territorios palestinos está absolutamente prohibida por la ley internacional”

Crónica de una ocupación

Después de la llamada “Guerra de los seis días” de 1967, Israel ocupó ilegalmente los territorios palestinos de la Franja de Gaza, Cisjordania y la parte oriental de Jerusalén, ciudad sagrada y con una carga simbólica.

Luego la ONU lanzó la Resolución 242, que exige a Israel retirarse de los territorios ocupados y volver a las fronteras anteriores a esa guerra. Dicha resolución, renovada año a año e incumplida sistemáticamente por Israel, es una pieza clave para entender un conflicto que lleva más de siete décadas.

Cisjordania es un territorio en la ribera occidental del río Jordán, que limita con Israel en el norte, oeste y sur, y con Jordania en el este. Desde 1967, la ocupación israelí se sigue extendiendo cada año con la construcción de nuevos asentamientos que atomizan el territorio palestino.

A pesar de que violan el derecho internacional humanitario y Naciones Unidas los considera ilegales, todos los gobiernos israelíes los han ampliado: en 1999 habia unos 166 mil colonos judíos y hoy ya superan los 500 mil.

En Cisjordania viven también más de tres millones de palestinos. Lo hacen bajo un régimen militar israelí y un sistema colonial de apartheid, con 750 puestos de control y una red de muros que rodean las ciudades y poblados palestinos convirtiéndolos en verdaderos guetos. Israel ejerce el control de los recursos naturales, los servicios, las rutas y las fronteras, mientras que la Autoridad Palestina sólo administra el 40% del territorio.

Este domingo se cumplen nueve meses del ataque de Hamas y el inicio de la última ofensiva militar israelí en Gaza. Y mientras el gobierno de Netanyahu parece no estar dispuesto a ponerle un freno al genocidio en curso, tampoco muestra señales de aminorar la expansión colonialista en Cisjordania (más bien todo lo contrario), perpretando así una ocupación ilegal que es la que impide de facto la creación del Estado palestino asignado por Naciones Unidas y de enorme consenso mundial.

EE UU, el principal aliado (siempre)

Invitado por los líderes republicanos y demócratas del Senado y la Cámara de Representantes, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dará un discurso el 24 de julio en una sesión conjunta de ambas cámaras del Congreso estadounidense para hablar sobre “la defensa de la democracia y el combate al terrorismo”.

En la carta de invitación, le proponen a Netanyahu que exponga sobre “cómo establecer una paz justa y duradera en la región”. Y no disimulan el espaldarazo de ambos partidos a sus políticas: “Nos unimos al Estado de Israel en su lucha contra el terror”.

Según su oficina, Netanyahu será el primer mandatario extranjero en dirigirse a ambas cámaras del Congreso estadounidense por cuarta vez.

El convite bipartidista se da luego de grandes manifestaciones en EE UU en rechazo al genocidio en Gaza, que incluyeron decenas campamentos en universidades, y en medio de fuertes críticas al Ejecutivo estadounidense por su apoyo incondicional a Israel.

En la visita de Netanyahu a Washington también está prevista una reunión con Joe Biden. Si bien desde la Casa Blanca hubo alguna que otra declaración pidiendo suavizar la carnicería en Gaza y promoviendo algún tipo de tregua, en lo concreto ha mantenido un firme apoyo a Israel bloqueando todas las resoluciones en Naciones Unidas y continuando con el suministro de armamento.