“¿Es un chiste?”, se preguntó Débora Bosco, de Fundación Solidaridad Cáncer (Fusoca) cuando leyó el comunicado del Ministerio de Salud de la Nación que afirma que “esta administración nunca dejó ni dejará de entregar medicamentos oncológicos”. Lleva años acompañando a pacientes y familias que se enfrentan a un cáncer, y en los últimos meses recibe cientos de pedidos desesperados por tratamientos interrumpidos y demoras en las entregas por parte del Estado. Pero la cartera que conduce Mario Russo dice que no es cierto.
“Ante las reiteradas operaciones de prensa y con el objetivo de llevar tranquilidad a la población, el Ministerio de Salud destaca que la oficina de entrega de medicamentos oncológicos de la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (Dadse) no cerró ni cerrará durante esta administración”, comienza el comunicado, difundido a última hora del lunes.
“En los últimos diez días solamente, desde el Ministerio de Salud se avanzó en resolver 120 pedidos identificados como los más urgentes en base a criterios de auditoría médica”. Es decir, “se avanzó” en sólo doce casos por día, en un área donde llegan casos graves, con medicamentos costosos y difíciles, tras atravesar sin éxito instancias previas para conseguirlos. Para tener una referencia, en 2023 la Dadse dispuso 22.500 entregas de medicamentos y 6.170 subsidios para insumos y remedios de alto costo, mientras por sus oficinas pasaron unas 200 personas por día para solicitar asistencia, de acuerdo a datos provistos por Ingrid Manfred, secretaria general del sindicato Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en el Ministerio de Desarrollo Social, a El Diario.Ar.
El cáncer no espera
A fines de enero, organizaciones como Fusoca y Cero Blastos ya advertían sobre la gravedad de la situación. El cierre temporario de la Dadse –que luego reabrió y fue traspasada de Capital Humano a Salud- incrementó las preocupaciones de quienes ya llevaban semanas reclamando. A mediados de febrero, el problema continuaba: “Los pacientes siguen reclamando porque no les están entregando el tratamiento. Estamos en comunicación todas las instituciones y seguimos con el mismo inconveniente”, decía por entonces Bosco a Tiempo.
En los últimos días, varios medios se hicieron eco de casos puntuales. Historias con nombre y apellido que dieron a conocer su diagnóstico, mostraron sus recetas médicas y los costos de la medicación que esperaban sin tiempo de más. Incluso se supo de dos muertes en esta espera sin soluciones: Aldo Javier Pinto tenía 45 años, era salteño y padecía cáncer. Murió esperando la medicación por parte de Nación. Camila Giménez tenía 25 años y era de Villa María, provincia de Córdoba. Su oncólogo le consiguió la medicación que el Estado nacional no le daba, pero falleció.
María Celeste Quintana es una de las pacientes que lleva semanas visibilizando el reclamo de quienes aguardan medicación. Ella tiene linfoma de Hodgkin, una enfermedad crónica para la que necesita medicación de por vida. No la está recibiendo.
“¡Seguimos sin tener respuestas concretas a nuestros reclamos de medicación! Ya pasaron más de tres meses y la medicación no está o nos dicen que hay que esperar. Lo que no saben es que el cáncer no espera y esta situación no puede seguir así. ¿Qué más tenemos que hacer para que nos escuchen, para que respeten nuestro derecho a la salud?”, escribió hace una semana en su cuenta de Instagram.
Horas atrás, luego de la difusión del comunicado, volvió a escribir: “Desde que asumió el nuevo gobierno dejaron de entregar la medicación para pacientes que no cuentan con obra social o prepaga y que padecen cáncer y otras enfermedades. Es un acto criminal que se viene denunciando por varias vías y por el momento no hay ninguna respuesta por parte del Estado”.
Con nombre y apellido
Desde que comenzaron a denunciarse las demoras e interrupciones en los tratamientos que el Gobierno dice que no son tales, múltiples pacientes exhibieron sus historias en los medios y en redes sociales. En muchos casos, dieron con la medicación que necesitaban mediante redes de donación, sin respuesta estatal.
Romina Gallo, por caso, contó a este medio que empezó quimioterapia por cáncer de mama en octubre pasado. Recibió el tratamiento sin problemas en un principio, pero en diciembre comenzó a lidiar con las demoras. Tras mucho reclamo, la provincia de Córdoba le entregó la medicación correspondiente. Nación, en cambio, no. Se manejó con donaciones mientras reforzaba los pedidos. El periodista Ari Lijalad identificó y difundió más de una decena de casos en situación semejante.
Incluso entre las respuestas al comunicado difundido por Salud que afirma que “nunca dejó ni dejará de entregar medicamentos oncológicos” pueden hallarse casos puntuales con pedidos desesperados. “A mi sobrino no le están entregando la medicación, el mes pasado me endeudé por $400.000 en medicación, si no la toma corre riesgo su vida, espero se resuelva pronto”, escribió una usuaria en Instagram. “Mi hijo tiene leucemia y no recibe la medicación, es una barbaridad juegan con la gente. Inoperantes”, contestó otra mujer en X.
Cabe recordar que semanas atrás la propia ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, confirmó la interrupción en la entrega de medicamentos oncológicos al dar una justificación. Dijo que el parate se debía a que “eran comprados de manera irregular”. Si ese es el argumento que justifica resolver solo doce casos por día y negar el problema, hay demasiados pacientes en peligro.