La máquina del tiempo existe. No es un DeLorean ni la maneja el Doc Brown ni Marty Mc Fly. No es un hechizo, tampoco se trata de una pócima magia ni nada fuera de este mundo. No hay fantasía literaria. El secreto lo poseen unos pocos. Tal vez Emanuel Ginóbili sea uno de ellos. Sino, ¿cómo es que a los 40 años se mantiene con un gran protagonismo dentro de la elite del básquet mundial como si fuera un novato?
En su decimosexta temporada con San Antonio Spurs en la NBA, el bahiense volvió a reinventarse y a adaptar su juego, entender su rol dentro y fuera de la cancha para colaborar en cada rubro. Para colmo, tuvo que ponerse al frente del equipo debido a las ausencias por lesiones de Tony Parker y Kawhi Leonard (ambos volvieron hace una semana) y ya cerró juegos con triples sobre la chicharra, la volcó por encima de hombres a los que le lleva más de 15 años y reparte indicaciones para sus compañeros. Los Spurs hoy están terceros en la Conferencia Oeste de la mano de este obsesivo del básquet. Y #ElPibeDe40 sigue vigente en la NBA.
Oscar «Huevo» Sánchez lo conoce desde chico. El DT tiene la confianza de la familia. Tal es así que lo llevó a debutar en la Liga Nacional: lo sacó de Bahía Blanca con 17 años para que juegue en Andino de La Rioja, pese al enojo de mamá Raquel. Y lo hizo debutar un 21 de septiembre de 1995 frente al poderoso Peñarol de Mar del Plata.
El momento actual de Manu lo hablamos mucho hace unos días con Yuyo, su padre. Mirá que yo le sugerí el retiro antes de esta temporada. Con 40 años no se puede competir con pibes de 25 y el año pasado no jugó bien, cerró bien, que es algo diferente. Le metió una tapa a James Harden en playoffs y cerró un partido. Hace siempre algo distinto, como atrapar un murciélago con la mano, meter un par de caños. Manu es una referencia, él es San Antonio Spurs, él y Pop (el entrenador Gregg Popovich) lo son desde que se fue Tim Duncan como sustento de la franquicia, explica el entrenador que también tiene una relación especial con el equipo de Texas.
Manu parece un hombre muy en paz consigo mismo, no solo con una pelota en la mano sino en su vida. Ojo, él es tan competitivo y tiene la misma motivación para ganar que siempre, eh. Pero su sentido de la perspectiva ha crecido a través de los años y parece estar disfrutando del viaje y tratando de empaparse y disfrutar cada segundo de los últimos años de su gran carrera», sostiene Tom Orsborn, periodista del diario San Antonio Express News que hace 16 años sigue a los Spurs en cada partido de la NBA, desde que Manu llegó a la ciudad del suroeste estadounidense. Orsborn vive el día a día del plantel y también conoce al bahiense.
«También está claro que disfruta de su papel como mentor de jugadores más jóvenes -agrega el periodista-, tanto dentro como fuera de la cancha. Pero, al mismo tiempo, tiene cuidado de no sobrepasar sus límites. Recientemente me dijo que aprendió mucho sobre el liderazgo de Tim Duncan y está tratando de emular el enfoque silencioso, tal como lo aprendió de uno de los mejores líderes y compañeros de equipo que tuvo.
Huevo Sánchez responde con rapidez y sin dudarlo cuando se le pregunta sobre la clave de este presente de Ginóbili: Tiene un coach como Pop que lo sabe cuidar. Un día juega 25 minutos y al otro descansa, o no juega por dos partidos. Y Manu es inteligente. Toda la vida fue así, tomando decisiones sin apresurarse. Si hay algo poderoso que tiene desde joven es el cerebro, es demasiado inteligente porque sabe lo que puede hacer con la pelota, sabe lo que quiere como jugador, lo va midiendo. Entonces, las dos clave son su intelectualidad para jugar y tener al lado a Pop. Se cuida físicamente y tiene al lado a sus hijos (Dante, Luca y Nicola), y a su mujer (Many Oroño, con quien se conocen desde los 15 años). Nunca un escándalo. No es solamente un ídolo, es un deportista. Puede jugar hasta los 60.
Osrborn, por su parte, cree que el argentino con cuatro anillos de campeón puede seguir jugando más tiempo con los mejores: En general, es una alegría estar cerca de Manu. Ver cómo se comporta dentro y fuera de la cancha ha sido agradable. Es amable, servicial y genuinamente entusiasta con su deporte y su vida en general. Si su familia está junto a él, podría jugar por unos años más. Siempre dice que considerará seguir jugando mientras los Spurs lo quieran, y no veo señales de que no quieran que continúe más allá de esta temporada. Desde un punto de vista personal, me considero afortunado de cubrir a un gran atleta y persona.
¿Y después de la NBA? Sánchez lo ve ligado al deporte: Al finalizar la temporada pasada la NBA casi que lo retiró, le hicieron videos homenajes después del último partido y todo un circo. En su círculo íntimo pensaban igual. Tras las vacaciones decidió continuar y los Spurs le hicieron contrato por dos años. Está jugando de manera brillante, regulando y cuidando cada detalle. Lo veo volviendo a casa, no ahora, pero va a volver con un cargo dirigencial. Puede ser un gran secretario de Deportes, o alto dirigente de la Confederación. Es un intelectual, como lo es Luis Scola. Va a ser de mucha utilidad para el deporte argentino.
La máquina del tiempo existe y hace unos días el mismo Manu fue quien dio una pista de eso: Estamos rejuveneciendo con Tony (Parker) y Pau (Gasol). Nos mezclamos con los jóvenes y nos mantenemos sanos.
Tal vez esa sea la clave.