La tendencia es clara y está lejos de revertirse. En los últimos siete años, la cantidad de propietarios bajó cinco puntos porcentuales en la Argentina: del 67% cayó al 62%. En grandes centros urbanos como CABA los inquilinos amplían la brecha hasta duplicarlos. Las personas entre los 30 y 45 años son las más perjudicadas.

Los datos oficiales fueron expuestos por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), a través de la flamante plataforma interactiva VivienDATA, que toma números de bases como la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). De allí surge que el 18% de las personas de todo el país viven en casas que alquilan. En quienes tienen entre 30 y 45 años, la cifra trepa al 25%. En la Capital el fenómeno es abrumador: la población inquilina en ese mismo grupo etario representa el 52%.

Un país con cada vez menos hogares propios. Desde ACIJ lo atribuyen al «encarecimiento del suelo urbano y la escasez de crédito hipotecario». Desde el primer trimestre de 2017, al mismo período de 2024, las principales ciudades del país registraron un aumento significativo de hogares inquilinos: en CABA se incrementó del 31 al 36%; en el Gran Mendoza del 19 al 25%; en el Gran Córdoba del 22 al 26%; y en Ushuaia-Río Grande del 28 al 34 por ciento.

“La baja de la tasa de propietarios y el aumento de la tasa de inquilinos se da en momentos de crisis económica y de crecimiento económico. En cualquiera de los dos momentos de la economía argentina sucede exactamente lo mismo desde el año 2000 –expone Gervasio Muñoz, de Inquilinos Agrupados–. Si calculamos lo que fue el proceso 2003-2015, sobre todo a partir de 2007-2008 con el PROCREAR, de todas formas baja la tasa de propietarios y aumenta la de inquilinos”.

Muñoz no es optimista al respecto: “esto va a seguir así mientras que el Estado no tome medidas fundamentales como desdolarizar la vivienda y controlar fuertemente la rentabilidad de las viviendas en alquiler. Esta tendencia va a seguir profundizándose. En la Ciudad de Buenos Aires en 20 años se duplicó la cantidad de inquilinos, pasó de 20 a casi el 40%”. En CABA se da la mayor paradoja: desde el 2004 hay un récord de construcción de vivienda privada (mayormente torres, algo que se extiende al conurbano, sobre todo al norte, como Vicente López) y sin embargo la tasa de propietarios bajó a niveles de 1943, previo al primer peronismo. Especulación inmobiliaria y el boom del alquiler temporario.

“Cada vez hay más viviendas y menos dueños. Hay una vivienda cada 1,9 personas –resume el dirigente social–. Aumenta la cantidad de vivienda vacía, lo que demuestra que el rol del Estado es facilitar el negocio, sin importar si eso soluciona el problema de la vivienda de los trabajadores”.

En contraste, otro de los datos que se desprende de la EPH, es que “el 16% de quienes viven en hogares alquilados en CABA están en condición de hacinamiento, más del doble que entre quienes viven en una vivienda propia (7%)”.

Con el cierre de la Secretaría de Desarrollo Territorial, Hábitat y Vivienda de Nación (ver recuadro), todo se encamina a que las provincias y municipios deban hacerse cargo. La mayoría, sin fondos para lograrlo. El director ejecutivo de Techo, Juan Maquieyra, declaró que una política de vivienda ejemplar se basa en cuatro componentes: macroeconomía ordenada e inflación baja; mercado hipotecario importante; crédito subsidiado para clase media; e inversión a sectores populares. Para el expresidente del Instituto de la Vivienda de la Ciudad, los gobiernos no avanzaron en estas políticas. Mientras, quienes pueden acceder a un crédito hipotecario, como apuesta Milei, terminó siendo una porción muy pequeña de la población.

El Estado se va, llega el narco

Esta semana, el Gobierno publicó la disolución de la Secretaría de Desarrollo Territorial, Hábitat y Vivienda que dependía de Economía. Ahora, será Obras Públicas la encargada de “gestionar” el cierre y trasladar a las provincias y municipios los programas y proyectos. Algunos ya desmantelados antes, como el PROCREAR y el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU). Eran programas claves para disminuir el hacinamiento en zonas vulnerables y proveer mayor inclusión. “La presencia estatal, comunitaria, inteligente, eficiente, cuidada y transparente, es muy importante que esté presente en Argentina –describió a Radio Con Vos Juan Maquieyra, director ejecutivo de Techo Argentina–. Si el Estado se retira de los barrios populares y si las organizaciones civiles como Techo, Cáritas o cualquier otra se van, lo que crece es el narco”.