“La memoria futura. Las voces de las abuelas” llega a su fin. El territorio habla. Son catorce hectáreas, frente al rio, en Costanera. Un sitio donde se respira otro aire que el aterrador clima de la ex-ESMA. Aquí, en el Parque de la Memoria, hay viento, árboles altísimos, césped hacia un lado y el otro, caminos de piedra, algunos carteles y un memorial: los nombres de los desaparecidos. Este es el escenario, un personaje en sí mismo, donde sucede “La memoria futura. Las voces de las abuelas”, un acontecimiento artístico que es más que un espectáculo teatral. Es, también, acción, intervención, homenaje, responso, pedido de justicia, llanto compartido. Y nada de eso sucede intempestivamente.
Eugenia Pérez Tomas y Luciana Mastromauro (también directora de esta propuesta) escribieron ocho monólogos tan breves como potentes, a partir de entrevistas que fueron realizadas oportunamente para el Archivo de la Memoria, de Abuelas de Plaza de Mayo. Si bien el espectador intuye qué podría llegar a escuchar en esos parlamentos, acaso se sorprenda cuando se tope con historias de vida tan comunes y bellas en las que irrumpió el terrorismo de Estado. Conocer o volver a las historias de Abuelas como “Kita” Fracchia, Delia Giovanola o Petrona Izaguirre es incursionar en el retrato de la inmigración, en la maternidad, en la vida íntima de diversas familias. Y luego el horror.
Debemos ser sinceros: un material como así corre grandes riesgos artísticos, como el de perderse en la intrascendencia de tantísima oferta teatral, o el de caer en la tan habitual mediocridad artística. No sucede. La potencia de las palabras de esas Abuelas, el talento literario y de dirección de Pérez Tomas y Mastromauro logra una cumbre artística de la mano de un conjunto de excepcionales intérpretes. Susana Pampín, Gaby Ferrero, María Inés Sancerni, Juliana Muras, Florencia Bergallo, Andrea Nussembaum, Frida Jazmín Vigliecca y Karina Frau ponen el cuerpo, la voz, y el compromiso todo para que algo conmovedor y revelador finalmente suceda.
«La memoria futura» en tiempos de negacionismos
En un tiempo de negacionismos y de injurias históricas a aquellas mujeres llamadas “locas” por los sectores colaboracionistas, “La memoria futura” es -como en el territorio donde sucede- un viento potente que trae, al mismo tiempo, dolor y memoria. Un sabor amargo que convive con la tibieza de que podamos reencontrar la historia y reivindicar a aquellas luchadoras, en muchos casos ya fallecidas.
Las actrices que encabezan el proyecto son, como sabemos, protagonistas de lo mejor de la escena teatral argentina. Encontrarlas atravesando el espacio abierto en absoluto silencio, tejiendo la memoria en el discurso de sus “personajes” -con una sutileza frágil y preciosa- conmueve por lo extraño y lo sublime que es gestar un hecho artístico semejante. (Y pensar que aún existen los especímenes que creen que el teatro no es un hecho político…)
La singular elección del Parque de la Memoria lleva a los espectadores a recorrer diversos puntos del amplísimo terreno, a través de dos historias que, al azar, serán distintas de las que presencien otros tres grupos de espectadores. Se camina, se atraviesa el espacio, como las mismísimas Abuelas.
Las actrices elevan la voz frente al rio, como un símbolo impetuoso. Elevan la voz ante el viento, ante los aviones que pasan cerca, y relatan -como un mantra- aquello que fue de otras mujeres, y es de todos. No hace falta decir que la conmoción con la que se sale del Parque es enorme, y muy difícil de relatar. Hay algo de lo intransferible que sólo el público acaso entienda, y que es lo intransferible de haber visto, de haber vivido. Como ellas, que vivieron, contaron y cuentan la Historia. El territorio habla, sí. Y seguimos caminando.
“La memoria futura. Las voces de las Abuelas”.
Propuesta del ciclo Paraíso Club.
Hasta el sábado 13 de abril.
Entradas por Alternativa Teatral.