A partir del lunes, el médico Mario Russo se hará cargo del área de Salud del gobierno de Javier Milei, para ese entonces ya ungido como flamante presidente por la Asamblea Legislativa. Se trata de un cardiólogo clínico con vasta experiencia en el ambiente de la salud, pero también en la arena política, donde llegó a engrosar las filas de gobiernos tanto peronistas, como macristas. Durante su paso por Morón, cosechó un curioso antecedente antiderechos cuando en una sala periférica les exigieron a los médicos que denuncien a las pacientes ante la sospecha de haber cometido un aborto.

La información no fue confirmada oficialmente, porque aún no se sabe con exactitud el cargo que tendrá Russo, ya que se sobreentiende que el ministerio será degradado e incluido bajo alguna otra ala de la administración. Pero por estas horas aún no se brindaron precisiones.

El cardiólogo, funcionario de todos

Entre 2000 y 2004, Russo fue coordinador del Servicio de Trasplante Cardiopulmonar Pediátrico en el Hospital Italiano, mientras que a partir de 2001 estuvo a cargo de la Unidad Coronaria de Fleni.

Al mismo tiempo, fue clave en el Hospital Polo Sanitario Malvinas Argentinas para poner en marcha el Servicio de Cardiología. Y fue secretario de Salud de los municipios de San Miguel, entre 2009 y 2015; y de Morón, entre 2015 y 2017, para luego convertirse durante menos de un año en secretario de Gobierno del entonces intendente Ramiro Tagliaferro.

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De médico a funcionario

También fue subsecretario de Coordinación de Políticas Sanitarias y de Planificación y Contralor Sanitario del Ministerio de Salud bonaerense en tiempos María Eugenia Vidal. Desde enero de 2020 hasta mediados del año pasado fue director de Asuntos Gubernamentales en AySA, durante la gestión de Malena Galmarini.

Mientras era secretario de Salud de Morón, se dio un curioso episodio que terminó con la separación de los coordinadores médicos y administrativos del centro de salud de la localidad de El Palomar, donde había aparecido un sugestivo cartel pegado en el que se explicitaba a todo el personal que estaban obligados a denunciar a la policía cualquier “sospecha de aborto” de alguna de las pacientes. Finalmente, desde el gobierno local debieron salir a aclarar que la pegatina oficial “no representa las opiniones ni las políticas sanitarias del Municipio de Morón”.