El ministro de salud del Líbano, Firas Abiad, informó que al menos ocho personas, entre ellas un niño, murieron y otras 2.750 resultaron heridas por explosiones en localizadores electrónicos (beepers), en una acción que fue atribuida a Israel. Así lo consignaron informes de los sitios Actualidad RT, Sputnik News, y las agencias Xinhua y Europa Press.
El detalle es que por lo menos 1.000 miembros de Hezbollah resultaron heridos cuando los localizadores electrónicos que utilizan para explotaron, informó el canal de televisión local MTV en una actualización de los informes previos sobre decenas de heridos emitidos por otros medios de comunicación locales. Entre los lesionados figura el embajador iraní en el Líbano.
El primero en confirmar lo ocurrido fue el Ministerio de Salud libanés, que en un primer momento ha dado la voz de alerta ante una situación «urgente» por la gran cifra de víctimas debido a explosiones de dispositivos buscapersonas que los afectados tenían en su poder. Desde el Gobierno instaron a desprenderse de este tipo de aparatos.
Las autoridades del país llamaron a que todo el personal médico se personase en sus centros urgentemente ante la elevada cifra de heridos, de los cuales unos 200 se estima que puedan estar en estado grave. Asimismo, pidió a los hospitales que atiendan a todos los heridos sin excepción.
En este contexto, Hezboláh confirmó la muerte de dos de sus miembros, aunque sin especificar que hayan sido víctimas de las explosiones de ‘buscas’. Se trata de Yousef Madi Aloui, nacido en 1986, y de Hasan Ahmad Mahmud, de 32 años.
Las primeras informaciones apuntan a que Israel podría haber manipulado estos dispositivos en posesión de miembros de Hezboláh y, de forma remota, habría logrado que explotasen. En redes sociales circulan supuestos vídeos del momento en el que los ‘buscas’ explotan en el bolsillo de personas en la calle o en comercios.
«Responsabilizamos al enemigo israelí después de examinar todos los hechos, datos e información disponibles actuales sobre el pecaminoso ataque que tuvo lugar (…) Nuestros mártires y heridos son símbolo de nuestra yihad y sacrificios en el camino a Jerusalén, la victoria de nuestro honorable pueblo en la Franja de Gaza», dijo Hezbolá en un comunicado recogido por la prensa libanesa.
Por su parte, el Consejo de Ministros de Líbano publicó un escrito en el que denuncia el acto «criminal israelí», que representa «una violación significativa de la seguridad y la soberanía libanesa». Desde Beirut se han puesto en contacto con «los países afectados y con Naciones Unidas» para asegurar que Israel «asume sus responsabilidades».
El presidente del Parlamento libanés, Nabih Berry, denunció lo que considera es «un crimen de guerra» cometido por Israel, a la par que ha pedido «al mundo entero que detenga la maquinaria terrorista israelí».
«Lo que Israel ha hecho no es solo una masacre, sino que constituye un claro crimen de guerra (…) Ya no es aceptable que la comunidad internacional se contente con declaraciones de condena y denuncia», recoge el diario ‘L’Orient-Le Jour’.
Por su parte, las autoridades educativas del país anunciaron el cierre de escuelas, instituciones públicas y privadas, así como las universidades de cara al miércoles. También ha ordenado el cese de los trabajos administrativos en estos centros «como señal de protesta al acto criminal perpetrado por el Ejército israelí».
Este aparente ataque afectó al embajador iraní en Líbano, Mojtaba Amani, como confirmó Embajada. La legación afirma que el embajador no sufrió heridas graves, pero el hecho de que Amani figure entre las víctimas amenaza con exacerbar las tensiones entre Israel e Irán.
Según la información del canal MTV, el ejército israelí atacó las baterías de estos dispositivos, lo que provocó las explosiones, y agregó que los heridos están siendo trasladados a hospitales en la capital libanesa de Beirut y a Dahieh, en los suburbios sureños.
alg con NA, Europa Press, Xinhua y Spytnik