A 13 años de la Masacre de Carcova (sin tilde, como los vecinos llaman a su barrio), los familiares de las víctimas junto a los vecinos y distintas organizaciones sociales, realizaron una misa en nombre de Franco Almirón y de Mauricio Ramos. Los jóvenes fueron asesinados a balazos por un grupo de efectivos de la Policía Bonaerense durante la tarde del 3 de febrero de 2011, en la localidad de José León Suárez, cuando descarriló un tren de cargas de la ex línea Mitre por problemas en las vías. Sin embargo, “un sector del periodismo comunicó a la sociedad que se trataba de un grupo de delincuentes que intentaron robar el tren”, se quejaron los familiares.
Reclamo de justicia
El ex diputado nacional, militante del Movimiento Evita y actual administrador general del Instituto de Desarrollo Urbano de la Municipalidad de Moreno, Leonardo Grosso, viene acompañando a los familiares desde que sucedieron los hechos y en diálogo con Tiempo expresó el reclamo: “Queremos que pongan fecha al nuevo juicio que debe realizarse para que sea nuevamente juzgado el policía Gustavo Rey que fue señalado como autor de los dos homicidios y la justicia lo absolvió; a diferencia del ex policía Gustavo Vega que sí fue condenado a la pena de 15 años y 6 meses de prisión por el homicidio en grado de tentativa en perjuicio de Joaquín Romero”.
Los vecinos se concentraron en la Plaza de los Trabajadores donde están homenajeadas las víctimas y caminaron hacia la parroquia San Juan Bosco ubicada en la calle 25 de Mayo y Ernesto de la Cárcova. Allí la ceremonia religiosa estuvo dirigida por el Padre Andrés, participaron -como lo hacen habitualmente- el actual ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la Provincia de Buenos Aires Gabriel Katopodis y su compañera, la concejala de Unión por la Patria, Nancy Capelloni; también el referente de La Cámpora, Lauro Grande.
Sobreviviente de la balacera policial
El sobreviviente de la balacera policial, en diálogo con este diario reconstruyó que ese día “nos íbamos a trabajar con Franco y Mauricio, pero justo nos encontrarnos con el tren descarrilado, fuimos a ver qué pasaba y quedamos en medio de una situación muy fea”, contó Romero.
“De repente aparecieron policías por todos lados, nos rodearon, empezaron a disparar con pistolas y escopetas, mataron a mi dos amigos y compañeros de trabajo, a mi me pegaron un escopetazo y estuve internado, tengo la suerte de seguir vivo y poder contarlo”, dijo.
Cuando ocurrió este terrible hecho de violencia institucional, Joaquín tenía 19 años, ahora tiene 32, es padre de un nene de 11 y una nena de 8. Aseguró que “veo con mucha frecuencia que la policía siempre trata mal a la gente de mi barrio, se nota que nos tienen bronca, pero no sé cuál es el motivo, porque nosotros no molestamos a nadie y somos personas de trabajo”, explicó sobre la situación en el territorio.
Sobre el día que ocurrieron los hechos el joven remarcó que “solo pasábamos por ahí porque íbamos a juntar cartón y metales en los basurales del CEAMSE, no estábamos haciendo nada malo, nos llamó la atención el tumulto de gente que había, nos acercamos a mirar para saber qué pasaba y nos empezaron a disparar sin mediar palabras”, cerró.
Masacre de Carcova
Ocurrió el 3 de febrero de 2011, cuando un tren de carga descarriló por problemas en las vías de la ex línea Mitre en el fondo de Carcova. Ese día, la gran mayoría de la gente que se acercó, lo hizo para ver qué podía recoger de la mercadería transportada y la Policía Bonaerense protagonizó una brutal represión con balas de goma y plomo.
Muchas de las personas de ese barrio viven de la recolección de residuos del CEAMSE. Justamente, los chicos asesinados eran cartoneros. Sin embargo, las fuerzas de seguridad y un sector del periodismo intentaron legitimar los crímenes argumentando que “eran unos delincuentes”, que los uniformados procedieron en “forma correcta en cumplimiento del orden establecido”.
En el juicio que se realizó en primera instancia se acreditó que los policías excedieron los límites impuestos por la Ley y violaron el protocolo de procedimiento de la propia fuerza a la que pertenecen.
Por el hecho, hasta el momento, sólo resultó condenado a 15 años y 6 meses de prisión el ex instructor de tiro Gustavo Vega, de la Bonaerense, por el intento de homicidio contra Joaquín Romero. En cuanto a los homicidios de los adolescentes Mauricio Ramos, de 17 años, y Franco Almirón de 16, la Cámara de Casación Penal ordenó que se realice un segundo juicio contra el policía Gustavo Rey. Sin embargo, la justicia sanmartinense no ha puesto una fecha al debate. El uniformado resultó absuelto por el beneficio de la duda en el primer debate oral que se desarrolló en febrero de 2014.