Tras dos días de audiencias en el Tribunal londinense, los jueces Victoria Sharp y Jeremy Johnson anunciaron este miércoles que se tomarán su tiempo para decidir si ordenan extraditar a Julian Assange a Estados Unidos. La excusa es que el caso contra el cofundador de WikiLeaks es suficientemente complejo como para analizar las cosas con detenimiento y pidieron documentación adicional a las partes para a más tardar el 4 de marzo. Mientras tanto, en todo el mundo crecen las demandas en favor del australiano, que en rigor de verdad hace 12 años que no ve la luz del sol y que en el Reino Unido no está acusado de ningún delito, aunque en EE UU enfrenta 17 cargos por violación a la ley antiespionaje de 1917, lo que podría equivaler a 175 años de prisión.
El caso levantó revuelo en ámbitos periodísticos, artísticos y políticos. Por ejemplo, luego de la entrevista con el presidente ruso, Vladimir Putin, el estadounidense Tucker Carlson entrevistó a la esposa de Assange, Stella Moris. “La administración Biden está tratando de matar al periodista por el delito de avergonzar a la CIA”, dijo Carlson en la presentación del programa en su red X en el que reclamó su liberación.
Otro que habló del tema es el sobrino del asesinado presidente John F. Kennedy, Robert Francis Kennedy JR, hijo del también asesinado ex secretario de Justicia de la administración de su hermano. Candidato independiente a la presidencia para noviembre de este año, RFK acusa al gobierno de querer eliminar a Assange por haber difundido información comprometida sobre las agencias de inteligencia de EEUU. De hecho, Kennedy Jr acusa a esas mismas agencias del magnicidio de su tío, registrado en Dallas el 22 de noviembre de 1963. “Voy a perdonar a Assange y a (Edward) Snowden el día 1” dijo, en referencia a su primera medida de llegar a la Casa Blanca y acerca del analista de la CIA que se exilió en Rusia tras denunciar los sistemas de vigilancia del gobierno, en 2013. “Voy a construir una estatua a Assange en algún lugar cerca de Washington Press Club y otra a Snowden frente a la sede de la CIA en Langley como lección de civismo para la República”, concluyó.
La actriz Susan Sarandon habló en una concentración frente al consulado británico en Nueva York. «Julian Assange es perseguido por decir una verdad vergonzosa y peligrosa que desafía la narrativa en muchas situaciones», dijo la protagonista de la icónica Thelma y Louise. “Es peligroso ver que no existe libertad de prensa, especialmente cuando ves cómo se callan ahora cuando no tuvieron problema en publicar un montón de esas revelaciones”.
Hay consenso entre los críticos de la presecución en que hay una particular inquina contra Assange que pone en riesgo la esencia misma de la libertad de prensa de parte de las administraciones de Donald Trump y de Biden. Incluso medios como The Intercept anotan en la lista al fiscal federal adjunto del Distrito este de Virginia que llevó adelante la acusación, Gordon Kromberg, cuyas supuestas pruebas se diseminan en toda la documentación que se ventila en Londres. Kromberg es visto por grupos de derechos civiles con extrema animadversión contra los musulmanes y ciudadanos simples a los que imputa acciones terroristas sin mayor fundamento. Lo que pone en tela de juicio la declaración del gobierno de Biden de que las acciones contra Assange no tienen un condimento político sino solo el deseo de juzgar actos de espionaje.