Fueron tres días consecutivos de militarización del instituto con una fuerte presencia policial con el propósito de impedir el ingreso de los trabajadores despedidos en enero en contradicción con el acta que las mismas autoridades habían firmado el 9 de febrero.
Allí se comprometían ante los representantes gremiales a dejar ingresar a los empleados cesanteados en virtud de preservar su derecho a protesta garantizando su participación en las asambleas de trabajadores.
Pero luego de 4 meses de conflicto la política cambió. Es que, al calor del acuerdo con el FMI y ante el fracaso de su política de retiros voluntarios, evidentemente, quienes dirigen el INTI tomaron el camino de una nueva ofensiva. En la mañana de hoy jueves, con el predio nuevamente saturado de fuerzas represivas seis empleados fueron impedidos de ingresar a sus puestos de trabajo en lo que parece ser una nueva oleada de despidos.
Los trabajadores se movilizaron a las oficinas de recursos humanos para exigir una explicación a las autoridades y precisiones sobre el plan de nuevas cesantías. No obtuvieron respuestas pero, fuentes gremiales indican la posibilidad de que la nueva tanda alcence entre cien despidos (según ATE) y 300 (en la versión e UPCN).
El acuerdo con el FMI, además, habría acelerado el plan de ajuste sobre los empleados estatales pautado en el plan de dotaciones óptimas.