El hábito de poner el salero en la mesa o de ponerle más sal a las comidas, incluso sin haberla probado, sumado a una dieta que prioriza productos procesados que colaboran con el sobrepeso y la obesidad determinaron que en Argentina uno de cada cuatro adultos sean hipertensos. Y entre ellos, se cuente cada vez a más adolescentes y jóvenes. Así lo afirman los profesionales del Hospital de Clínicas de la Universidad Nacional de Buenos Aires, quienes emitieron un comunicado en el marco del Día Mundial de la Hipertensión Arterial que se conmemora este 17 de mayo.
Un problema que se cree solo de adultos
“El consumo excesivo de sal y el sobrepeso u obesidad desde edades tempranas puede desencadenar problemas en la salud cardiovascular a corto y largo plazo, como la hipertensión arterial, y el aumento del riesgo de complicaciones graves como daño renal, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio”, expresó Analía Aquieri, cardióloga del Laboratorio de Hipertensión Arterial del Hospital de Clínicas.
Y agregó que es “un problema que se cree es solo de los adultos y personas mayores, suele ser cada vez más frecuentes en adolescentes y jóvenes adultos”. Al respecto, el comunicado afirmó que en los últimos años, se ha observado un aumento significativo en la prevalencia de hipertensión arterial (HTA) entre los adolescentes, una tendencia que está directamente relacionada al incremento de sobrepeso y obesidad en esta población.
Las causas de la hipertensión en la juventud
Según la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, existen aproximadamente 16 millones de hipertensos en el país, de los cuales dos terceras partes son menores de 65 años, lo que constituye un número importante de personas en edad activa que tienen hipertensión.
La HTA en la juventud –señaló el comunicado- es causa del alto consumo de alimentos ultraprocesados, que son ricos en sodio y pobres en nutrientes. “La sal, tanto visible (añadida en la mesa) como invisible (presente en alimentos procesados), representa una fuente significativa de sodio en la dieta diaria. Esto se ve exacerbado por la falta de actividad física, generando un círculo preocupante de hábitos poco saludables. Es importante tomar conciencia de esto ya que lo peligroso de esta situación es que la presión arterial alta o hipertensión suele no dar síntomas”, expresó.
Menos sal, más ejercicio
En Argentina, el consumo promedio de sal supera ampliamente las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud que sugiere menos de 5 gramos diarios. “Esto refleja la urgente necesidad de concienciar sobre la importancia de una dieta equilibrada y baja en sodio desde edades tempranas”, según el comunicado.
Al respecto, la especialista Aquieri manifestó que además del control de la ingesta de sal, “es fundamental promover hábitos saludables como la actividad física regular y una alimentación balanceada, rica en frutas, verduras y baja en alimentos procesados”. Aquieri, además, recomendó que el primer control de presión arterial se realice en la adolescencia, “especialmente en casos de obesidad o antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares. En Argentina, uno de cada cuatro adultos tiene presión elevada”, aseveró.
Medidas preventivas
“Es fundamental que tanto padres como adolescentes tomen conciencia de los riesgos asociados con la HTA y adopten medidas preventivas para mantener una buena salud cardiovascular”, apuntó la especialista. En este sentido, resaltó que se trata de “un enemigo silencioso, responsable de muchas muertes por año y productor de marcada discapacidad en la población general”.
Según la especialista, a pesar de la alta prevalencia de la hipertensión, un tercio de los hipertensos no saben que lo son y la mitad de los que se encuentran en tratamiento no están adecuadamente controlados. Por ello, destaca la importancia del seguimiento médico y el cumplimiento de las indicaciones terapéuticas para controlar la HTA. “La falta de adherencia a los hábitos saludables y en otros casos al tratamiento farmacológico, es un desafío importante en la prevención, manejo de esta condición y calidad de vida de aquella persona que muestra valores alterados de la presión”, concluyó el comunicado.