De acuerdo a un informe elaborado por el Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (CEPROFAR), a menos de una semana de que el gobierno anunció una rebaja del 8% en el valor de los medicamentos, ya disminuyó el precio del 55% de los productos.
La medida apuntó a que los remedios retomen los importes del 6 de diciembre, y los mantengan congelados hasta al menos el 31 de enero. El contexto es de suma fragilidad tanto para los usuarios como para la industria, con una baja del 14% en las ventas, desde junio de 2018. Este año finalizará con una disminución del 6,6% de los dispendios. Al mismo tiempo, los medicamentos aumentaron los precios, sin ningún control oficial: en cuatro años superaron el 440% (casi el doble que las jubilaciones en el mismo período), y sólo en 2019 los diez más dispensados tuvieron una crecida del 111% promedio en sus valores.
En ese marco, una de las primeras medidas de la gestión de Alberto Fernández fue la de concretar un retroceso en el costo de los remedios. Algo que ya fue cumplido en más de la mitad de los casos desde su anuncio, a principios de semana. De acuerdo al informe de CEPROFAR, si bien no había plazos especificados, sobre un total de 19.000 medicamentos bajaron de precio 10.500 productos (9.700 en consonancia con el acuerdo y 800 lo hicieron más del 8% acordado), mientras que alrededor de mil subieron su valor. En general un rubro que no disminuyó sus números es el de venta libre, de los digestivos y aspirinas, hasta el ibuprofeno o el paracetamol. Desde el Centro de farmacéuticos aclararon que no se incluyen en el convenio los dispensados por PAMI, que tienen una condición especial para el afiliado.
“Es positivo que haya empezado por detener la velocidad en el aumento de precios, no es de un día para el otro. Es una buena medida para revertir la situación con una política que evidentemente tendrá otra mirada del Estado, respecto de la que tuvimos estos cuatro años”, apuntó Rubén Sajem, director del CEPROFAR y Secretario General del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de CABA.
Una vez conocida la iniciativa, las entidades que agrupan a las farmacias realizaron un reclamo a los laboratorios, que es la formadora de precios, para que las compensaran, al haberles comprado stock a un precio más alto y luego tener que dispensarlos al público a un precio menor. Luego de las gestiones oficiales, con la participación del Ministerio de Salud, la industria aceptó elaborar las compensaciones a las farmacias, que serán emitidas mediante notas de crédito en breve, por un monto aproximado a los 285 millones de pesos.
“Está bien como un primer paso para revertir la política de descontrol y dispersión de precios con la que veníamos –continuó Sajem–, donde cada laboratorio ponía el precio de sus remedios de acuerdo a su propia estrategia comercial, y estaba habiendo muchas diferencias en cuanto a marcas. A veces para el mismo producto se registraban diferencias de hasta un 300%. Por ejemplo, el Losartán, antihipertensivo, valía 937 pesos con un laboratorio, y ahora con el 8% bajó a 862,55. No obstante el mismo producto en otro laboratorio estaba a 400 pesos. Ese no bajó hasta ahora”.
Y completó: “Todo se dio sin ningún control ni mirada desde el Estado, también en cuanto a otros puntos, como hacer públicos los precios, para que los médicos lo supieran. Ni buscaron cumplir con la obligación de que prescriban con nombre genérico para que el paciente pueda elegir entre las marcas con el precio más conveniente, porque siempre el que elige debe ser el paciente. Tampoco hubo reemplazos por producción pública de medicamentos. Últimamente no se hizo ningún tipo de incentivación, ni siquiera seguimiento del tema de las recetas”.