La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) realiza semanalmente informes sobre la ocupación de las terapias a nivel nacional. Ya lo había hecho en la primera ola de la pandemia de coronavirus, y lo retomó cuando cobró fuerza la segunda. Semana a semana, si se detecta alguna situación nueva relacionada con la pandemia, se suma al relevamiento. Fue el caso de la presencia de embarazadas en terapia: ante la multiplicación de casos, el dato comenzó a sistematizarse. El resultado del último informe alerta que, en los últimos tres meses, 302 gestantes con coronavirus tuvieron que ser internadas en terapia intensiva. El 11% (33 casos) falleció.
“En la primera ola, como estábamos manejando otra población de pacientes, más añosos, con comorbilidades, oncológicos, no teníamos embarazadas. Pero en esta segunda ola estamos viendo muchas de las terapias intensivas con embarazadas. Nos llamó la atención que aparezcan y que no se hable tanto de ellas. Pero sí pasa cada vez más seguido”, advirtió Carina Balasini, médica intensivista y miembro de la SATI, en diálogo con Tiempo. “Hay casos graves con covid y respiradas (asistidas con respirador)”, agregó.
“Lo que hacemos siempre en estas encuestas de los viernes es poner los temas en los que nos parece que algo raro que esté pasando, y por eso lo incluimos. El viernes pasado (cuando cerró el último relevamiento) había 45 pacientes obstétricas y puérperas en terapia con enfermedad grave”, detalló. El 62% de estas pacientes estaba con ventilación. Al 53% de las pacientes en terapia al momento del último relevamiento se les indicó la suspensión del embarazo.
Un 30% de las embarazadas graves con covid cursaban un embarazo menor a 30 semanas, y el 53% presentaba comorbilidades: obesidad 49%, asma 7%, hipertensión arterial 4%. Muchas de las gestantes en terapia -casi el 50%- eran pacientes obesas o con sobrepeso, y dentro de este subgrupo hubo mayor necesidad de respiradores (64%).
Los datos se desprenden de un relevamiento de participación voluntaria entre hospitales y sanatorios públicos y privados de todo el país. Participaron 202 UTIs, con un total de 3754 camas. La tasa de ocupación de estas terapias fue del 91%, con un 73% positivos de Covid-19, un porcentaje sobre pacientes con otras patologías que registra “un gran aumento”. Del total, el 75% requirió asistencia respiratoria mecánica.
En línea con este informe, en los últimos días y semanas se conocieron casos de fallecimientos de embarazadas por covid en distintas provincias. El miércoles último murió una joven de 32 años en La Pampa. Falleció luego de tener a su bebé, que quedó internado en el Hospital Lucio Molas. También la semana pasada murió por coronavirus una mujer de 33 años que acababa de parir. El bebé nació sin complicaciones y fue el tercer caso registrado entre pacientes gestantes y puérperas en esa ciudad santafesina.
En Córdoba también se detectaron al menos tres casos fatales. El último fue a fines de mayo, en un hospital de Jesús María, donde una mujer de 39 años, madre de tres niños y sin patologías previas, falleció mientras cursaba un embarazo de 20 semanas. Antes, en Catamarca, una mujer de 32 años y siete meses de embarazo falleció por Covid-19 en Antofagasta de la Sierra. Padecía obesidad e hipertensión. Su bebé, con 28 semanas de gestación y poco más de 800 gramos de peso, tampoco sobrevivió.
Grupo de riesgo
Diez días atrás, el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires decidió vacunar a todas las mujeres embarazadas considerándolas como grupo de riesgo. El ministro Daniel Gollán explicó que “las embarazadas con enfermedades previas, a raíz de la aparición de las nuevas variantes, tienen 22 veces más probabilidades de contraer Covid en forma grave y morir. Y si la embarazada no tiene enfermedades previas igual tiene el doble de posibilidades de transitar el Covid de forma grave”. Lo mismo se resolvió en otras jurisdicciones, como Mendoza o Santiago del Estero.
Tras los resultados del último relevamiento de la SATI, Balasini planteó: “Si hay casos graves entre embarazadas, ¿no sería un grupo de riesgo para la vacunación? Lo pusimos en el informe para remarcarlo y hacernos la pregunta”.
Desde esa entidad, de hecho, decidieron enviar este martes un comunicado al Ministerio de Salud de la Nación, así como a las carteras provinciales y directores de áreas de materno-infancia y epidemiología, para solicitar que se amplíe la recomendación de vacunación a gestantes y puérperas. “Pedimos ampliar la indicación de la vacunación voluntaria a todas las personas gestantes y en puerperio, evaluando riesgos y beneficios con su equipo tratante, para que la población obstétrica pueda tomar sus propias decisiones con respecto a su salud”, planteó a este medio la médica intensivista Natalia Llanos, directora del Comité de Obstetricia Crítica de la SATI. Y remarcó que “lo que más asombra es que de marzo de 2020 a diciembre hubo 14 muertes maternas por covid en la Provincia de Buenos Aires, y en lo que va de la segunda ola -tomada arbitrariamente de marzo al 31 de mayo-, van 20 muertes maternas por covid. En total en toda la pandemia 73 personas de población obstétrica murieron”.
Llanos señaló que “si bien la tasa de letalidad ha disminuido en la Provincia de Buenos Aires, en la población de gestantes ha disminuido menos que para la población en general. Quiere decir que el solo hecho de la gestación pareciera ser un factor de riesgo más”. Explicó que la mortalidad materna tiene causas directas o indirectas: las primeras tienen que ver con el embarazo en sí (como hipertensión gestacional o hemorragia obstétrica). Y las indirectas pueden ser por ejemplo lupus, asma, patologías crónicas agudizadas por embarazos. “En este caso, con el covid va a ser la primera vez que una patología supere a las causas directas de muerte en el embarazo”. Enfatizó también que “no hay evidencia disponible de contraindicaciones para las vacunas: yo como médica si estoy embarazada me la puedo dar”.