Martín Gill es desde diciembre de 2023 el ministro de Cooperativas y Mutuales de Córdoba. Un ministerio nuevo, creado por el gobernador Martín Llaryora con el objetivo de potenciar la producción y el acceso a servicios en distintas localidades del interior de provincia, articulando las distintas necesidades y capacidades entre los diferentes rubros que componen al sector.
Abogado y docente, fue intendente de su ciudad natal, Villa María; y recientemente formó parte del Ministerio de Obras Públicas de Nación. Con una agenda cargada de actividades permanentes, hacemos un amplio repaso por los desafíos que presenta este primer año de gestión.
-¿Cuál es la injerencia que tiene el sector asociativo en la provincia de Córdoba?
-Muy fuerte. Hay 204 cooperativas que prestan servicios públicos de energía eléctrica, pero si le sumamos el agua y las cloacas, estamos alcanzando casi 900 mil habitantes en la provincia de Córdoba, diseminados en 350 localidades.
El modelo productivo es muy importante porque no se puede entender la producción de Córdoba sin el sector cooperativo. El modelo productivo de Córdoba ha logrado resistir los grandes pool de comercialización. Son modelos a la inversa. Son pequeños y medianos productores que han logrado por el cooperativismo una escala para proveerse de servicios -desde una ferretería hasta el combustible- hasta lograr volumen de comercialización y volúmenes de agregado de valor.
Uno puede ir a General Cabrera, de 25 mil habitantes, y no puede creer que allí esté radicada una empresa cooperativa como Cotagro, que tienen un movimiento económico anual de 500 millones de dólares, aglutina 1.500 productores y a su vez genera en toda la zona sur de la provincia más de 20 emprendimientos productivos, desde planta de energía solar hasta planta de maní diversificada en procesos industriales. Toda esa organización genera no solo un movimiento económico que no se extrae de la localidad, sino calidad de vida y arraigo de sus productores.
Cuando uno cuenta las mutuales, las cooperativas, la proveeduría, las cooperativas de Servicios Públicos, el frigorífico que es cooperativo, mi cálculo es que en esa localidad el 95% de los puestos de trabajo en relación de dependencia son del sector cooperativo. Y los que restan viven por el movimiento indirecto del sector cooperativo.
Entre servicios y sector de la agricultura hay un aporte al movimiento económico de la provincia muy importante, que estamos intentando medir en términos cuantitativos. Pero la realidad es que, además de ello, cualitativamente hay ejemplos maravillosos. Es el caso de la experiencia de Devoto, que hace 30 años la única empresa que generaba trabajo era la planta de Sancor. Y que, justamente, en esos 30 años comienza un período crítico que se ha profundizado en los últimos tiempos. Si no fuese por la respuesta asociativa de Devoto, seguramente hoy sería un pueblo donde los vecinos hubieran emigrado a San Francisco. Y hoy es increíble que la gente de San Francisco viene a tomarse servicios a Devoto.
El modelo de gestión del grupo Devoto, a través de pequeñas cuestiones concatenadas hasta en lo más pequeño, genera más de 600 puestos de trabajo directos. Es una unidad realmente asombrosa. Por eso, a veces, no es sólo lo cuantitativo, sino lo cualitativo.
-Imagino que debe ser difícil la función pública en este contexto ¿Qué implicó armar un ministerio de cero y en qué ejes se basaron para darle la estructura que hoy podemos visualizar?
-El Gobierno provincial ha puesto en el centro de la agenda a la Economía Social organizada y por eso, cuando el Gobernador Martín Llaryora asume su mandato, habla de las cooperativas y mutuales. A cada lugar que visita, lanza programas del sector. Esto le da mucha visibilidad y permite instalar una agenda para que esa dimensión de la organización comunitaria entre el Estado y capital privado hoy reconozca esa dimensión también con una agenda activa. Esto hace que se produzca una fuerte promoción en el sector.
Por eso, nos llegan pedidos de asesoramiento para la constitución de cooperativas, de mutuales, asociativismo entre cooperativas para lograr escala, cooperativas de segundo grado. De hecho, entregamos hace poco 50 autorizaciones de cooperativas actuales nuevas constituidas a lo largo de este año.
-¿Cuáles son las expectativas de gestión frente a la implementación del Programa Fortalecimiento Cooperativo y Mutualista?
-Muchísimas. En principio, el Gobernador dispuso que tengamos un aporte $ 2.500 millones, que se van a distribuir en propuestas para el sector que presentan las entidades. Además, asistimos a las cooperativas para presentar proyectos que van de fortalecimiento institucional y capacitación, infraestructura, equipamiento y proyectos socialmente relevantes, donde se estimula también la articulación con otras organizaciones, como pueden ser los municipios, instituciones educativas, universidades o el sector privado, también. Lo que estamos viendo, por las consultas, es que van a haber proyectos muy importantes que vamos a estar acompañando.
Además, una de las primeras cosas que hicimos fue formar el Consejo de Cooperativas y Mutuales. Es la representación de seis sectores, de todas las que están en segundo grado. Ese Consejo es quien aprobará el otorgamiento del aporte. Es decir, hay un último paso que está a cargo del propio sector. También hemos tratado de ser muy participativos y transversales en la evaluación de los proyectos. Es saludable para el sector.
-Ante un Gobierno pro mercado y que eliminó ministerios, en el ámbito nacional ¿qué lugar debe ocupar el movimiento cooperativo en general?
-En la Argentina, el sector de la Economía Social organizada ha tenido una trayectoria y forma parte del entramado del desarrollo de la comunidad, pero con mucha fuerza en la zona núcleo: Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Provincia de Buenos Aires. Lamentablemente, la visión centralista de Buenos Aires muchas veces ha omitido una lectura integral del sector y aparecen estas estigmatizaciones que muchas veces aparecen desde los discursivo, que encierran en realidad un intento de afectar y atacar los valores del sector cooperativo y mutualista, que tienen una historia y una trayectoria en todos los órdenes.
Afortunadamente, el INAES también ha logrado una conducción de alguien que es representativo del sector como es Marcelo Collomb, que tiene una mirada muy integral y eso nos ha dado a todo el sector la tranquilidad de que no hay un ánimo de liquidación del organismo, aún en el contexto de las dificultades que pueden tenerse desde lo económico.
Aspiro a que la mirada con el sector mutualista y cooperativista se potencie en la agenda de la Argentina que viene. No planteamos Economía Social versus mercado; queremos una convivencia. El mercado va donde está el negocio y es lógico. Donde esa lógica no se da, está presente el sector comunitario organizado.
Por su parte, al Estado también le resulta difícil llegar a todos lados de manera eficiente. Entonces, los dos sectores de la comunidad que tienen como premisa el interés público deben tener una relación muy virtuosa. En muchas provincias, se viene dando; ojalá se dé a nivel nacional.
-¿Cómo se está desarrollando en la gestión la articulación del Ministerio con el INAES o con otros organismos provinciales?
-Muy bien. Hemos tenido ya experiencia de articulación con organismos de distintas provincias. Ojalá podamos pasar a una articulación programática también. Lo venimos hablando; fundamentalmente, en la región centro. Esa interacción es uno de los caminos que debemos recorrer para fortalecer y profundizar, incluso llevándolo a las agendas de nuestros gobernadores. Estamos impulsando la firma de acuerdos entre gobiernos provinciales, en este sentido. Con el INAES, hay un vínculo permanente y hemos logrado funcionar sin dificultades.
Martín Gill y una visión expansiva del cooperativismo
-En lo que hace a la dimensión comunitaria ¿Se puede pensar en una expansión del modelo cooperativo-mutual que sea replicable en distintas localidades de similares características?
-Sí, creo que sí. Adecuado las realidades de cada lugar. Estamos preparando un programa que va a ser una promoción a la Economía Social para el desarrollo local. Queremos tomar veinte municipios o comunas de la provincia de Córdoba, con características particulares desde el recurso humano (desde el intendente, los presidentes de las cooperativas o mutuales existentes) e impulsar un programa que, por un lado, tengo una fuerte capacitación sobre el modelo y el espíritu del modelo Devoto y, sobre eso, una asistencia técnica para diseñar el propio modelo de Economía Social local en su comunidad.
La idea es hacer primero una lectura del territorio, de las fuerzas productivas, comerciales, de los desafíos del contexto de vinculación regional. Poder alentar proyectos que podamos construir como un Plan director de la Economía Social para el Desarrollo Local. Luego, un plan de actividades, y después gestionar procesos de financiamiento que podamos asistir en la implementación de las unidades productivas o de servicios para ese modelo integral. Pensado y reflexionado colectivamente, tanto el proyecto como el recurso humano.
Así como eran los Planes directores del municipio, poder desarrollar un modelo de desarrollo del entorno local, con la participación múltiple de los actores de la comunidad como el club, la institución educativa, la cooperativa de servicios, etc.
De hecho, hemos escrito y el INAES ha convalidado el modelo de Estatuto de una cooperativa del primer grado, que presidiría el municipio y que integrarían todas estas organizaciones. Queremos que sea el continente que permita, desde lo jurídico, organizar esa tarea. Estamos muy entusiasmados porque creemos que es un modelo que, por un lado, entusiasma porque da resultados; y por otra parte, logra asociar y concatenar efectos para que lo producido alimenta la acción del otro y se genera un circuito virtuoso. Es el espíritu del cooperativismo llevado a un nivel muy importante.
-En lo que refiere al cooperativismo de servicios públicos que es tan importante en Córdoba ¿Qué está pasando con el servicio de luz la provincia? Tenemos entendido que hubo líneas de crédito disponibles para eso.
-Por un lado, el Gobierno de la Provincia ha creado el FODEP, que es un fondo que afecta al 10% del consumo de energía eléctrica y está destinado exclusivamente para obras de infraestructura en el sector eléctrico, con el fin de mejorar las condiciones de distribución, de potencia, de estabilidad. A su vez, lo recaudado se divide entre la empresa provincial, en obras que afectan a empresas provinciales y obras que afectan las cooperativas eléctricas, que junto con las federaciones van determinando el cronograma de obras llevar adelante, en un plan plurianual. Pero para garantizar que no se desfinancie la infraestructura del servicio que prestan las cooperativas ni se ponga el 100% del peso en las obras de ese sector.
Por otro lado, el crédito de obras para obras de infraestructura, que hemos generado con el banco y el Ministerio, está destinado a las cooperativas eléctricas y de servicios públicos. Entonces, por ejemplo, si hoy una cooperativa quiere hacer el 100% de fibra óptica de su localidad puede acceder a este beneficio.
Además, por otra parte, hemos generado una mesa de trabajo entre la Empresa Provincial, el Ministerio de infraestructura, de Cooperativas, las dos federaciones, el ERSEP, para asumir una agenda con una mayor perspectiva: los desafíos energéticos para la Agenda 2030, los nuevos marcos contractuales, los desafíos en el asociativismo para brindar algunas actividades, la fijación de la tarifa técnica.
-¿Cuál sería la tarifa técnica?
-Hemos distribuido veinte puntos de la provincia de Córdoba, de acuerdo a distintas realidades, para establecer cuál es la tarifa técnica porque el costo de la energía no es igual en todos lados. Estableciendo la tarifa técnica de esos veinte lugares, asociar a esas unidades localidades similares y entonces tener el costo de la energía en cada uno. Y a partir de ese costo, generar un sistema de compensación que pueda hacer homogénea la tarifa en los sectores que proveen los servicios.
En el 30% del territorio está concentrado el 70% del mercado. En la parte restante del mercado es donde presta servicio el sector cooperativo. No es lo mismo prestar el servicio energía en Nueva Córdoba, residencial, que en una zona de electrificación rural; evidentemente, tiene costos muy diferentes. Entonces, el Gobernador ha pedido estudiar mecanismos de hacer más homogénea esta realidad.
-En tu recorrida por diversas experiencias del sector, ¿cuáles son las que más captaron tu atención?
-Un ejemplo maravilloso es el tema mutualista de los clubes. Cuando uno va al Interior de Córdoba, llama la atención cómo un pueblo chico, de 5 mil habitantes, podían tener clubes que no había en localidades más grandes, donde todos los clubes tenían dificultades permanentes. Por ejemplo, en Las Varillas, el club Almafuerte tiene jardín de infantes, escuela primaria y ahora abre el secundario. Ahí, se advierte lo que implica el mutualismo.
Club Central Argentino La Carlota formó una mutual. Presta el servicio de telefonía y TV por cable. Hablo con el Intendente. Con lo que recaudan, pagan al personal y el costo de funcionamiento. La rentabilidad va al club, que recibe por esa vía entre 70 y 80 millones de pesos al año. El resultado es espectacular. El club no para de mejorar instalaciones y de crecer.
Corral de Bustos tiene dos clubes importantes, que son rivales. Cada uno con muchísimas actividades. Cada uno tiene su mutual, que brinda servicios. Pero el salto lo dieron en conjunto: hace 20 años se unieron y formaron una Sociedad de Responsabilidad limitada entre las dos mutuales, para presentarse en la licitación del servicio de agua, cloacas, gas y conectividad. De esa rentabilidad, se divide en partes iguales. Es maravilloso.
Estos ejemplos motivan a uno a pensar por qué no se pueden trasladar estas experiencias a muchos otros lugares; obviamente, con un espíritu solidario porque esa es la clave. Ninguna persona se hizo rica con eso, sino que la riqueza vuelve a la comunidad.
Arroyito tiene una de las productoras de golosinas más importantes del mundo, que es Arcor. Cuando logra escala, lo primero que hace Pagani (Fulvio, fundador del Grupo Arcor) es llamar a una asamblea para armar la cooperativa que le proveyera de servicio de energía eléctrica. O sea, el origen de la cooperativa está en el mismo creador de Arcor. Es decir, puede haber una convivencia virtuosa entre el asociativismo y el sector privado tradicional.
Córdoba no sería lo que es sin el cooperativismo y el mutualismo. Nuestros pueblos serían fantasmas y estaría toda la gente radicada en las grandes ciudades. Córdoba conserva 427 localidades, casi un cuarto del total de la Argentina, porque tiene el sistema cooperativo y mutualista, que organiza la vida de cada una de esas localidades.