“Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”, fue la histórica frase que pronunció el estadounidense Neil Armstrong, el 20 de julio de 1969, cuando se convirtió en el primer hombre en pisar la Luna. Casi 60 años después, en 2028, China procurará cumplir la hazaña de extraer muestras y descubrir señales de vida en Marte, anticipándose a la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), en una nueva carrera espacial cuyo liderazgo parece estar en disputa.
La misión se llamará Tianwen-3 y se cumplirá a través de dos lanzamientos programados para alrededor del 2028, según anunció hace escasos días Liu Jizhong, el diseñador jefe del programa, durante la Segunda Conferencia Internacional de Exploración del Espacio Profundo, que se realizó en la provincia china de Anhui.
“China recolectó este año las primeras muestras de la cara oculta de la Luna, durante la misión Chang’e-6. Como Marte está mucho más lejos, serán necesarios dos lanzamientos para llevar a cabo la misión de recolección de muestras y retorno, debido a la limitada capacidad de carta de nuestros actuales cohetes Gran Marcha-5”, precisó Liu en declaraciones a la agencia Xinhua.
El experto explicó que si bien “el principal objetivo científico será la búsqueda de señales de vida”, la misión Tianwen-3 busca explorar el clima, la geología y los procesos internos del Planeta Rojo, para lo que ya se pusieron en marcha diversos estudios que determinarán los lugares con mayor potencial para estos hallazgos.
“La recolección de muestras de Marte es la misión de exploración espacial más desafiante en lo técnico desde el programa Apolo”, destacó Liu, al recordar el programa espacial de la NASA de la década del 60, que logró el primer alunizaje humano, entre otros avances tecnológicos.
Según se informó, Tianwen-3 obtendrá las muestras marcianas a través de tomas superficiales, perforaciones profundas y recolecciones desde vehículos en vuelo, cumpliendo todas las convenciones internacionales para salvaguardar de posibles contaminaciones a la Tierra, a Marte y al material.
El diseñador jefe del programa también anunció que China colaborará con otros países e instituciones internacionales en la elaboraciones de una estrategia conjunta para la construcción de una estación de investigación en Marte. Al respecto, una reciente investigación del Instituto Técnico de Física y Química de Xinjiang, adjunto a la Academia de Ciencias de China (CAS), confirmó la viabilidad de producir fibras de forma continua a partir del suelo marciano, lo que permitiría el uso de “recursos in situ” en la futura construcción de bases científicas en el Planeta Rojo, según informó el sitio ScienceNet.cn.
La misión Tianwen-3 a Marte fue anunciada después del histórico descubrimiento de moléculas de agua en el lado oscuro de la Luna, realizado en junio por la sonda china Chang’e-5. Al parecer, el hallazgo de H2O en estas condiciones podría ser un recurso potencial para la “habitabilidad lunar”, según indicaron los científicos.
El nuevo programa de la Administración Nacional del Espacio de China (ANEC) dio lugar a diversas interpretaciones sobre el curso de lo que algunos gustan llamar la nueva carrera espacial entre el país asiático, Estados Unidos y Europa.
Las especulaciones se multiplicaron tras la decisión del centro de investigación Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA de reducir un 63% los recursos económicos para financiar el programa Mars Sample Return (MSR), que venía desarrollando en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA), para trasladar a la Tierra muestras de rocas del Planeta Rojo, en busca de antiguos signos de vida microscópica.
En función de este drástico achicamiento presupuestario, los planes originales de terminar la misión en 2031 fueron aplazados, con lo que el anuncio de la ANEC parece – a priori – haber tomado la delantera.
Cooperación con la Argentina
En este contexto, una exhibición de los últimos avances de la industria aeroespacial china, realizada el mes pasado en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), permitió fortalecer la cooperación con investigadores, científicos y estudiantes de la Argentina, según destacaron los organizadores.
En la muestra se exhibieron reproducciones a escala de diferentes desarrollos tecnológicos de China, entre ellos el Sistema de Navegación por Satélite Beidou (BDS), Satélites de Órbita Geosincrónica Inclinada (IGSO), los lanzadores Chang Zheng 3 y Chang Zheng 5, la citada sonda lunar Chang’e-5 y la sonda Tianwen-1, el módulo de aterrizaje que transportó el primer vehículo explorador de Marte.
“No son símiles, sino reproducciones exactas a escala que tuvieron que ser instaladas y armadas muy meticulosamente por personal de la Facultad de Ingenieria de la UNLP”, explicó el presidente de la Fundación Pro Humanae Vitae (FPHV), Rafael Velázquez, uno de los organizadores de la exhibición.
Velázquez valoró la exhibición de las réplicas de satélites geoespaciales, un adelanto tecnológico que permite “cuando estamos en un automóvil, caminando o corriendo, tener cinco o seis puntos de contacto, cuando la mayoría del mundo tiene dos o tres”. “Estos satélites – explicó el académico – son los que permiten a China tener una exactitud de menos de un metro. En cualquier autopista del mundo, ningún GPS te puede indicar el carril, pero estos satélites chinos permiten utilizar literalmente el carril, son muy exactos”.
Dada la gran repercusión que tuvo en la UNLP, la intención de los organizadores es llevar la muestra a la República de los Niños, un lugar por el que suelen pasar 20.000 jóvenes y chicos por fin de semana.