Marta Minujín no descansa ni siquiera en tiempos difíciles como los actuales. “Me siento presa”, afirmó. No se lleva bien con el encierro y el aislamiento y sale de él a través del trabajo.

El 19 de marzo presentó una obra de gran tamaño en el hall del Museo Nacional de Bellas Artes, Pandemia. Se trata de  un lienzo completamente cubierto con 22.600 tiras de papel pintadas a mano  que recorren la gama del gris profundo.  

Hoy, 7 de abril, presenta Implosión, una muestra multidisciplinaria que podrá visitarse a partir de mañana, si se solicita previamente un turno en la página web de la Fundación Santander, espacio que aloja la exposición. Sin embargo, no se trata de dos obras diferentes sino que tienen un punto de partida común que es la pandemia.

La muestra es multidisciplinaria y  ocupa la planta baja y también la terraza del edificio ubicado en la avenida Juan de Garay Paseo Colón, en el llamado Distrito de las Artes y fue pensada específicamente para ese espacio.

Se trata, por un lado, de un recorrido por sus ya míticos colchones que formaron parte de sus obsesiones plásticas desde que Minujín se convirtió en una artista emblemática del Instituto Di Tella. En 1964 ganó precisamente el Premio Nacional Di Tella  por su obra Revuélquese y viva, colchones con rayas de colores cuya función era que los espectadores vivieran la experiencia sensorial de usarlos sumergiéndose en ellos como lo haría en su propia casa.

Más tarde repitió la experiencia en la Fundación Osde, en el Malba y en otros espacios de arte tanto del país como del exterior. «En colchones-dice la artista- nacemos, morimos, hacemos el amor y pasamos gran parte de nuestra existencia». Durante la pandemia, los colchones vuelven a ser protagonistas absolutos como emblemas de la amenaza de la enfermedad.

Pero a sus colchones tradicionales Minujin los enriquece ahora con tecnología que los proyecta en el espacio, lo que le permitirá al público desplazarse por una sala en medio de los colchones proyectados. De esta forma la artista da una vuelta de tuerca sobre los múltiples significados que ofrece un objeto de uso cotidiano cuando se lo aborda desde el arte. En este caso, más que un objeto donde el cuerpo reposa, el colchón es algo activo que abraza y envuelve al espectador. El colchón viejo y pesado adopta de este modo la liviandad de lo virtual. Podría decirse que así las típicas interpelaciones que Minujín les hace a los espectadores para que se involucren en la obra, la recorran por dentro y establezcan un contacto estrecho con ella en la muestra se adaptan a los tiempos de pandemia en el que se debe mantener la distancia social. El espectador se deja abrazar con el colchón, pero sin tener un contacto efectivo con él ni con otros pespectadores.

“Los colchones –dicen los organizadores de la muestra- no son simplemente un material en la obra sino más bien la encarnación de una filosofía de vida», un juego «que inunda al visitante e implosiona en su cuerpo y sensibilidad».

De un gran cubo sale música de Philip Glass, un tramo musical que se repite de manera permanente y que también fue elegido por ella.

En la terraza de la institución, Minujín propone otro juego con Autorretrato Mediático. Quienes accedan a ese espacio deberán contestar un cuestionario preparado por ella. Pero no lo harán de manera convencional, sino a partir de su sintético retrato hecho en hierro. Como es común en ella, también su autorretrato luce anteojos Rayban. El espectador accederá a las preguntas, que están referidas al siglo XXI, aplicando su celular sobre el código QR que hay en los anteojos de su autorretrato escultórico.  

El 14 de este mes a las 17, Implosión podrá verse a través de YouTube en un recorrido guiado que hará la propia artista.

La artista anunció a La Nación que planea una nueva obra se llamará Vacunación global y que será como Pandemia, pero que la integrarán tiras pintadas en las gamas del azul. También anticipó que en junio se verá en el CCK una nueva versión de Comunicando con Tierra, obra de 1976, realizada con tierra de Machu Pichu.

Implosión se puede visitar en el edificio de la Fundanción Santander, Paseo Colón 1473, CABA.