Tal como se imaginaba, parece no haber límites éticos en la destrucción del tejido social y el ataque llegó a un lugar impensado. La frecuencia FM 100.3, puede ser ocupada «por otra conocida emisora». Lo que significaría que la radio La Colifata deje de existir. No hay nada oficial, pero según trascendió en distintos medios, se trataría de Vorterix, la radio del conductor y empresario Mario Pergolini, la señal interesada en tomar ese espacio.
“Hace cinco años, y después de mucho esfuerzo, nos fue asignada la licencia definitiva para transmitir en la frecuencia FM 100.3. Hoy estamos a un paso de perderla. Hemos demostrado que la radio -y los medios de comunicación en general- pueden ser herramientas útiles para la creación de salud, ayudando a miles de personas en su proceso de mejoramiento subjetivo, y a la comunidad para desandar los prejuicios”, alertó en un comunicado la radio que corre peligro, la cual tiene aire hace más de 33 años.
Además de un medio independiente, La Colifata es un proyecto de salud mental que logró forjar un lugar importante dentro de la cultura nacional. Siendo, a su vez, inspiración y modelo para proyectos de salud en todo el mundo. El comunicado también destaca que «existimos porque siempre hubo un otro que nos hizo un lugar. Apelamos a la comunidad toda para que las voces de los colifatos y las colifatas se puedan seguir escuchando cada vez con más fuerza en el éter».
Hace algunos días el mismo Olivera había contado a varios medios la intención de mudar La Colifata a San Telmo, más precisamente a una pulpería bellísima del 1800, para construir estudio de radio más importante y una señal de multistreaming. Además, el proyecto incluía la intención de abrir un restaurante Califato con comidas saludables y hasta una sala de conciertos, todo al servicio de la inclusión económica de los internos y de los que están dentro del universo de colifatos.
Las repercusiones del posible paso de Vorterix a la frecuencia FM 100.3 fueron muy negativas, pero Pergolini decidió guardar silencio al respecto.
