En avioneta sobre el fondo de un cielo rosado, Perón transporta pasacalles por la playa. Evita es la protagonista del cuadro. Con el pelo suelto, la mano izquierda haciendo la V y uno de esos trajes de baño enterizos que se usaban en los cuarenta, sonríe victoriosa entre focas y pingüinos. Pintar así es como un juego o un acto reflejo, una exploración de la audacia. A los cinco años Marina Olmi empezó a jugar con el pincel. Algo de eso perdura. No sólo por la ausencia de solemnidad, sino por ese estado de fascinación casi inocente. Como si atrapara algo mínimo del peronismo, lo esencial, y todo lo demás se dibuja.

Evita
Foto: Marina Olmi

Para Olmi, en la infancia se construye lo más genuino y osado, exento de la intoxicación que viene después. En su adolescencia, a los 14 años, empezó a militar en la Juventud Peronista y cinco años después tuvo que exiliarse en Madrid, eran los años de plomo en Argentina. De esa época prefiere no hablar. Allá hizo de todo, viajó por el mundo, se dedicó a cantar, tuvo bandas de rock y un público fiel. La pintura siempre estuvo ahí, como un refugio frente a otras obligaciones laborales. A fines de los ’90 decidió dedicarse profesionalmente a las artes plásticas. Se formó en España con varios maestros, entre ellos uno de los hijos de Sobisch, el reconocido artista mendocino. Volvió a Buenos Aires en 2011, invitada por el Museo Evita. “Me volví loca cuando empecé a pintarla a Eva porque conecté con mi adolescencia, cuando me tuve que ir. Volví a la Argentina agarrada de su mano, fue la que me trajo. Le pedí permiso en mis colecciones para hacerla como la hice. Estos cuadros fueron muy arriesgados en ese momento. Ella está viva, joven, sana. No es la figura política militando, sino una Evita que hace actividades mundanas, más humana, representa muchas mujeres a la vez”, dice Olmi a Tiempo.

Foto: Marina Olmi

Algunos de los cuadros de esa serie pueden visitarse hasta el 5 de marzo en el hall del teatro Auditorium de Mar del Plata. Ñoquis para todos, una de las obras que se expone, representa para la artista “la síntesis del peronismo, porque habla de la abundancia, el nutrir y compartir”. En el cuadro se puede ver a Evita sonriendo con un delantal de cocinera a punto de hacer pastas. “Pinté a Evita en muchas situaciones de su vida. Fue actriz, trabajó en una película referida al circo, como La cabalgata del circo. A partir de eso hice El aro de la abundancia”, cuenta Olmi. En el cuadro, Evita posa sexy con el pelo recogido y un enterito con calce al cuerpo, rodeada de un aro celeste y blanco, divertida, tal vez a punto de hacer un salto en la historia. “Después, ese cuadro tomó otro rumbo, porque a medida que fueron pasando los años, sentí que el aro de la abundancia tenía que reflejar una invitación o un símbolo para compartir con nuestros hermanos, con los demás países latinoamericanos de la patria grande. Evita invita a todos los demás a compartir y a pasar por ese aro que es abundancia para todos”, explica la artista. A partir de ahí, realizó diferentes versiones de El aro de la abundancia con las banderas de otros países. Esas obras fueron acogidas por diferentes mandatarios, como la propia Cristina, Lula, Evo y Correa.

 “El amor vence”, la exposición que se está realizando en Mar del Plata como parte de la programación de verano del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, realiza un recorrido por trece obras de la artista. En toda su producción se desprenden cuestiones históricas que van dando paso a la imaginación, la yuxtaposición de universos reales y oníricos, así como el humor y la sorpresa.

Foto: Marina Olmi

Entre lo místico y la alegría se funda el proceso creativo de la artista. “Trato de conectarme con cosas de otro plano, siento que las imágenes de alguna manera me bajan. Busco una visión tridimensional y necesito comunicar esa exploración. Todo lo hago en conexión con lo que estoy contando, con el mundo mágico en el que me meto y comparto con la gente para que todos se adueñen de ese mundo. Todo lo que pensamos, por más fantasioso que parezca, existe. Necesitamos despertar y conectarnos con cuestiones más humanas para crear nuevos mundos”, invita Olmi.

 Si estás en Mar del Plata, date una vuelta por “El amor vence” en el Teatro Auditorium (Av. Patricio Peralta Ramos 2280). La exposición puede visitarse de martes a domingos de 18 a 22 con entrada libre y gratuita.

Se pueden comprar los posters de sus cuadros en https://marinaolmi.com.ar/