Entre tantas cosas que hacen que Marilina Bertoldi sea una referente indiscutida de la escena rockera local, se puede mencionar su afán de saltar a piletas cada vez más hondas. En el pasado reciente está su disco Sexo con modelos (2016), donde quemó todos sus libros. Con Prender un fuego (2018) terminó de catapultarse entre licks de guitarras incendiarias, canciones más sentidas y el posterior premio Gardel de Oro. El año pasado, fue a fondo con el lanzamiento de Mojigata. Todo esto suma más y más aristas al repertorio de una música hace que su show sea cada vez más completo y variado.

Diva pop, cantante rockera, música folk, una mujer con su guitarra y la constante sensación de que lo mejor está por venir: eso es Marilina Bertoldi en vivo. Y exactamente eso es lo que tuvo el público en la doble fecha del 28 y 29 de julio en el recinto de Villa Crespo. Matices entre una Marilina camaleónica que cambió de ropa, set y canciones.

Marilina Bertoldi en el Complejo Arte Media, donde transformó el escenario con una perfomance única.
Foto: @juligarciafotografia / Prensa

Pasadas las 21 comenzó el show con “Es poderoso”, “Vivo pensando en ayer” y “Cosa mía”. Hace rato que Marilina trascendió sus influencias, y agrega, a la sensación constante de una posible sorpresa, un despliegue escénico contundente y original. El espectáculo continuó hacia canciones como “La cena” y “Lá Lá”, para cerrar su primer set y avanzar hacia el momento de “Sexo con modelos”. Atentos, que ahí “la Jefa” agarró la guitarra y junto a “Tito volvé”, sonó una gran versión de “When I Hear My Name” de The White Stripes, antes de disparar una pista de su propio tema y rockear sin cantar. Se apagaron las luces y se escuchó “Estoy acá atrás” y ahí estaba ella, del otro lado, sobre las escaleras, a 50 metros del escenario, para regalarnos otro momento hermoso mientras cantaba “En mí”, de su segundo trabajo (de 2014), La presencia de las personas que se vanUna noche muy sentida que en varios momentos priorizó el formato acústico, a modo de confesión con el público que llenó el Complejo Art Media.

De vuelta al escenario y transcurrida menos de la primera hora del show (que duró poco más de 90 minutos), otro set donde sobraron graves y riff bluseros. Fue el momento de “La casa de A”,  “Cosas dulces” y un espectacular “Claro ma”, antes de dedicar a los presentes “Correte” donde tuvimos una Marilina fluorescente al color de la tapa de Prender un fuego. “Hace mucho que no tocaba en vivo, a veces está bueno bajar un cambio” se sinceró la oriunda de Sunchales antes de una versión acústica y arpegiada de “Enterrarte”. El episodio íntimo prosiguió con “Amuleto” a la que le siguió una versión irreconocible de “Fumar de día”, otro de los hits de Marilina. “Sushi en lata” y “Pucho” fueron anunciando el fin de una noche cargada de condimentos. “Mdma” fue la última canción de un show que tuvo de todo y para todes

Marilina Bertoldi jugó con cambios de vestuario, desplazamientos por el espacio y un repertorio con distintas intensidades.
Foto: @juligarciafotografia / Prensa

Marilina Bertoldi cuenta en su haber con cinco discos como solista desde que decidió interrumpir su experiencia en Connor Questa. Supo construir un cancionero variado entre hits, la contundencia de una banda que toca con ella en los vivos hace unos años y acordes dulces para canciones tersas, logrando siempre lo que propone hacer: composiciones no perecederas.