Mariana Baraj lanzó Tus ojos, un disco a contramano de los tiempos por su sonoridad, su elaboración a lo largo de 2022 y 2023, su producción y su búsqueda. «Desde la orquestación y a partir de ciertos colores y algunas composiciones que se van como contrarrestando, encontré un equilibrio que siento que siempre le hace bien a la música», puntualiza la cantante, compositora y multiinstrumentista.
«Tiene un tono más fresco y más orgánico el disco, sonoridades súper diferentes, hay bastante trabajo de programación también. Pero todo en su justa medida. Siempre voy un poquito contra la corriente. Calculo que es algo que me ayuda a contrarrestar o a sostener un montón de cosas que de alguna manera hay que sostenerlas, y siempre la música me da esa gran posibilidad», revela Baraj.
Para ese logro no fue nada menor ni aleatoria la producción de Swami Jr (que también trabajó con Omara Portuondo, Buena Vista Social Club, María Bethania y Chico César, entre otros), con quien logró una dupla encomiable: «Lo primero era tener la posibilidad de tener una mirada y una escucha un poco más objetiva, abrir el juego hacia otros lugares. Y esta idea también de alivianar un poco el trabajo, delegar era algo que me gustaba también. Porque sentía que el objetivo siempre iba a estar en la música y sentía que así la música también iba a poder tomar como otro carácter. Estaba bien esta vez hacerlo de esta forma, probar otras maneras de trabajar. Creo que también eso es algo que está bueno: a veces uno se queda ahí como en esa zona de confort y está bueno moverse un poco».
Baraj y un encuentro fortuito
Baraj conoció a Swami Jr. hace varios años, cuando el productor fue con Marcelo Pretto –del grupo Barbatuques– a un festival en Rivera, Uruguay. Allí, cada uno gustó de lo que hacía el otro, y las pláticas se cerraron con el habitual «hagamos algo juntos», con el que los músicos suelen sellar sus «hasta pronto». «Pasaron unos cuantos años, en el medio la pandemia, y yo ya venía pensando en la posibilidad de trabajar con alguien, con algún productor, porque venía haciendo todos los discos sola, producidos por mí, y tenía ganas de encontrar a alguien que pueda hacer de productor artístico. Cuando uno trabaja con un productor artístico tiene que delegar un montón de cosas, es como una constante negociación en un montón de puntos».
Con esas ganas lo llamó, le mostró parte de su música y el camino se comenzó a andar: primero a la distancia, con ella desde Salta y él desde Brasil, luego juntos en Buenos Aires, donde se grabó la primera parte, y después vino el periplo por Salta y Brasil, donde se terminó el disco. «Siempre abrir hacia otros lugares o permitir otras miradas hace crecer mucho lo que uno ya creía que podía crecer más. Ese aprendizaje para mí también es importante, como una manera más de las muchas que tenemos de crecer y de que haya una evolución».
El disco tiene diez canciones compuestas casi en su totalidad por Mariana Baraj, con participación de músicos de Brasil y Argentina, y con guitarras de siete cuerdas, eléctricas y bajos; pianos y teclados; vibráfonos y aerófonos; baterías y la percusión de la misma Mariana. «Las temáticas no son ni tan livianas ni tan frugales, pero es cierto que desde la orquestación y a partir de ciertas sonoridades hay como un contraste en algunas composiciones que se van a ir como contrarrestando. Creo que ahí se encontró un equilibrio que siempre es importante y le hace bien a la música».
Ese contrapunto tan singular que al tiempo que invita con una musicalidad amable habla de temas crueles que llevan a reflexiones profundas se reflejan a la perfección en «Cuesta» y «Tus ojos». «‘Cuesta’ es precisamente un estado de muy poca fe –ríe–. Y de decepción. De sentir que por ahí las cosas no cambian o empeoran, o que para uno es difícil ir encontrando esos lugares que tienen más que ver con algo positivo o con situaciones más amenas. Entonces un poco la música salió así, como hablándole a mi corazón, como pidiéndole que no pierda la fe. Obviamente que a veces es difícil y creo que siempre el tiempo también se encarga de hacer lo propio, y ahí es donde uno –por ahí no en el momento– va como transcurriendo un poco la vida y encontrando que cosas que por ahí hacían mal, ya no afectan tanto. Un poco la vida es eso, esa instancia de tratar de ir equilibrando todo el tiempo. Entonces uno trata de trabajar un montón de aspectos para ir fortaleciéndose y sobrellevarla. Siempre en algún lugar uno va a encontrar un poco de calma, un poco de fe, un poco de luz, un poco de tranquilidad».
Ese universal que se convierte en mensaje directo a otro en «Tus ojos» –la canción– tiene un camino inverso: un particular que se convierte en universal. «Es algo que pasa todo el tiempo, que cada vez pasa más, que tiene que ver con los abusos, con la violencia de género, con los femicidios, pero sí está inspirado en una historia personal. Yo tengo una hija grande ya, Alma, y tengo a Estefanía, que la adoptamos con ya siete años y ella ha sido víctima de abuso, y han sido unos ojos, los ojos de una vecina, los que la salvaron. Se animó a denunciar porque estaba viendo algo extremadamente inapropiado y tremendo, entonces en esa historia me inspiré para hacer mi pequeño aporte a eso, a seguir visibilizando un montón de cuestiones que están totalmente instaladas, naturalizadas y súper enraizadas que hay que seguir trabajando para erradicarlas totalmente». «
Mariana Baraj – Tus ojos
- “Cuesta”.
- “Tornado y remolino”.
- “Crisálida”.
- “Tus ojos”.
- “El sol”.
- “Cántaro seco”.
- “Derivar.
- “Levanta tu voz”.
- “Wichicita”.
- “Camino Iluminado”.