A pesar de la masiva movilización que se espera para esta tarde en todas las plazas del país, el gobierno nacional no abandona su actitud combativa contra el sistema universitario público. Aferrado a su relato de déficit cero, en el oficialismo adelantaron que no retrocederán en su decisión de vetar el aumento presupuestario que aprobó el Congreso semanas atrás.
En Casa Rosada repiten una y otra vez que “la marcha es política” y no un reclamo genuino por el buen funcionamiento del principal bastión de la movilidad social ascendente. Esta línea la predicó el propio Javier Milei en sus redes sociales, en una nueva arrítmica mañana tuitera. Allí, el presidente reposteó una caricatura que ilustra a la ex vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, manejando los hilos del senador Martín Lousteau, quien a su vez sostiene los de un estudiante.
Con esto, en el gobierno confirmaron a Tiempo que el veto será publicado esta medianoche de miércoles, en una nueva edición del Boletín Oficial. Según anticiparon, el mismo será total y no habilitará ninguna concesión que permita aumentar, aunque sea parcialmente, el presupuesto. Una vez publicado, el instrumento caerá en el Congreso, donde los legisladores buscarán tratarlo lo más pronto posible para evitar su vigencia. Es desde aquí donde el gobierno empieza a ver un panorama poco alentador.
Los números para sostener el veto de Milei
Aunque afirman que no están dispuestos a dar el brazo a torcer, en Casa Rosada desconfían que logren mantener la mayoría de 87 bancas que lograron conformar para mantener en pie el veto del aumento jubilatorio. En voz baja, desde un despacho cercano al del presidente ponen en duda el acompañamiento incondicional que prometió el PRO. “Que no lo apoyen es un acto de mezquindad total”, se le escuchó decir a la misma fuente.
Si bien este lunes el PRO bullrichista y La Libertad Avanza concretaron su acuerdo parlamentario en la legislatura bonaerense donde conformaron un nuevo interbloque, este espíritu no se replica en el Palacio de la calle Rivadavia. Allí, Martín Menem negocia a contrarreloj con el sector del partido que aún responde abiertamente a Mauricio Macri, encabezado por Cristian Ritondo, para evitar fugas fatales.
La soga, sin embargo, parece no estar tan atada. Pese que decidió ausentarse en la votación que aprobó el aumento del presupuesto, el legislador larretista Álvaro González anticipó en su cuenta de Twitter que participará de la movilización de la tarde del miércoles. Aunque sin aclarar su postura dentro del recinto, este contundente apoyo a la defensa de las universidades públicas podrían anticipar su postura en la inminente votación.
La mala espina, dicen desde el gobierno, no se replica en el radicalismo. Una fuente irrefutable afirma que los votos de Martín Arjol, Luis Picat, Mariano Campero, Pablo Cervi y José Federico Tournier, los cinco héroes díscolos, continúan dentro del círculo de aliados ampliado que consiguió el oficialismo a sangre, sudor y promesas vagas. En tanto, consideran que la buena voluntad no se replicará en el resto del partido centenario. “Es la última bandera que les queda”, razonan cerca del primer mandatario,
Si bien la esperanza libertaria es larga, las voces más sensatas de la gestión creen que el oficialismo sufrirá un nuevo revés en el Congreso. De concretarse este freno por parte del parlamento se suma a la fuerte derrota que significó el rechazo del aumento de los fondos de la SIDE que el asesor todoterreno, Santiago Caputo, aún rememora con sed de venganza.
En este punto, dentro de Balcarce 50 advierten que aceptarán el rechazo y “sacarán la plata de otro lado”. Decididos a cuidar el bendito déficit cero, en el oficialismo adelantan que recortarán aún más partidas de obra pública para hacer frente al desembolso que implicaría este aumento presupuestario para las universidades.