Sus canciones son versiones de antiguos éxitos de los géneros new wave y punk, a las que adapta a su estilo con ritmos diversos y arreglos de bossa nova. Ese es el sello característico de Nouvelle Vague, el grupo francés encabezado por Marc Collin. Este año, veinte después del lanzamiento de su primer álbum homónimo donde homenajearon a grupos como Joy Division, Dead Kennedys, The Clash, The Cure y New Order, vuelven a lanzar un disco: Should I Stay or Should I Go?, reversionando al popular tema de la banda brtitánica.
El disco, de trece tracks, incluye temas de Billy Idol (“Rebel Yell”) Depeche Mode (“People Are People”), The Specials (“What I Like Most About You Is Your Girlfriend”) y Duran Duran (“Girls On Film)”. También reversionaron el hit “You Spin Me Round”, de Dead Or Alive, “She’s In Parties”, de Bauhaus, y el clásico de The Smiths “This Charming Man”, entre otros.
“Son todos temas que escuche y disfruté toda mi vida. Temas que elegí porque estuvieron durante años en mi cabeza, que amaba de chico, cuando mi adolescencia en París estaba centrada en escuchar discos”, cuenta a Tiempo Marc Collin. “También me parece interesante que las canciones que son menos conocidas sirvan como oportunidad de mostrarle a los más jóvenes algunas creaciones maravillosas que quizá nunca escucharon. Por ejemplo, el tema de The Associates, ‘Breakfast’, que es espectacular pero no es muy famosa. Bueno, quizá despierta la curiosidad para que indaguen en esa maravillosa banda, lo mismo con The Specials o cualquiera de las que incluimos”.
El músico cuenta sobre el proceso de recrear esa selección. “Si la historia que cuenta una canción es potente, no importa cómo se la adorne: siempre será una gran canción. Distinto es cuando se hace algo de grupos famosos como The Clash, Tears For Fears o Duran Duran, ahí las comparaciones son inevitables, pero siempre tratamos de darle otro enfoque y un sonido propio”, agrega el líder de Nouvelle Vague, quien eligió casi todos los temas del disco. Lo principal para ellos es buscar variedad.
Toman el original y comienzan con las pruebas: un poco de esto, algo de lo otro. Si anda, lo dejan. “Somos bastante libres y nos animamos a experimentar. Lo que queremos es que suenen distintas, y ponemos la imaginación para reversionarlas, buscando cambiar las melodías para que encajen en otro género. Jugamos con el ritmo, el tempo, cambiamos la instrumentación poniendo más vientos o cuerdas, y eso es parte del trabajo.” Para este disco trabajaron unos 4 meses. “Una vez que tenés la idea, es rápido. La canción ya está, sólo tenés que encontrar los arreglos adecuados y listo. Yo arranco con la base en mi computadora y luego ya nos juntamos con los músicos y grabamos”, detalla Collin.
En dos décadas de trabajo, Nouvelle Vague vivió muchos cambios. “Arrancamos focalizados en vender disco, pero luego aparecieron YouTube, las redes sociales, las plataformas de música. Eso fue una revolución, un gran cambio para la industria. Nos abrió puertas, hay más llegada, pero en el fondo no nos cambió. Seguimos haciendo lo mismo artísticamente, sólo que se distribuye distinto. Tocamos algo, lo grabamos y luego salimos de gira, eso se mantiene. Pero llega distinto, por la manera de consumo actual. Creció la gente que escucha nuestros temas, pero trabajamos de la misma manera”.
Collin también entiende que la cultura musical cambió. “Antes era un sistema de estrellas que se hacían conocidos y todos conocíamos: Madonna, Michel Jackson o grupos que se instalaban y sonaban en todos lados. Hoy quizá los más jóvenes, millones de ellos, escuchan una banda, y otros millones no la conocen. Es raro, pero aquella mirada unificadora no está. Es diferente, cada uno conoce sólo lo que le gusta. Pero bueno la música está en todos lados: en la televisión, en las películas, en la computadora, en los negocios en el auto, en el trabajo, donde sea”.
El músico admite que hay una importancia social en lo que hace: “Se necesitan artistas. Pronto la inteligencia artificial podrá hacer música y ahí se perderá la fuerza de las buenas canciones. El sonido no es tan importante como lo que quiere decir o transmitir un creador. Hoy en día hay que alentar la creatividad, buscar nuevas formas. Yo soy músico porque me gusta proponer algo al público, me gusta compartir con otros. Mi gusto me lleva a una exploración que es inevitable querer mostrar. A veces no saben, pero siempre, en ese proceso, algo dejás. Linkeás ideas, movés a otro a hacer algo, ese intercambio de energía es algo único”.
En Francia, a pesar de los problemas sociales y políticos que hoy atraviesan, hay algo en lo que están de acuerdo: nunca la cultura es un gasto, sino una inversión. “En nuestro país es más fácil que en otros lugares. Hay un sistema de ayudas estatales que colaboran y alientan la tarea creativa y cultural. De hecho, para los músicos hay un plan de ayuda desde el gobierno que te ofrecen cuando no trabajás, por ejemplo, si estás grabando y no podes hacer otra cosa. Como un seguro de desempleo que te ayuda entre presentaciones, o si no tenes forma de generar un ingreso mínimo. Hay un sindicato de autores que regula el tema de esas asistencias. Igual sn pocos los artistas, como en todos lados, que sólo viven de su arte. Pero nunca se plantearía un escenario de recortes a este sector, eso sería inadmisible. Por suerte la cultura tiene mucha gente que trabaja en el rubro, eso es buenísimo. En Francia tenemos claro que un país sin cultura es un país sin futuro”.
Además de Nouvelle Vague, Collin trabaja en la industria del cine (de hecho, está dedicado a un documental) y da clases. “Todo lo que sea expresivo me gusta. El arte es un camino para conocerse, y para que el otro se conozca a través de lo que le despierta loo que uno -o cualquier artista- le propone. Es una manera de tratar de comprender la vida. En Francia hay muchos museos, centros culturales, espacios de encuentro. Hay televisión y radio nacional, públicas, que están obligados a pasar contenidos de este tipo, no están enfocados en lo comercial. Tenemos un canal exclusivo de arte que es muy fuerte, y tenemos muy buenas radios para mostrar lo que hacemos, y eso es algo positivo. En París, todos los días hay cosas para hacer; tengo entendido que en Buenos Aires también es así y hay que tratar de no perder esa capacidad de oferta”, opina el músico.
En honor a su vigésimo aniversario, Nouvelle Vague planea una gira mundial para 2024 y 2025. Las primeras fechas los llevarán por el Reino Unido, Irlanda, Alemania, España, Bélgica y Francia, por supuesto. “Esperamos ir a visitarlos en el próximo otoño”, dice Collin. También hay planes de grabar más discos. “Quizás, hasta podamos festejar los 30 años de la namda, ¿por qué no?”.