Eran otras épocas. Y era el Diego. Raquel Welch forma parte del universo maradoneano a raíz de una poco conocida comparación que El Diez trazó después de su gol más famoso, el segundo que le convirtió a Inglaterra el 22 de junio de 1986, el 2-1 de Argentina por los cuartos de final del Mundial de México. Consultado si su obra maestra había sido una maravilla, Diego respondió: «No, maravilla es Raquel Welch».
Fue el mismo día en que nació su frase más famosa, «La Mano de Dios», en relación al primer gol. Pero los periodistas, lógicamente, también le preguntaron por el segundo. Lo que sigue es el textual publicado por Tiempo Argentino en su edición del 23 de junio, el día siguiente de la gran misa maradoniana. Son declaraciones de Diego, con su sello, a la salida del vestuario del estadio Azteca.
-Diego, qué contento estás.
-Estoy contento con el triunfo, pero más contento con la gente. Demostramos que sabemos diferenciar la política con el deporte (en relación a la Guerra de Malvinas, librada cuatro años atrás). En este momento quisiera estar con mi vieja y toda mi familia y festejar todos juntos.
-Qué buen triunfo, ¿no?
-Argentina ganó el partido con el plan estratégico de (Carlos) Bilardo. Le quitamos la pelota a Inglaterra y eso a ningún europeo le gusta. Siempre dominamos el encuentro nosotros.
-Qué maravilla de gol.
-No creo que haya sido ninguna maravilla. Además, no fue planeado, sino que fue producto de una inspiración momentánea. Tuve suerte de no caerme y de que varios rebotes me cayeran en los pies. Pero qué querés que te diga: maravilla es Raquel Welch, esa sí es una verdadera maravilla.
No hay constancia que Diego y Welch, que le llevaba 20 años a Diego -la actriz estadounidense nació en 1940 y el futbolista en 1960-, se hayan conocido. Diego tampoco fue un gran aficionado al cine (aunque participó en varias películas, en especial en el comienzo de su carrera). Pero a la hora de su día más glorioso, Maradona se acordó de dos mujeres: de Doña Tota y de Raquel Welch.