Diego Maradona fue internado a media tarde en una habitación 214 del sanatorio Ipensa de La Plata y en las próximas horas sería trasladado a un centro especializado en dependencia con el alcohol en la CABA, luego de una crisis que sufrió el astro en los últimos días a causa de un estado depresivo que se ahondó puntualmente cuando el viernes pasado cumplió 60 años.
Se insistió que este tema no tiene absolutamente nada que ver con la presunción de que Maradona fuera positivo de Covid-19.
Los médicos que lo suelen atender también dejaron trascender que no se trató de una emergencia, pero le sí recomendaron un tratamiento estricto, especialmente porque, por ese estado anímico, durante las últimas semanas, Diego comía muy poco, no descansaba correctamente e ingería mucho alcohol, lo que combinado con los múltiples medicamentos que necesita tomar, lo afectaron particularmente. Por eso en un primer momento se dijo que la internación se debió a un problema renal, pero luego se aclaró que ese es un tema secundario, en tal caso que se generó como consecuencia de su estado general.
En tomo momento, desde su entorno, se aseguró que Diego aceptó sin objeción, la internación, ya que tomó conciencia de su estado.
Maradona fue a la clínica acompañado por su médico personal, Leopoldo Luque. La idea original es que permaneciera varios días en el sanatorio platense, pero luego se dudó de ello ya que requeriría una tomografía que no puede hacerse en ese nosocomio.
Diego estuvo el pasado viernes, el día de su cumpleaños 60, en el estadio Juan Carlos Zerrillo, en la previa de la victoria de Gimnasia sobre Patronato por 3-0, en el arranque de la Copa de la Liga Profesional. Se lo notó en mal estado: casi sin poder caminar ni hablar. Fue así que el ídolo no se quedó al partido, aunque desde el club indicaron que no se debía a su estado de salud.
Maradona en todo momento estuvo acompañado por dos empleados del Lobo: antes del partido, Maradona ingresó al campo de juego para ser homenajeado por la institución, junto con los organizadores del torneo. Casi en todo momento estuvo con anteojos y requirió la asistencia de los axuliares en un par de oportunidades. En el homenaje estuvieron el presidente de AFA, Claudio Tapia, y el de la Liga profesional, Marcelo Tinelli.