La literatura no está exenta de los vaivenes de la moda. Por el contrario, hay autores que son subidos a un pedestal y luego descartados como chatarra, según soplen los vientos del mundo literario. Gabriel García Márquez es un ejemplo paradigmático. Su libro más exitoso, Cien años de soledad, fue clave del boom y catapultó a su autor a la fama. Pero con la consagración y el Premio Nobel, en muchos sectores del mundillo literario su autor fue despreciado y considerado como una empresa que poseía una máquina fallida de hacer milagros.
En este sentido, quizá ningún autor argentino haya sido tan vapuleado como Julio Cortázar. Ciertos sectores escribieron la necrológica de Rayuela, otros lo consideraron un autor para adolescentes, algunos rescatan sus cuentos y condenan sus novelas y hasta hay quien considera su vida en Francia como un retiro elitista. Sin embargo, como la cigarra, siempre resucita y sigue cantando.
Por supuesto, también están los que lo admiran y hasta lo quieren como si fuera un amigo. Prueba de que cuenta con una legión de seguidores de su literatura es que en diciembre de 2015 se inauguró en la ciudad de Buenos Aires un bar que lleva su nombre, Café Cortázar, y que lo evoca desde la ambientación y las actividades relacionadas con su literatura que se llevan a cabo en él.
Esta vez, la figura del autor de Bestiario será homenajeada a través de una muestra de dibujos de Pilar Sahagun y un curso sobre Los cuentos preferidos de Cortázar dictado por Federico von Baumbach, licenciado en Comunicación y estudiante avanzado de la carrera de Edición de la UBA.
Los autores recorridos que gravitaron en el mundo de la escritura de Cortázar van de Tolstoi a Onetti.
El curso comenzará el 3 de septiembre. El taller será los lunes de septiembre (3, 10, 17 y 24) y el primer lunes de octubre. La inscripción se realiza por mail a [email protected]
Por su parte, la muestra, Deconstruir Rayuela, charlar con Julio, se inaugurará el 5 de septiembre a las 18.30 y constará de 28 piezas gráficas relacionadas con el autor que conjugan dibujos y textos. Los dibujos, realizados a mano alzada con tinta y lápiz, ilustran distintos momentos y personajes de la novela.
Sahagun es Diseñadora de Imagen y Sonido (UBA), dibujante y actriz. Tomó diversos talleres de ilustración, historieta, dramaturgia y escritura y trabaja de manera independiente como productora audiovisual.
Dice la artista “Al igual que el protagonista Horacio Oliveira, con su búsqueda y sus reflexiones, esta es una forma de encontrarme a mí misma como artista en estos dibujos. Distintos trazos, texturas y materiales son herramientas de búsqueda a la hora de dibujar. Dejo ver el detalle y ‘lo bello’ así como la imperfección y ‘el error’, porque cada dibujo es una prueba de juego para mí. Algo así como los casilleros de la rayuela, donde se avanza y se retrocede, se gana y se pierde, como en la vida misma. Pero lo que más me importa es jugar y divertirme. Y creo que Julio transmite algo de eso en su trabajo.”
Los dibujos responden a diferentes preguntas que se formuló la dibujante antes de tomar el lápiz: “¿Cómo serían los días de escritura de Julio? ¿Estaría triste o motivado? ¿Se sentiría feliz o estresado? ¿Con quién compartiría aquellos días? ¿Cómo sería conversar con él?”.
Habrá tiempo para recorrer la muestra porque estará en el primer piso del Café Cortázar durante tres meses y estará habilitada desde las 9 de la mañana hasta el horario de cierre del bar.
Café Cortázar, donde se realizan ambas actividades, está ubicado en Cabrera 3797, Palermo.