La agenda del gobierno no incluye por ahora modificaciones al esquema de retenciones a las exportaciones agrícolas, que seguirán en los mismos niveles que en la actualidad. Así lo adelantó el ministro de Economía, Luis Caputo, en una reunión con los dirigentes de las entidades que integran la Mesa de Enlace.
El encuentro tuvo lugar en el marco de la Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional que se realiza en el predio de La Rural. El ministro visitó la muestra y luego participó de un almuerzo con los referentes del sector.
“Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudar. Estamos en un cambio histórico en la Argentina y le pedimos al campo que confíe”, dijo Caputo, según la información oficial del Palacio de Hacienda. “Fue muy importante escucharlos, contarles en mayor detalle nuestro programa económico, y transmitirles nuestro compromiso con el sector”, agregó el funcionario en sus redes sociales.
Los anfitriones fueron el presidente y el vice de la Sociedad Rural, Nicolás Pino y Marcos Pereda; el presidente de Coninagro, Elbio Laucirica; el titular de Confederaciones Rurales Argentina (CRA), Gustavo Sutter Schneider y los números 1 y 2 de la Federación Agraria Argentina, Elvio Guía y Marcelo Banchi, entre otros dirigentes del sector. Junto a Caputo estuvo el nuevo secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta, entre otros funcionarios.
Lo más jugoso, sin embargo, fueron las declaraciones que el ministro formuló al periodismo al ingresar al predio. “Nos gustaría bajar las retenciones, pero primero necesitamos superávit. La prioridad nuestra es mantener el equilibrio fiscal”, dijo el ministro, dejando la medida para más adelante.
Lo llamativo es que ese superávit ya existe: las cuentas públicas están dejando saldo favorable desde enero, a tal punto que es uno de los “caballitos de batalla” del gobierno cada vez que necesita mostrar eficacia en la gestión. El propio Caputo informó que junio fue el sexto mes consecutivo en que el resultado financiero (después de pagar deudas) del sector público fue positivo en $ 238.189 millones. “En 2024, superávit financiero récord y con aumentos reales en jubilaciones y AUH” se pavoneó en la red social X.
La contradicción le quita fuerza al verdadero motivo por el que Economía se niega a cambiar la política sobre derechos de exportación, que llegan hasta el 33 por ciento en el caso de la soja, el producto de mayor alícuota. En la hoja de ruta del equipo económico primero está la baja del impuesto PAIS a las exportaciones, que desde septiembre bajaría diez puntos y volvería al 7,5%.
La negativa al eterno reclamo de los productores agropecuarios por una baja de sus ingresos fomenta la desconfianza en un terreno ya abonado por la escasa liquidación de divisas de los exportadores. El sector, decepcionado por la negativa oficial a mejorar el tipo de cambio, retuvo gran parte de la cosecha y eso provoca que el gobierno no pueda hacerse de divisas. Según datos de las cámaras CEC y CIARA, durante el primer semestre el complejo cerealero y oleaginoso aportó a través del mercado oficial U$S 11.024 millones, cifra casi igual a la de 2023 (el año de la peor sequía en las últimas seis décadas) y un 42% menos que hace dos años.
“El 46% de la cosecha ya la vendimos y liquidamos. Lo que falta lo haremos de acuerdo a nuestras necesidades financieras”, dijo Laucirica, titular de Coninagro. “De nuestra parte, siempre solicitamos que nos bajen las retenciones. No pedimos que haya una devaluación”, dijo Guía, de la Federación Agraria.
Con ese panorama, de no mediar algún anuncio fuera de agenda del presidente Javier Milei, que prometió estar en la ceremonia oficial de inauguración de la exposición, el próximo domingo, parece difícil que la patronal rural incremente el actual nivel de exportaciones.