El Banco Central comenzará este miércoles a cancelar los Bopreal (Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre). El pomposo nombre refiere al instrumento que la entidad propuso a los importadores que pese a tener su documentación en orden, no pudieron acceder al mercado oficial de cambios a partir de 2023 a causa de la escasez de divisas.
A esas firmas, la entidad les ofreció un bono en dólares que podía entregarse a sus acreedores, con la promesa de ser cancelados entre 2025 y 2027, según la serie, o bien vendidos en el mercado abierto. Además, en algunos casos se podía utilizar para abonar impuestos.
El pago del miércoles corresponde a la primera amortización de la segunda serie de las tres emitidas, por el 8,33% del capital. Se estima que insumirá unos U$S 167 millones.
La operación se suma a otras recientes que realizó el Banco Central y que dejan un saldo muy negativo para la entidad en el mes que está terminando. El día 9 atendió la amortización y los intereses de los bonos soberanos por un monto aproximado de U$S 2550 millones. En paralelo, el jueves vencen intereses por el préstamo con el Fondo Monetario Internacional por casi U$S 780 millones: si bien la obligación corresponde al Tesoro, los dólares saldrán de la caja del BCRA.
Para peor, en el mercado mayorista la entidad también está atravesando una racha negra: a los U$S 124 millones que vendió el lunes se suman otros U$S 64 millones de este martes. De esa manera, antes de encarar la última rueda de julio el saldo acumulado es negativo en U$S 100 millones, la peor marca mensual de 2024. Las reservas brutas de la entidad cerraron en U$S 26.992 millones, el monto más bajo desde el 29 de febrero pasado.
Los Bopreal ayudaron a enmascarar por algunos meses la verdadera performance del BCRA en materia de acumulación de divisas. El relato libertario fue que la devaluación y las reformas impulsadas por el gobierno de Javier Milei impulsaron un shock de confianza que había permitido obtener unos U$S 17 mil millones.
En realidad, la contrapartida de ese ingreso fue una inédita emisión de deuda por parte del organismo monetario por U$S 10.000 millones y un cronograma de diferimiento de hasta 120 días de las divisas solicitadas por los importadores, que permitieron obtener ese colchón. Por eso las reservas netas (descontados los depósitos del sector privado, el swap con China y otras deudas a menos de un año de plazo) siguen siendo negativas en un nivel que los diferentes cálculos sitúan entre U$S 4.700 y U$S 6.100 millones.