Los brasileños se despiden este martes para siempre de Pelé, el «futbolista más grande de la Historia», que será enterrado en un mausoleo en Santos, hogar del club donde tocó el cielo. La jornada estará marcada por la visita al estadio Vila Belmiro del flamante presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que «rendirá su respeto y homenaje» a Edson Arantes do Nascimento, fallecido el jueves a los 82 años tras batallar con el cáncer.
El mandatario de izquierda, quien asumió nuevamente el poder el domingo, llegó esta mañana al recinto deportivo donde reposa el cuerpo del exdelantero por la mañana, poco antes de que finalice el velorio público, para el cual miles de personas hicieron fila durante toda la noche.
Este martes, el cortejo fúnebre dejará el estadio y hará un recorrido por Santos, ciudad portuaria de 433.000 personas, cercana a Sao Paulo. El convoy pasará por la casa de la madre de Pelé, doña Celeste, de 100 años y quien no es consciente de la muerte de su hijo, y finalmente el féretro negro será conducido a un cementerio con vistas al Vila Belmiro.
Allí, en un mausoleo del Memorial Necrópole Ecumênica, el cementerio vertical más alto del mundo, según los Récords Guinness, descansará luego de una ceremonia religiosa reservada a la familia.
En el lujoso camposanto con aires de complejo vacacional y que posee un aviario y una pequeña colección de autos y motocicletas clásicas, también están los restos de su padre, su hermano y su tía. El entierro pondrá fin oficialmente a varios días de luto en Brasil, que debe tres de sus cinco Copas del Mundo al exgoleador, que reivindicó 1.283 goles (no todos oficiales) en 21 años de carrera jugando en el Santos, el Cosmos de Nueva York y la ‘Seleçao’.
«Fue el brasileño más grande de la Historia, existimos gracias a él. Le debo mi amor a este equipo (el Santos)», dijo conteniendo el llanto Paulo José Ribeiro, un comunicador de 21 años. El ‘torcedor’ albinegro hizo una fila de dos horas el lunes junto a sus amigos para despedir a su ídolo. Como miles, soportó las altas temperaturas y el sol abrasador que desbarató las previsiones de lluvia, las mismas que advierten de altas posibilidades de precipitaciones este martes. «Valió la pena, nunca estuve tan cerca de él. Queda un vacío que nunca vamos a conseguir llenar», agregó.
Los brasileños que dijeron adiós el lunes al exastro, algunos llegados de otras ciudades, dieron un ambiente solemne al velorio, con pocas muestras de pasión desbordada como las evidenciadas en el de otra leyenda, Diego Maradona, en 2020 en Buenos Aires.»Sentí emoción, era un tipo muy querido en Brasil. Hizo historia», dijo Bruna Riveira, una trabajadora de moda de 23 años al salir del recinto deportivo.
Al hogar del ‘Peixe’, que debe al «rey» seis de sus ocho ligas, dos de sus tres Libertadores y sus dos Intercontinentales, también llegaron familiares, exfutbolistas y autoridades del balompié como los presidentes de la FIFA, Gianni Infantino; de la Conmebol, Alejandro Domínguez, y de la Confederación Brasileña de Fútbol, Ednaldo Rodrigues.
Infantino aseguró que la FIFA pedirá a «todas las federaciones en el mundo entero, los 211 países, que nombren un estadio en cada país con el nombre de Pelé, porque los jóvenes tienen que saber y recordar quién era». La propuesta se suma a otros posibles homenajes a Pelé, como jubilar la camisa ’10’ del Santos que el legendario exatleta inmortalizó, o reemplazar tres de las cinco estrellas del escudo de la ‘Seleçao’ por tres corazones, en honor a Três Corações, el pueblo donde nació en el estado de Minas Gerais (sureste).