El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, calificó este martes a su antecesor, el exmandatario Jair Bolsonaro, como el «líder de los psicópatas», convocó a la población a luchar contra el «algoritmo del mal» que disemina mentiras y anunció una serie de programas de precios mínimos para los pequeños productores rurales, al relanzar el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria (Consea).
En un acto que forma parte de las acciones del gobierno contra el hambre, en un país con 32 millones de habitantes no tienen que comer y 110 millones tienen problemas de seguridad alimentaria, Lula pidió a su gabinete trabajar «más rápido, con más competencia y resultados», al terminar el segundo mes de su gobierno iniciado el 1 de enero.
El Consea relanzado por Lula había sido extinguido por el gobierno de Bolsonaro en 2019 al considerar que era un mecanismo de intervención del Estado en la economía de producción de alimentos, luego de haber sido instalado como un organismo de políticas públicas hacia la alimentación y nutrición en 1993 por el entonces presidente Itamar Franco.
Lula aseguró que sueña con que el hambre «sea exterminado» y que la población todavía tenga «capacidad de indignarse ante un asunto tan grave».
«Nuestra lucha contra el hambre es incansable. Cuando dejé el primer gobierno pensé que era un tema que iba a estar superado», manifestó. En ese marco, aseguró que el sistema «tiene cosas equivocadas», debido a que existe gente que no tiene acceso a los alimentos en un país que es potencia agrícola.
Por ello, anticipó que se reactive el programa Más Alimentos del Ministerio de Desarrollo Agrícola para que el Estado compre el excedente de la producción de los pequeños productores familiares para destinarlo a la población más necesitada.
«Volveremos a la política de precios mínimos para que las personas puedan plantar más y no tener pérdidas», aseguró el mandatario en el acto en el Palacio del Planalto, en una semana en la cual será lanzado el nuevo plan social Bolsa Familia, que había sido anulado por Bolsonaro, con 650 (125 dólares) reales mensuales para las familias más pobres, más 150 (30 dólares) por hijo menor de 6 años.
Lula anticipó que quiere cumplir la promesa de campaña de ejecutar un plan que permita renegociar deudas a aquellas personas que deban hasta 400 dólares. Este contingente suma 51 millones que están inhabilitados para pedir créditos bancarios.
Durante el acto, Lula hizo un balance de su gestión y agradeció a los movimientos sociales el respaldo otorgado al Gobierno tras los actos golpistas del 8 de enero por parte de seguidores de Bolsonaro.
«Eran psicópatas orientados por un psicópata mayor. Si quieren volver a gobernar tienen que respetar a la democracia y vencer en forma democrática. Hay que ser humanista, actuar con fraternidad, no aceptamos las mentiras de los psicópatas», aseguró.
El mandatario aseguró que con las cadenas de odio por las redes sociales «hay una parte de la sociedad que ha quedado más inhumana, llevada por el algoritmo del mal».
En un comunicado, el gobierno sostuvo que una de las consecuencias del fin del Consea fue el regreso de Brasil al mapa del hambre de la ONU, del que había salido en 2013 durante el gobierno de Dilma Rousseff, luego de una década de ejecuciones masivas de programas sociales y valorización del salario por encima de la inflación.
“En 2019, Jair Bolsonaro hizo de la desactivación del Consea uno de sus primeros actos oficiales. El regreso de Brasil al mapa del hambre se identifica como una de las consecuencias más drásticas del desmantelamiento de las políticas impulsadas en los últimos cuatro años en esta materia”, indicó la nota oficial.