Como es de práctica en la Organización de Naciones Unidas, el primer discurso de apertura de las sesiones de la 79ª Asamblea General le corresponde al representante de Brasil y el segundo al de Estados Unidos. Lula da Silva habló por décima vez ante ese foro universal, mientras que Joe Biden se despedía en la que será su única gestión en la Casa Blanca. Las guerras, en Ucrania y Medo Oriente, no faltaron en los mensajes de ambos jefes de estado, como tampoco estuvo ausente del mensaje del secretario general del organismo, Antonio Guterres, que los había precedido al inaugurar ese 79º encuentro ecuménico.
Lula, sin embargo, fue algo más lejos que su par estadounidense, ya que hizo un recuento de las inversiones en armamento que gastan los principales países del mundo. «El año 2023 ostenta el triste récord de contar con el mayor número de conflictos desde la II Guerra Mundial. Los gastos militares globales han crecido por noveno año consecutivo hasta alcanzar los 2.000 billones de dólares», dijo, para agregar: «Estos recursos podrían haberse utilizado para combatir el hambre y abordar el cambio climático».
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En este eje, Lula fue punzante contra posiciones extremas como las del presidente argentino, que rechazó adherir al Pacto Futuro que se firmó el domingo y hace pullas con la defensa de la justicia social, y contra Elon Musk. Sin mencionar a ninguno, dijo que la crisis climática “llama a nuestra puertas, destruye nuestras casas, nuestras ciudades, nuestros países e impone la pérdida y el sufrimiento (…) sobre todo a los más pobres” y reprochó la negligencia de dirigentes que soslayan protocolos y compromisos al tiempo que propuso tomar medidas frente a «quienes se lucran con la degradación medioambiental». Y en lo que sonó a una alisión al dueño de X, con quien las autoridades judiciales brasileñas tienen un enfrentamiento que als llevo a prohibir la red social en el país, Lula dijo que ningún Estado puede estar bajo las presiones de quienes «se creen por encima de la ley«
Sobre la guerra en Ucrania, Lula dijo: “Lamentablemente vemos una guerra sin perspectiva de paz. Brasil condenó de manera firme la invasión. Ya está claro que ninguna de las partes conseguirá alcanzar sus objetivos por vía militar (…) Crear condiciones para retomar el diálogo directo entre las partes es crucial”.
En cuanto a Medio Oriente, tras celebrar la presencia de los representantes del Estado Palestino en la sala, “aunque con carácter de observadores”, criticó que Israel haya convertido su derecho a la defensa tras los «ataques terroristas de unos fanáticos» en un «derecho de venganza» que se ceba especialmente con mujeres y niños.
El presidente brasileño también destacó la «década perdida» de América Latina, que desde 2014 viene padeciendo el bajo crecimiento y las altas tasas de desigualdad. Se trata de una región, resaltó, «atrapada» muchas veces por disputas que le son ajenas, poniendo como ejemplo el embargo sobre Cuba. «Mantener a Cuba en una lista unilateral de Estados que supuestamente promueven el terrorismo e imponer medidas coercitivas unilaterales castigan ilegalmente a las poblaciones más populares», argumentó.
«El futuro de nuestra región pasa por construir un Estado sostenible, eficiente, inclusivo y que se enfrente a todas las formas de discriminación«, insistio Lula, que incluyó en esta lista a «individuos, corporaciones y empresas tecnológicas que se creen por encima de la ley (…) Los brasileños y las brasileñas continuarán derrotando a quienes intenten colocar las instituciones al servicio de los intereses reaccionarios (…) En un mundo globalizado no tiene sentido recurrir a los falsos patriotas y a los aislacionistas (ni a las) experiencias ultraliberales que agravan las dificultades del continente«, concluyó.
Despedida de Biden
A su turno, el presidente de Estados Unidos dijo, como si la Casa Blanca fuera ajena a los acontecimientos, que «es momento de que las partes se pongan de acuerdo» para pactar un alto el fuego en la Franja de Gaza que permita la liberación de los rehenes aún en manos de las milicias palestinas. EEUU, a Qatar y Egipto, son mediadores para un alto el fuego. Joe Biden, por las dudas, deslizó que aún «sigue siendo posible una solución diplomática» para poner fin al «infierno» que viven tanto los familiares de los rehenes como los «civiles inocentes» gazatíes.
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Biden también acusó a Hezboláh de haber iniciado esta escalada con Israel por haber comenzado, dijo, a lanzar proyectiles sobre Israel hace casi un año «sin provocación» alguna, como gesto de solidaridad hacia la población palestina. Los ataques israelíes contra cientos de dispositivos de comunicación de Hezbolah -pasibles de ser considerados atos de terrorismo- y la ola de bombardeos de estos últimos dos días, que suman ya más de medio millar de fallecidos, elevaron la tensión pero por ahora sin visos de que se pudiera poner freno a lo que Lula catalogó como ansias de venganza israelíes. «Una guerra a gran escala no beneficia a nadie«, dijo el presidente estadounidense, sin criticar las últimas acciones emprendidas por Israel, el principal aliado político de Estados Unidos en la región,
Biden volvió a plantear sus críticas a la violencia ejercida sobre los palestinos en Cisjordania y pidió avanzar hacia lograr una solución de dos Estados, en la que Israel pueda «normalizar» las relaciones con los países vecinos y los palestinos puedan disponer de un territorio propio en el que vivir «en paz y seguridad».
Como está de despedida, Biden repasó sus “logros” en Washington. Como la vuelta al acuerdo de París contra el cambio climático, el retorno a la Organización Mundial de la Salud (OMS) o haber puesto fin a la guerra en Afganistán, una decisión «difícil» pero «correcta». En la lista de las cosas bien hechas, anotó la decisión de respaldar a Ucrania frente a «la guerra de (Vladimir) Putin«, que tildó de «fracasada», y reclamó no bajar los brazos «hasta que Ucrania consiga la libertad».
«No podemos aburrirnos«, dijo Biden, para afirmar luego que la OTAN está ahora «más fuerte que nunca» y cuenta con dos nuevos miembros, Suecia y Finlandia. Y llamó a que Occidente siga tejiendo alianzas en el Indo-Pacífico. Aunque aseguró que esas nuevas alianzas no van contra ningún país en particular, era obvio que hablada de China
De todas maneras, el todavía inquilino de la Casa Blanca se mostró perceptivo a una reforma y ampliación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En eso coincido con Lula, que desde su segunda presidencia viene pugnando por conseguir un asiento permanenteen ese selecto club de cinco naciones con derecho a veto para Brasil. Que abre las sesiones como un gesto de reparación, ya que envió una Fuerza Expedicionaria de cerca de 26.000 tropas del lado de los aliados en la II Guerra Mundial con la esperanza de jugar en primera, y se quedó afuera.
El resto de los discursos puede seguirse aqui:
https://webtv.un.org/en/asset/k1x/k1xjbwt20l
alg con NA, Europa Press y Sputnik