En el discurso inaugural de la Feria Internacional del Libro suelen jugarse no sólo intereses culturales, sino también políticos. Aún está fresca la polémica que suscitó Horacio González cuando la elección para pronunciarlo recayó sobre Mario Vargas Llosa o el tenso silencio que rodeó la alocución de Alberto Manguel mientras en representación del personal de la Biblioteca Nacional ya que a éstos se les prohibió hacerlo- muchas personas levantaron carteles que se alzaban contra los despidos y las nuevas políticas de la institución.
Esta vez, la elección recayó más que merecidamente en la escritora Luisa Valenzuela según lo informó la fundación El Libro. La ceremonia de apertura tendrá lugar el jueves 27 de abril a las 18.30 en la sala Jorge Luis Borges en el predio de La Rural.
La institución también anunció el Premio Literario Fundación El Libro, cuyo ganador será determinado por un jurado integrado por la misma Valenzuela junto a Antonio Skármeta, Daniel Divinsky, Pablo de Santis y Abelardo Castillo.
La escritora tiene a sus espaldas una original y vasta obra integrada por más de treinta títulos entre novelas, cuentos, microrrelatos y ensayos. En su escritura rica, variada y a veces con inusuales rasgos de humor, está presente en elaborada clave literaria la política y las diversas problemáticas argentinas. Para conocer la realidad nacional de los 70, 80 y 90 sus novelas deberían considerarse como una comprobación palmaria de lo mucho que puede aportar la ficción para entender lo que con cierta imprecisión llamamos realidad.
Haber sido elegida es para mí un gran honor y orgullo le dijo Valenzuela a Tiempo Argentino– , pero más que nada es una enorme responsabilidad. Y no sólo por ser apenas la tercera mujer que tiene la palabra en 43 años. Lo es sobre todo porque la palabra, hoy en día, ha perdido su peso y la realidad suele verse empañada por una engañosa ficción. Escritoras y escritores, gente de letras, intelectuales (¿por qué tenerle miedo a este término, dejar que se desacredite?) sabemos distinguir la una de la otra; se impone recuperar nuestro papel de referentes luchando con lucidez para devolverle a la educación y a la cultura la primacía que les corresponde. Y ¿qué mejor puerta para ingresar a esos valores que la Feria del Libro?
Ser apenas la tercera mujer en dar el discurso inaugural de la Feria en 43 años no es un dato menor. La discriminación hacia el género femenino que suele concretarse en violencia manifiesta y tener desenlaces fatales en el ámbito doméstico, también tiene su correlato menos espectacular pero no menos agresivo en el mundo de la cultura. Antes que ella sólo fueron las encargadas de abrir la Feria Griselda Gambaro en 2005 y Angélica Gorodischer en 2009.
Viajera incansable, coleccionista de máscaras y de las anécdotas más graciosas sobre Borges de cuando ella ponía en juego la irreverencia iconoclasta de su juventud, curiosa detective-antropóloga de la cultura, Valenzuela es, sin duda, uno de los grandes referentes literarios de la Argentina. Entre sus múltiples títulos publicados en más de 17 países se cuentan La máscara sarda, La travesía, El gato eficaz, Encrucijadas, Los heréticos, Hay que sonreír, Cambio de armas, Novela negra con argentinos.
Ha recibido, además, numerosos reconocimientos entre los que figuran el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Knox (Illinois), la Medalla Machado de Assis de la Academia Brasilera de Letras, y el premio Astralba de la Universidad de Puerto Rico. Integra la American Academy of Arts and Science y del Freedom to Write Commitee del PEN American Center, cuya sede en Argentina preside desde el 2015.
A lo largo de su vida nunca se ha cansado de escribir apasionadamente, ni de luchar por las causas justas.