La reunión de ministros del G20 en Río de Janeiro es el marco donde se reunirán este jueves el ministro de Economía, Luis Caputo, y la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.
El encuentro, que en otras ocasiones podría ser meramente protocolar, está condimentado por las duras declaraciones del presidente Javier Milei contra parte del staff del organismo. En particular el mandatario le apuntó a Rodrigo Valdés, el economista chileno que dirige el Departamento para el Hemisferio Occidental y que desde ese puesto supervisa la relación entre el gobierno argentino y el FMI.
“Rodrigo Valdés tiene mala intención manifiesta. No quiere que le vaya bien a Argentina. Él tiene otra agenda”, dijo Milei del exministro de Hacienda trasandino. También lo acusó de “complicidad” con el gobierno anterior.
Las acusaciones que el jefe de Estado lanzó en una entrevista periodística la semana pasada (y que ya había insinuado en ocasiones anteriores, aunque nunca en términos tan virulentos) le pusieron más tirantez a la relación con el Fondo, ya complicada por las diferencias de criterio sobre la política cambiaria y la receta para que el Banco Central acumule reservas (que para el FMI son ni más ni menos que una devaluación).
Como en una relación adolescente, el organismo sindicado como el malo de la película es también la carta en que el gobierno confía como prestamista de última instancia para paliar la falta de los dólares que, a pesar de los anuncios, siguen escaseando en el Banco Central. Aunque lo necesita de su lado, Milei lo ataca.
Por si fuera poco, en el edificio de la calle 19 de Washington no guardan buenos recuerdos de Caputo. En 2018, durante su breve paso por la presidencia del Banco Central, el actual ministro intervino en el mercado cambiario y vendió a mansalva los dólares (sin éxito) para intentar contener la cotización. El organismo entendió que estaba rifando las divisas que había entregado para fondear el BCRA. Por esoa razón la entonces directora del organismo, Christine Lagarde, le pidió a Mauricio Macri que lo desalojara de su cargo, lo que el expresidente cumplió.
Por eso, por fuera de la fotografía con sonrisas y del tuit festivo habitual que se publicará este jueves, todos sospechan de cómo será en rigor de verdad el encuentro de Caputo y Kristalina. Pocos serán los testigos, entre ellos Pablo Quirno, el secretario de Finanzas que acompaña al ministro en la gestión.
Según lo informado por el Palacio de Hacienda, Caputo también se entrevistará con la secretaria del Tesoro de los EE UU, Janet Yellen; con el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga; del BID, Ilan Goldfajn; y el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, entre otros. Con ellos sondeará las posibles fuentes de financiamiento para los próximos meses.
La reunión con Yellen es significativa, porque el gobierno de Estados Unidos se arroga la facultad de abrir o cerrar las puertas de organismos internacionales para ayudar a los países en dificultades. Habrá que ver la actitud de Yellen habida cuenta de que el gobierno libertario apuesta a que cambie el color político en Washington y que en las elecciones de noviembre se imponga Donald Trump, por quien Milei siente especial debilidad sin que se sepa si ese sentimiento es correspondido por el magnate. Acaso con él, fantasean en la Casa Rosada, lleguen los dólares que por ahora el Fondo no quiere entregar.