Lucas Arias tiene 25 años y es experto en inteligencia artificial. El joven se sumó a la ola de críticas hacia el presidente Javier Milei por haber encabezado una presunta mega estafa a nivel global en la que se esfumaron unos 100 millones de dólares, al incentivar a sus seguidores a invertir en una nueva criptomoneda denominada $Libra. El especialista, integrante y candidato a legislador porteño por el Frente Nueva Generación, analizó con Tiempo Argentino la escandalosa maniobra y las responsabilidades que le caben al mandatario.
– ¿La justicia y la ley están a la altura como para prevenir este tipo de maniobras?
– La blockchain y las criptomonedas puntualmente están reguladas en un montón de comisiones de valores a nivel mundial, tanto por la SEC, incluso algunas tienen normativas ISO en el desarrollo de su tecnología. Acá en Argentina también en cuanto a las billeteras virtuales. Ahora, esto sin duda nos marca un antes y un después en lo que consideramos una regulación efectiva y un protocolo para la función pública y puntualmente para el Poder Ejecutivo. El presidente Javier Milei hace un mes subía una foto con uno de los implicados en todo esto, que es su presunto asesor en la materia y el que lo acompañó evidentemente de manera premeditada a realizar este proyecto y acompañarlo.
– ¿Qué rol juega el entorno del presidente?
– El protocolo para encontrar al asesor por lo menos fue negligente. Sé de primera mano de proyectos serios de empresas que vienen traccionando mucho acá en Argentina -donde somos líder a nivel mundial en la industria de desarrollo de blockchain y criptomonedas y en adopción de la tecnología puntualmente en la Ciudad de Buenos Aires- que no pudieron acercarse al presidente porque según denunciaron públicamente les pidieron una coima para sentarse con él para plantearle un proyecto serio. Eso nos da un indicio de cómo este pibe llegó hasta ahí.
– ¿El presidente pudo ser el protagonista en esta maniobra?
– Es el protagonista con toda la responsabilidad que le recae como presidente de la Nación. Porque él compartió en su cuenta personal verificada de la plataforma de su amigo Elon Musk que no solo está verificado con el tilde azul de persona real, sino que está verificado con el tilde gris de persona políticamente expuesta y de funcionario público reconocido a nivel mundial. Por supuesto que toda la responsabilidad recae en él al compartir un proyecto que, según él, le aporta toda la credibilidad y el respaldo para confiar en esto. No era una shitcoin, ni una memecoin (NdR: ambas criptos con consideradas fuertemente especulativas desde su creación). Supuestamente era un fondo de inversión basado en criptomonedas para financiar pymes y emprendimientos argentinos. Lo vendió así y dio la dirección del contrato, del smart contract. Esos números alfanuméricos infinitos que están en el tweet original, eso es una coordenada digital para encontrar el proyecto en la blockchain. Más claro imposible.
– La supuesta estafa estuvo dirigida a un nicho de personas particular…
– Para el 99% de la población en Argentina y a nivel mundial, por fortuna, este tipo de inversiones tiene demasiadas barreras de entrada y curvas de aprendizaje para poder confiar y entrar en tiempo y forma. Esto nos marca que el presidente se está gestionando de esta manera con todo tipo de tecnologías. Incluso con aquellas con las cuales discursivamente piensa posicionar a la Argentina como un hub tecnológico como la inteligencia artificial. Que esa sí es democrática y va a ser partícipe como punta de lanza de la Cuarta Revolución Industrial y va a ser un hito en el empleo, en la ciudadanía, en la vida en el día a día de todos los ciudadanos, de manera inminente la inteligencia artificial y la robótica. Si se está manejando así con la blockchain, imaginémonos lo que está haciendo en el ámbito de la IA y cómo maneja el financiamiento a universidades o centros de investigación, en vez de buscar una asistencia público-privada para captar inversiones como están haciendo las verdaderas potencias del mundo. Argentina tiene todas las capacidades y se está quedando atrás.
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– ¿Se puede rastrear la ruta del dinero?
– El presunto asesor de Milei salió esta madrugada en horario argentino a testificar mediante una denuncia pública a través de un periodista norteamericano, que él tiene todavía un pool de capital en una de las principales billeteras y está viendo qué hacer con eso, también denunciando que está en peligro su vida, que recibió amenazas de muerte, que está siendo, según él, perjudicado y calumniado por el presidente Javier Milei al echarse para atrás del proyecto, no solamente difundirlo, sino también echarse para atrás y lavarse las manos. No solamente es una estafa, sino que lo que está planteando esta gente, entre ellos, es una falta de códigos, como se dice en la jerga. Es como que salieron a hacer un ilícito y uno de sus compañeros lo entregó…
– Más allá de la voluntad política que debería tener un presidente para no llevar adelante estas maniobras, ¿Qué herramientas de prevención hacen falta?
– Esta es una de las tantas cosas que pueden pasar con una política obsoleta, del siglo XX, que no entiende en dónde estamos parados, ni los peligros que la rodean, la vieja política no tiene ni idea de dónde se está metiendo. No saben del mundo de hoy, no lo entienden, y encima no quieren soltar el poder, no están dispuestos a abrir el juego a nuevas generaciones. Yo soy candidato a legislador del Frente Nueva Generación y presentamos un proyecto renovador de la política, basado en la tecnología y en el nacionalismo, con intereses proteccionistas de nuestra tecnología, de nuestra infraestructura soberana, de nuestro capital humano, de nuestra universidad pública, tecnológica, nacional, de excelencia.