El Indec presentó este miércoles su Indice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto con una variación promedio del 12,4% que reflejó el impacto de la devaluación oficial posterior a las PASO en el contexto de las negociaciones con el FMI.
El dato, que resalta como el más alto desde febrero de 1991, prácticamente duplicó el IPC del mes anterior.
El ajuste del tipo de cambio se combinó a su vez con los múltiples condicionamientos de la formación de precios a nivel local, que ya antes de la devaluación explicaban el largo encadenamiento de meses con aumentos históricos.
Pero el impacto de agosto es más fuerte todavía cuando la atención se detiene en la evolución de los precios de los alimentos, que aportaron 4,5 puntos porcentuales al indicador general. El rubro presentó una variación del 15,6%, enganchado a los precios de las carnes, que en todas las variantes que mensura el ente estadístico nacional superaron la barrera del 30% en el octavo mes.
El kilo de carne picada común aumentó 39,4% a un costo de $1.702,55; el kilo de paleta cerró el mes a $2.487,86 con aumento del 34,1%; la misma unidad de cuadril costó $3.014,67, con una suba del 33,3%; y la nalga aumentó 32,8% a $3.204,08.
La escalada de la proteína animal alcanzó a los cortes tradicionalmente considerados alternativos: el kilo de pollo aumentó 20,6% a $840,37 y el filet de merluza aumentó 16,3% para cerrar el período a un precio de $2.790,80.
Por el lado de las frutas y verduras, los incrementos más significativos se registraron en tomate redondo, con el 31,8% mensual, y la papa, con el 28,3% respecto a julio.
En el segmento almacén se destacaron aumentos fuertes en galletitas dulces (18,7%); arroz blanco (14,2%).
Y en limpieza y perfumería los picos estuvieron en algodón, con el 12,8%; y en el champú de envase de 400 centímetros cúbicos, que trepó el 9,7% en relación al mes anterior.
Con el añadido de agosto, el dato de Alimentos y Bebidas acumuló desde diciembre de 2022 un 80,2% en la zona del AMBA y, desde agosto de 2022, una suba del 135,6%. En el año el subrubro más inflacionario fue Verduras, Tubérculos y Legumbres, con un 165% acumulado. Frutas aumentó 151,4% en el mismo período.
Otros rubros
El segundo rubro más caliente del mes fue Salud, con el 15,3%, asociado a los aumentos de los medicamentos; y el tercero de la nómina fue Equipamiento y Mantenimiento del Hogar, con el 14,1%. Restaurantes y Hoteles con el 12,4% igualó el promedio general.
Por debajo de esa línea quedaron dos rubros en el nivel de los dos dígitos: Recreación y Cultura (11,6%) y Transporte (10,5%). Bienes y Servicios Varios promedió 9,4%, Prendas de Vestir y Calzado, 9,1%, mismo porcentaje que Vivienda, Agua, Electricidad, Gas y Otros Combustibles. Además, Educación aumentó 8,7% y Bebidas Alcohólicas y Tabaco 8,5%.
El último rubro de la lista fue Comunicación, el indicador de los precios de los servicios de telefonía e internet, que con un 4,5% parece haberse ajustado a los aumentos que autorizó el Enacom y desaceleró respecto a los niveles de las mediciones anteriores del IPC. Desde enero, este rubro aumentó 74,3%, y desde agosto de 2022, 120,2%.
Análisis
Entre las primeras reacciones, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) remarcó que el número de agosto no se corresponde solamente con la devaluación a instancias el FMI sino además por el acompañamiento de abusos de tipo oligopólicos. “El dato más ilustrativo -argumentó el CEPA- deriva de que, desde enero de 2021 y hasta julio, los incrementos de precios de alimentos superaron en 30% la variación del dólar contado con liquidación y el dólar blue para el mismo período”.
Las tensiones cambiarias, agregó: “Se evidenciaron también con intensidad en agosto y se conjugaron con el resto de las razones para explicar la inflación”.
LCG destacó el salto de las carnes como el factor determinante. También señaló que además de la devaluación posterior a las PASO incidieron las subas de los dólares informales previas a la contienda electoral.
Desde esta mirada, el traslado a precios todavía no terminó y hay que esperar un rezago en la medición del mes en curso. Si bien LCG destacó que medidas recientes como el congelamiento del dólar oficial tendrán efecto, también cree que después de las elecciones el gobierno deberá descongelar, lo que previsiblemente irá a parar a los precios minoristas.
En tanto la consultora ACM consideró el resultado del mes como un aparente piso para lo que resta del año, un período en el que la economía, según la hipótesis, se moverá a una mayor nominalidad que antes. “Es altamente probable que las expectativas del mercado muestren un salto importante en la inflación esperada para este año y que en el año entrante nos encontremos ante un sendero similar”, analizó la fuente.
Value Deal Consultora (VDC) apuntó que la inflación de agosto consumió un 45,7% de la devaluación post PASO y proyectó que, con un IPC del 10% en septiembre y con un tipo de cambio sin modificaciones, la inflación habrá consumido el 90% de la devaluación, una situación que calificó como sin precedente en los últimos 23 años.
De todos modos, la entidad consideró que “en definitiva, el problema no fue la devaluación del peso, que a todas luces con mayor o menor velocidad y profundidad era inevitable. Sino el frágil contexto, la agilidad y flexibilidad de los agentes económicos para ajustarse a medidas que ya aburren y, fundamentalmente, la inexistencia de un plan integral que le dé coherencia”.