Este miércoles Lanús jugará por primera vez en su historia una final de Copa Libertadores. Si bien en la última década jugó seis veces el torneo más importante a nivel continental, la presencia del Granate en la definición es un verdadero batacazo. El club del Sur del Gran Buenos Aires llegó a jugar en la tercera categoría del fútbol argentino entre 1979 y 1981. Pero no es el primero de los equipos menos poderosos de América que se mete en la final de la Libertadores. A continuación, un repaso de los once finalistas más sorpresivos de la historia de la Copa.

1968: Estudiantes
Medio siglo después del logro del equipo de Osvaldo Zubeldía, Estudiantes y Libertadores parecen dos palabras que van de la mano. Pero en 1968 fue una verdadera revolución la aparición del Pincha entre los mejores equipos de América y del Mundo. El Pincha se había consagrado campeón del Metropolitano 1967 tras vencer por 3 a 0 en la final al Racing de José. Y al año siguiente América no le quedó grande. La Academia también fue el verdugo en la Copa: después de tres partidos durísimos ante Racing por la semifinal, Estudiantes se clasificó finalista. Allí se midió con Palmeiras, que también forzó un juego desempate. La definición se jugó en Montevideo y fue 2 a 0 para el Pincha, con goles de Ribaudo y de Verón. El Estudiantes de Zubeldía luego se transformó en tricampeón de América y en mito. Sus virtudes fueron el sacrificio, la disciplina, el coraje y la valentía.

1975: Unión Española (Chi)

La de 1975 fue la cuarta final consecutiva para Independiente. Enfrente, en cambio, tenía un debutante en esa instancia: Unión Española de Chile, que se había clasificado tras ganar la liguilla PreLibertadores. Los chilenos tuvieron una gran campaña en la Copa al punto que varios de sus jugadores pasaron a integrar la Selección de Chile por esos años. Tras dejar en el camino a Universitario de Perú y Liga de Quito en los grupos de semifinales, se cruzó con el Rojo en la instancia decisiva. El partido de ida, en un Estadio Nacional repleto, fue 1 a 0 para Unión Española. En Avellaneda, con un arbitraje polémico, se impuso el Rojo. Por eso se debió jugar un desempate en Asunción, que ganó Independiente y se quedó con la copa. Más allá del subcampeonato, esa campaña de la Unión Española aun es recordada en Chile.

  1981: Cobreloa (Chi)Apenas cuatro años de vida tenía el club chileno cuando se metió entre los dos mejores equipos de América. Fundado en 1977 en la región de Atacama, donde se encuentran los yacimientos de cobre más importantes de Chile, el club rápidamente empezó a pisar fuerte. En 1980 se consagró campeón de la Primera División. Y se ganó un lugar en la Libertadores del año siguiente. Después de eliminar a Nacional y Peñarol en la zona de semifinales, se enfrentó nada menos que al Flamengo, en el Maracaná. Casi cien mil cariocas se sorprendieron del juego del equipo mineral: cayó 2 a 1 pero dio pelea. En la vuelta, en el Estadio Nacional de Santiago, Cobreloa venció por 1 a 0. Hubo que viajar a Montevideo para jugar el desempate. La magia de Zico fue demasiado para los chilenos: el Flamengo se impuso 2 a 0 y dejó a los naranjas al borde de la hazaña.

1985: Argentinos Juniors
Tres partidos y una definición por penales necesitó Argentinos Juniors en aquella final para vencer a América de Cali y consagrarse campeón de la Libertadores. Pero el equipo del Piojo Yudica había hecho una gran campaña para lograr la hazaña. El Bicho había sido campeón de Primera División por primera vez en su historia el año anterior, con Roberto Saporitti como DT. Por eso, entró a la Libertadores. Y allí siguió pisando fuerte. Con el Checho Batista, Vidallé, Olguín, Videla y Borghi como figuras los de La Paternal conquistaron América. Ya en la primera ronda se sacó de encima a los brasileros Vasco da Gama y Fluimenese. Y en la zona de semifinales eliminó nada menos que a Independiente. En la final, se impuso en el Monumental pero cayó en Colombia. Hubo que viajar a Asunción, donde Vidallé se hizo enorme en la definición por penales y Argentinos gritó campeón de América.

1988: Newell´s
Otra vez el Piojo Yudica llevó a un equipo argentino a la final de la Copa Libertadores. Esta vez, la sorpresa llegó de Rosario. Newell´s clasificó a su segunda copa tras haber sido campeón del campeonato 1987/88, donde arrasó al sacarle seis puntos de diferencia a San Lorenzo. Yudica armó un equipo conformado por todos jugadores de inferiores, entre los que se destacaban Scoponi, Franco, Sensini, Llop, Martino y Batistuta. En las semifinales de la Libertadores, otra vez el verdugo fue el Ciclón. La final fue ante Nacional de Uruguay. En la ida, en el Gigante de Arroyito, la Lepra se impuso por 1 a 0 con gol de Iván Gabrich. En Montevideo fue todo tricolor: el Bolso ganó por 3 a 0 y se consagró tricampeón de América.


1994: Vélez

Antes de que los caminos de Bianchi y la Copa Libertadores se unieran, era una sorpresa que Vélez aparezca en esta instancia del torneo continental. El Fortín consiguió su segundo título nacional en 1993 y eso le valió como pasaje para jugar por segunda vez la Libertadores. Le tocó un grupo bravísimo con Boca, Cruzeiro y Palemiras. Con grandes figuras como Chilavert, Trotta, Bassedas, Asad y el Turu Flores se abrió camino hasta la final. Allí se cruzó con San Pablo, que venía de consagrarse dos veces consecutivas campeón de América y del Mundo. En Liniers, en la ida, ganó 1 a 0 con gol de Asad. En el Morumbí, después de perder 1 a 0, fueron a los penales. Allí Chilavert se hizo enorme como pateador y como arquero. Y Vélez dio la sorpresa.

2002: Sao Caetano (Bra)
Olimpia-Sao Caetano es acaso una de las finales más sorprendentes de la historia de la Copa Libertadores. En equipo paraguayo celebraba su centenario y el invitado de honor a su fiesta fue el humilde equipo brasilero, que apenas llevaba 13 años de vida. Los paulistas clasifiaron por haber sido subcampeones del Brasileirao y dieron la sorpresa: lideraron su grupo, eliminaron por penales a Universidad Católica, en octavos, y a Peñarol, en cuartos. En semifinales se impusieron al América de México. Y en la final se astilló el sueño ante Olimpia, de Paraguay, que se consagró campeón en la definición por penales. Quince años después de aquella epopeya, Sao Caetano juega en la serie D del campeonato brasilero.

2004: Once Caldas (Col)
La del 2004 era apenas la tercera participación del equipo colombiano en la Libertadores. Y fue la más importante. Si bien el equipo cafetero venía de ser campeón de la liga de Colombia, realizó una campaña sorprendente: dejó en el camino a Barcelona de Guayaquil, Santos y San Pablo, hasta que en la final se cruzó con el Boca de Bianchi, que era el campeón defensor y llegaba en alza tras eliminar a River en semifinales. Después de dos partidos muy peleados, fueron a la definición por penales. Con Juan Carlos Henao como gran figura, se impuso Once Caldas y se convirtió en el segundo equipo colombiano en ganar esta copa.

2005:Atlético Paranense (Bra)

El equipo de Curitiba clasificó a la Libertadores por haber sido el subcampeón del Brasileirao del 2004. Hasta el siglo XXI, nunca había participado de la Copa. Pero a partir del 2000 se volvió un equipo habitual en la Libertadores. La del 2005 fue su mejor participación: terminó segundo en su grupo pero se hizo fuerte en los mano a mano: eliminó a Cerro Porteño, Santos y Guadalajara. En la final, ante San Pablo, se ilusionó con un empate en el partido de ida pero cayó por 4 a 0 en la vuelta.

2014:Nacional (Par)
La de la Copa 2014 fue la final más inesperada después de la fase de grupos: San Lorenzo había sido el clasificado 15° y Nacional, de Paraguay, 16°. Sin embargo sus caminos se cruzaron en la final. Para llegar ahí el equipo guaraní tuvo que dejar en el camino a otros dos equipos argentinos, como Vélez y Arsenal. En las semis le ganó a Defensores Sporting, de Uruguay. Las figuras de esa campaña de Nacional fueron los delanteros Fredy Bareiro y Julián Benítez. El desenlace ante San Lorenzo ya se conoce: el Ciclón ganó por primera vez el torneo que lo obsesionó durante más de medio siglo.

2016:Independiente del Valle (Ecu)
Independiente del Valle entró a esta edición de la Copa por haber sido el tercero de la tabla del campeonato ecuatoriano. Club modesto de la ciudad de Sangloquí, a diez kilómetros de Quito, suele hacer de local en un estadio que tiene capacidad para siete mil personas y que no se llena. Más allá de los escasos antecedentes construyó un camino a la final en el que superó nada menos que a River y a Boca, dos de los equipos más grandes del continente. Su gloria coincidió con el terremoto que sacudió a Ecuador el año pasado, el más grande para el país en los últimos treinta años. Por eso el club donó la recaudación de todos los partidos de la Libertadores a los damnificados por el terremoto, en un monto que ascendía a más de 500 mil dólares. Por eso, contó con el apoyo de todo un país. Aunque se quedó en las puertas de la gloria.