La inflación afectó en mayor medida a los precios de los alimentos, los servicios públicos y los medicamentos. Sobre este último punto se centró el informe “El costo de la salud”, realizado por el Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV.
En particular, “el consumo de bienes y servicios relativos a la salud tiene un carácter distintivo sobre los demás –asegura el informe-, dadas sus características de baja elasticidad de demanda respecto a la magnitud en las variaciones de sus precios”. Esto se debe a que se trata de productos esenciales e insustituibles; es decir, que la persona no puede dejar de comprarlos.
A partir de un relevamiento sobre más de 120 productos, “se registró un incremento del orden del 188 por ciento en los últimos tres años”. Esto es, “un alza de casi 25 puntos porcentuales” por encima de la inflación medida por la Ciudad de Buenos Aires, para igual período. En tanto, los remedios importados (casi el 25% del total) subieron un 222%.
En el detalle, se destacan las subas más pronunciadas. Los medicamentos para las tiroides subieron un 320 por ciento; los ansiolíticos, 317%; los analgésicos antiespasmódicos, 299%; los hipocolesterolemiantes, 254%; los corticosteroides, 246%; los broncodilatadores, 229%. Los anticonceptivos, en tanto, aumentaron un 202%.
Según el documento, “el hecho afecta el presupuesto de los aproximadamente 5 millones de personas que pagan el servicio”. Por tanto, “la opción para muchos afiliados es bajarse a un plan de menores prestaciones, quedarse con las prestaciones de salud de los sindicatos (se calcula que alrededor del 80% de los afiliados traspasan aportes) o recurrir a la salud pública”.
Las prepagas también crecen más que la inflación
Desde la asunción de Mauricio Macri, el aumento en la cuota de las prepagas fue del 165,3%. Según el cálculo del informe, “esto es 22 puntos porcentuales por sobre la inflación (hipótesis de inflación: noviembre, 3% y diciembre, 4%)”.
Así las cosas, “el peso de la cuota sobre el salario medio pasó de 21,5% en enero de 2015, a 27,5% en noviembre de 2018”. De la misma forma, “el peso de la cuota sobre la jubilación media pasó de 55,7% en enero de 2015, a 64,6% en noviembre de 2018”.
El informe advierte que “más del 15% de los productos de nuestro relevamiento sufrieron un descenso de cobertura por parte del PAMI”. En cierto grupo de riesgo de adultos mayores, como son aquellos con patologías depresivas, “la afectación es de casi un 50% de incremento por quita de cobertura”.
Finalmente, se detalla que “el incremento de precios por sobre el avance en el nivel de ingresos determinó que el poder de compra de una canasta representativa de medicamentos decreciera un 33,5% en relación al salario mínimo, un 30,1% en comparación a la asignación por hijo y 18,4% respecto a la jubilación media”.