En días en los que la caída del consumo de productos de consumo masivo, como alimentos y bebidas, supera el 16%, no es extraño que la demanda de juguetes pase con suerte a un segundo plano, aun tratándose del Día de las Infancias, la fecha más importante del año para esa industria en la que se moviliza alrededor del 60% del negocio anual, superando a las Fiestas de fin de año.

Tradicionalmente, las fábricas reciben los pedidos de los mayoristas y distribuidores varios días antes de la fecha. Este año las fábricas apostaron todas sus fichas a un salto de las ventas de última hora, el viernes y ayer, con la expectativa de reeditar los números de 2023 como el mejor escenario posible.

Eso calculó en el cierre de la semana el gerente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), Julián Benítez, quien describió a Tiempo la fisonomía del mercado en el contexto de la presente crisis económica.

Benítez explicó que este año se destacó por un importante desplazamiento del mercado hacia los juguetes más económicos, en línea con el achicamiento del poder de compra de los sectores populares y las clases medias.

También resaltó positivamente la decisión oficial de no correr el feriado del 17 de agosto para un día hábil de la semana, algo que, creen, podría haber motivado a algunas familias a reservar parte de sus ingresos para gastar en viajes o excursiones.

Las bajas temperaturas y la tendencia de la gente a quedarse en casa también le jugaron a favor a los fabricantes y comerciantes locales, sin embargo el viernes a la noche primaban la cautela y la sensación de que en el mejor de los casos no se iba a poder superar el techo de ventas del año pasado.

Precios

La industria, que provee de juguetes nacionales al canal comercial compuesto por las jugueterías, cadenas de comercios minoristas y shoppings, asegura que los precios prácticamente no aumentaron respecto de agosto de 2023 e incluso hubo algunos productos que mantienen hasta hoy los precios de la festividad de Reyes.

Otras miradas consignan que en el último año hubo fuertes incrementos de los precios al público.

La entidad Consumidores Libres reportó que los precios de los juguetes subieron el 242,94%, una variación importante si bien inferior a la inflación acumulada desde julio de 2023 hasta igual mes de este año, que fue de 263,4% según el Indec.

Entre otros casos particulares, Consumidores Libres reportó que un camión de bomberos de plástico de fabricación nacional pasó de costar $ 1280 en agosto de 2023 a $ 2910 este año; el tradicional juego Mis Ladrillos en su versión de 40 piezas pasó de $ 1850 a $ 4500; y un producto similar marca Duravit de 128 piezas se incrementó de $ 2450 a $ 6500 en un año.

La fuente del relevamiento también informó que una  mesa de  metegol simple, que en 2023 se conseguía a $ 8500 hoy se despachó en las jugueterías por $ 52900, mientras que una profesional se ofreció a $ 111.610, categóricamente más cara que en 2023, cuando el precio era $ 27.900.

En total, la canasta de juguetes de Consumidores Libres, que consta de 21 productos, promedió un costo de $ 477.780, lejos de los $ 139.320 del año pasado.

La entidad también observó que los comerciantes ofrecieron promociones y descuentos de entre 20% y 40% con tarjetas, así como financiaciones en cuotas, para intentar contrarrestar el efecto de semejante nivel de remarcación.

La cámara industrial y la Federación Económica de Buenos Aires (Fecoba) negociaron con los bancos esas promociones que fueron uno de los recursos que permitió al menos sostener el nivel de ventas de hace un año.  «

Mirar al exterior

En lo que va de 2024 la venta de juguetes se retrajo un 20%, precisó el presidente de la CAIJ, Matías Furió, quien consideró que el camino de las empresas argentinas debe ser la búsqueda de mercados de exportación. El  modelo debe ser la industria de Estados Unidos, donde las compañías “crecieron a partir de la producción y el trabajo local, con empresas grandes que articulan con un entramado de pequeñas y medianas empresas y un mercado interno pujante con posibilidad de consumo, que permita aprovechar las capacidades productivas al máximo y exportar”, dijo Furió.

Su argumento es que las empresas nacionales tienen buena dotación de recursos humanos calificados y bienes de capital con tecnología de última generación, “lo que permite producir juegos y juguetes con precios accesibles, diseño y diferenciación”, indicó.