Unos 168 millones de estadounidenses pagarán sus impuestos como cada año, y el estado obtendrá alrededor de U$S 5,3 trillones. ¿Tiene idea el pueblo cuál es el destino de su dinero? En general no. Por esto cada año, el Instituto de Estudios Políticos (Institute of Policy Studies) realiza un informe sobre los destinatarios de los impuestos federales.
Desde ya, mencionamos que el militarismo en todas sus formas recoge la mayor cantidad de dinero en guerras, armas, prisiones, deportaciones y detenciones; lo que significa que los ciudadanos norteamericanos sostienen este sistema de violencia y opresión en desmedro de los programas de salud y educación, que reciben una menor cantidad de dinero.
En el 2023, el norteamericano promedio contribuyo con U$S 5109 para el militarismo; la porción mayor de los impuestos se destinaron al Pentágono, que recibe 2974. El 50%, U$S 1748, va en beneficio de los contratistas corporativos relacionados con el gobierno.
Dentro del Pentágono, el mayor contratista militar: Lockheed Martin es beneficiado con u$s 249 de cada contribuyente, mientras los programas de créditos tributarios por hijo, reciben solo 110. Por otro lado, es importante mencionar que la Lockheed Martin obtuvo dividendos por 9 billones en el 2023.
Otro contratista importante asociado al Pentágono es la Corporación Boeing, dedicada a la Aeronáutica, quien obtiene beneficios de U$S 87 por cada contribuyente, cifra menor que la recibida por la Administración Federal de Aviación (Federal Aviation Administration) que sólo recibe 23. Los expertos en aviación advierten al gobierno que Boeing sufrió una serie de fallos en la seguridad de sus vuelos comerciales en los últimos años. Obvio, para esta corporación son más importantes las ganancias que la seguridad para los pasajeros.
Podemos mencionar a otros contratistas asociados con la NASA (The National Aeronautics and Space Administration) y el Pentágono. El mejor ejemplo que podemos dar es el proyecto Space X, cuyo titular es Elon Musk, quien a pesar de que es un recién llegado a esta alianza recibe U$S 12 de cada norteamericano que paga sus impuestos. Aunque es una cifra pequeña supera a los 11 asignados a las energías renovables. Esto muestra un testimonio de los profundos fracasos de las políticas públicas para abordar las causas profundas del cambio climático.
En cuanto al dinero asignado en el tema migratorio, los ciudadanos pagaron U$S 110 al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y al Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), las agencias responsables de las deportaciones y detenciones que criminalizan la inmigración. Mientras que, por otra parte, la asistencia para refugiados recibe sólo 29 dólares. Port su parte, las prisiones federales obtienen aportes de 32,29, mientras los programas de Salud Mental y Abusos de Sustancias reciben U$S 31,69.
Si exploramos el costo de la guerra, cada contribuyente aporta U$S 12 a ejércitos extranjeros. EE UU, un país que desde principios de siglo ha estado en diversas guerras, siempre necesita recursos, muy lamentable para millones de norteamericanos, quienes a pesar de no estar de acuerdo con conflictos armados, deben sostenerlos con sus propios impuestos. Un ejemplo actual es el apoyo económico de este país a Israel en el genocidio a Gaza, cuya cifra asciende a U$S 3,8 billones anuales. En el 2023 cada ciudadano aporto U$S 14 al ejército Israelí.
El criterio para la distribución del dinero de los impuestos es bastante desequilibrado ya que la mayoría de los fondos va dirigido hacia tópicos relacionados con el militarismo y, la mayoría de los ciudadanos, lo que quieren y necesitan es el incremento de programas en salud, educación y vivienda.