Las fiestas de fin de año reavivaron la histórica polémica sobre el uso de la pirotecnia asociada tradicionalmente a los accidentes producidos por detonaciones de cohetes pero más recientemente a las protestas de los amantes de las mascotas.
En la víspera de la navidad 2016 los cruces volvieron con el agregado coyuntural de la política económica del gobierno nacional de fuerte impacto en la producción y el consumo locales.
La Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales (CAEFA) le bajó el tono a las campañas que desalientan el uso de cohetes y petardos y aseguró que el consumo de pirotecnia experimentó un aumento del 10% promedio en los últimos cuatro años.
No obstante, las empresas advierten por una desaceleración del crecimiento de las ventas en el último mes del difícil 2016, donde las operaciones de fin de año resultaron un poco más lentas que el año pasado a la par de aumentos de entre el 30 y el 35% en los precios al público.
Desde la asunción de la alianza Cambiemos al frente del poder Ejecutivo en diciembre de 2015, la caída del consumo afectó la actividad de las fábricas y el mundo de la pirotecnia afronta también las difíciles consecuencias de ese complejo marco recesivo. Como componente agregado, la importación china empieza a ganar espacio en la fracción del mercado que hasta hace pocos meses dominaban las productoras nacionales.
Pese a los indicios de merma en la actividad, el presidente de la CAEFA, Mario Ruschin, destacó a la prensa la raigambre del uso de pirotecnia a la hora de los festejos. «Es una cultura arraigada en la Argentina, nuestra responsabilidad es ofrecer productos más innovadores para los consumidores», aseguró.
A la par del uso de fuegos, cada fin de año reaparece la lista de accidentados, lo que da lugar a campañas para desalentar el uso de este tipo de materiales. Pero una campaña que crece año tras año en adhesión es la que advierte que las detonaciones de pirotecnia afectan particularmente a los animales domésticos.
Con ese argumento, entre otros, el municipio bonaerense de Trenque Lauquen anunció la prohibición de venta de artículos pirotécnicos en los comercios establecidos dentro de sus límites políticos.
El anuncio de la autoridad de Trenque Lauquen, el intendente, Miguel Fernández, fue una cachetada para las fábricas locales por lo que Ruschin salió rápidamente a cuestionar la decisión del referente político provincial.
Ayer en diálogo con Telam, el empresario objetó las campañas que desalientan el consumo de la pirotecnia por la forma en que inciden en las ganancias de las empreass y recomendó como contrapropuesta el lanzamiento de campañas de prevención para informar a los usuarios sobre técnicas para usar bien los productos. Es una actividad lícita» amparada por la Ley Nacional 20.429, decreto 302/8, se defendió.
Fernández respondió que para muchos un petardo es una agresión y remarcó que nada justifica el uso de la pirotecnia. Vivamos unas fiestas en paz y alegría, recomendó un mensaje de la administración de Trenque Lauquen.
Pero otro aspecto de la polémica tiene que ver con los afectados por quemadoras. A propósito, la jefa de guardia del Hospital de Quemados, Miriam Miño, recomendó como primera medida no utilizarla (a la pirotecnia) ya que la cantidad de heridos por el mal uso de estos productos asciende a 400 y se mantiene en esos valores desde hace 4 años».
En caso de utilizarla de todos modos, Miño reclamó a los usuarios que las compras queden a cargo de los adultos y que los mismos estén presentes a la hora de que la usen los niños. Además, exhortó a asegurarse que sea la autorizada por el Registro Nacional de Armas (Renar), que sea en espacios abiertos, que no se lleve la pirotecnia al bolsillo, que no se les den estrellitas a chicos de uno o dos años», señaló Miño a la agencia pública de noticias.
El caso de Trenque Lauquen se repite en toda la provincia de Córdoba, donde el gobierno de Córdoba recordó hoy la vigencia de la prohibición en todo el territorio provincial del uso de los denominados globos aerostáticos que, sin mecanismo de control, caen generando focos de incendio en pastizales o en inmuebles, lo que hace ratificar su alta peligrosidad.