Este jueves se estrena A través de la tierra, la película de Malena Bystrowicz y Loreley Unamuno que siguiendo a Blanca y Patzi, que migraron de Bolivia a Argentina en busca de mejorar sus condiciones de vida, cuenta una historia más vasta, que abarca migraciones varias, colectivos, comunidades originarias y cuestiones culturales que hacen a nuestra cotidianidad pese a que no las veamos. El documental que completará su estreno en octubre en el próximo Encuentro Nacional de Mujeres en Jujuy, pone en superficie ese invisible entramado representado por mujeres que arma, construye identidades plurales que despiertan la esperanza ante todo escepticismo. 

Mujeres de la mina nos llevó ocho años y se lo atribuimos a que era en Bolivia, las dificultades de vivir en otro país, encima en el cerro -cuenta Loreley Unamuno-. Y dijimos: esto la hacemos enseguida porque es en Buenos Aires y las mujeres están acá, la vamos a sacar súper rápido, y después nos llevó seis años, casi la misma cantidad de tiempo. Un poco el proceso fue de conocer a esas mujeres, y de dejarnos atravesar por lo que ellas traían. Eso hizo que nuestra idea inicial se transforme prácticamente toda. Eso llevó un tiempo de procesamiento, además de acompañar sus vidas, entonces una queda embarazada (que después tuvo otro embarazo y hubo que disimularlo -ríe-), otra tiene muertes de personas queridas, vino la pandemia, golpe de Estado en Bolivia. Y en determinado momento una decide cortar, porque podés seguir grabando y grabando.”

-¿Cuál fue la señal para dejar de grabar?

-La pandemia nos obligó a parar y revisar, era una buena oportunidad. Ahí nos dimos cuenta de que teníamos años de cosas filmadas y ahí hubo un primer corte. De ese parate empezamos a detectar las cosas que nos faltaban y ahí fuimos a buscarlas, cosas muy concretas. Cuando tomamos esa distancia creo que empezamos a cerrar el proyecto, en nosotras mismas y en el conjunto de las chicas ya había  una mediación del vínculo y eso nos permitía decir hasta acá llegamos y vamos a empezar a trabajar con esto, que nos llevó bastante tiempo también.


-Dijiste que mientras rodaban se transformó toda la idea previa que tenían sobre lo que querían, ¿qué fue lo que provocó ese cambio?

-Empezamos el proceso en pleno macrismo, fines de 2016, principio de 2017. De hecho el evento en el que conocimos a Patzi y otras mujeres surge como respuesta a la misma ministra de Seguridad de ahora, Patricia Bulrich, que arma un decreto que endurecía todas las condiciones de migración, un endurecimiento de las cuestiones de residencia, trámite de deportación. Y después estaba  todo el trabajo textil de la comunidad boliviana de Buenos Aires que era muy fuerte, toda esa identidad costurera de trabajadores textiles, la historia de los incendios de los talleres clandestinos. Entonces empezamos trabajando muy fuerte por ese lado: las mujeres migrantes de Bolivia, costureras, las historias de explotación, los incendios, y nos hacíamos preguntas sobre si la coyuntura no juega en contra porque cuando la terminás cambió completamente y ya no tiene diálogo con la realidad y si no teníamos que ir hacia cosas más troncales. Y en el medio Patzi, que se había incorporado a la película después de empezada la filmación, dice: ‘Me cuesta reconocerme como migrante, me siento parte de naciones que son anteriores al estado boliviano y al argentino, por lo tanto militar en el lugar de migrante me provoca una contradicción’. Eso nos voló la cabeza.


-¿Cómo lo resolvieron? 

-Eso nos marcó el comienzo de otras preguntas, de qué hablamos cuando hablamos de migrantes. Salir de lo textil como exclusivo -que es como el fetiche de cómo vemos a la comunidad boliviana- y meternos en cuestiones estructurales de cómo viven, que tienen que ver más con la cultura, con las preguntas que se hacen respecto a su color de piel, sus formas de vivir las celebraciones, la muerte, nos llevó a cambiar. Y dio una película que no va tanto por lo migrante sino por el lado de la cultura y la identidad.


-¿Así reconforta más el trabajo?

-Con la película anterior y ésta generamos vínculo: con quien queremos hacer una película es porque nos atrae, admiramos, nos genera cosa de querer estar cerca de ellas. Creo que parte de desandar el camino que muchas veces tienen los artistas o los cineastas es pensar que sabemos todo de esas personas, ya sé cuál es tu problema. Y a nosotras lo que más nos interesa y nos gusta es, bueno, tenemos un montón de ideas sobre esto pero nos interesa que haya un diálogo y que ese diálogo de alguna manera nos transforme en nuestra visión. Y que esa visión sea mucho más rica, compartida de esa experiencia e intercambio, sino es una mirada colonial en algún punto: sé todo sobre vos. No es desde donde nos paramos para trabajar. No nos interesa hacer cine con una mirada colonial.


-Y desde ese lugar seguramente han tenido charlas con Malena sobre cómo las transformó hacer la película, y más teniendo en cuenta esta forma de trabajar de dejarse atravesar por las protagonistas.

-Fue entender un poco más la complejidad y lo hermoso de lo que son nuestras identidades populares, las que algunos más otros menos pero que todos tenemos un poquito. Aunque no lo sintamos o no lo queramos ver es sentirse un poco parte de ese entramado de lo que son nuestra culturas populares latinoamericanas que están en todos lados: están en el centro de la ciudad, están en los barrios, están en Jujuy están en Bolivia. Y hay una cadena, una raíz que va por abajo de todas esas fronteras y está conectado. Lo que venimos hablando bastante con Malena en que venimos recogiendo de las pocas exhibiciones que hicimos es que ahora estamos en otro momento, en uno de recapitulación de los feminismos, de las organizaciones populares, de un ataque muy fuerte a todo lo que sea organización, colectivo, a todo lo que vaya por ese lado de construcción comunitaria. Entonces sentimos que el valor que tienen las historias, estas historias que están en la película, es que se mantiene esa llama, ese fuego que también somos. No olvidarnos que eso también somos y podemos ser más allá de lo que está pasando hoy.


A través de la tierra

Dirección: Malena Bystrowicz y Loreley Unamuno. Protagonistas: Elia Blanca Marquez Tarifa, Patzi Roque. Estreno: jueves 3 de octubre. En cine.