En el cielo, como en la vida, hay que saber mirar. Durante todo enero en la Argentina se podrán observar a simple vista en el cielo cinco planetas del sistema solar: Mercurio, Venus, Saturno, Júpiter y Marte. Desde el Planetario de Buenos Aires aclaran que no serán ocho planetas alineados como se viene difundiendo e invitaron a observar el fenómeno de 4 planetas juntos desde su explanada a través de telescopios.
La actividad se desarrolla todos los sábados y domingos a partir de las 20:30. Es gratuita con cupos limitados. Mercurio también podrá verse, pero en otro horario: al amanecer.
La curiosidad cósmica
La contemplación del cielo, y de su vasto e intrigante universo, ha fascinado a la humanidad desde sus albores. Ya sea para guiar a náufragos en las inmensidades de los océanos y mares, o para planificar mejor las cosechas, los movimientos de los astros, los colores del atardecer y las estrellas que iluminan el cielo nocturno constituyen fenómenos a interpretar, de los cuales pueden extraerse saberes.
Desde el Planetario de Buenos Aires hablan de conocer «lo que es real en el cielo» mediante la observación de un fenómeno astronómico particular que se producirá durante enero y parte de febrero y será visible en el cielo desde toda Argentina. La actividad, que combina ciencia, curiosidad y asombro, es apta para todo público.
Los sábados y domingos de enero a partir de las 20:30, se podrá observar a través de seis telescopios instalados en la explanada del Planetario la aparición de cuatro planetas del sistema solar: Venus, Saturno, Júpiter y Marte.
Estas sesiones continúan todo el año, aunque no siempre se verán los mismos objetos. «El cielo cambia a lo largo de los meses, pero siempre tiene algo interesante para mostrar», explica Diego Hernández, especialista del área de divulgación del Planetario. Diego es el encargado de narrar lo que sucede en el cielo desde una perspectiva científica.
¿Se alinearon los planetas?
El primero en hacerse visible es Venus, conocido popularmente como «el lucero». Le siguen Júpiter, con sus lunas descubiertas por Galileo Galilei en 1610, y Saturno, el de los majestuosos anillos. El último en sumarse al espectáculo es Marte, el planeta rojo, cuyo color se debe al hierro oxidado de su suelo. Mercurio es el otro planeta de los cinco que se pueden observar a simple vista. Por estos días se está observando en su esplendor al amanecer, un rato antes de la salida del sol.
En ciertas partes del mundo, especialmente hacia el 25 de enero, podrán apreciarse Urano y Neptuno, aunque requerirán instrumentos ópticos para ser detectados.
“Cuando dos o más astros aparecen en una misma línea en el cielo hablamos de conjunción», explica Diego. La alineación es sólo aparente porque en verdad están a millones de kilómetros de distancia uno del otro, orbitando a su propio ritmo alrededor y dibujando trayectorias diferentes. La alineación es un fenómeno menos frecuente que sólo se da cuando el sol, la luna y la tierra se colocan en una misma línea, produciendo un eclipse, que puede ser lunar o solar.
Los colores y formas del atardecer
Además de los planetas, en el cielo se puede contemplar otro fenómeno: el de los colores y formas del atardecer. Este espectáculo resulta de la interacción de la luz solar con las partículas y gases, y se debe a los efectos físicos producidos por los cambios de temperaturas en las capas de la atmósfera. Cada atardecer es una paleta única de colores que, como el cielo, va cambiando con los días.
Esta vez el cielo del atardecer está limpio de nubes. En otros atardeceres al espectáculo de colores se suma el de la geometría lumínica de los rayos crepusculares. Este es un fenómeno óptico que se produce cuando la luz del sol atraviesa las nubes y se dispersa en la atmósfera. Como el de los cambios de colores, puede ser visible tanto al atardecer como al amanecer, cuando el sol está bajo en el horizonte.
Un viaje cultural y científico
La actividad permite también reflexionar sobre el rol que tuvo el cielo para las culturas antiguas, que se valieron de él utilizándolo como brújula, calendario y reloj. Las constelaciones como la Cruz del Sur, por ejemplo, sirvieron de orientación desde tiempos inmemoriales.
La observación de los astros también fue fuente de información predictiva sobre ciclos y cambios en la naturaleza. La actividad es una invitación a reconectar con el universo y redescubrir el gesto de mirar el cielo. Algo tan simple despierta la curiosidad y nos recuerda la grandiosidad del cosmos y lo pequeños que somos.
“"El cielo cambia a lo largo de los meses, pero siempre tiene algo interesante para mostrar“
«Entender el cielo fue vital para los pueblos cazadores-recolectores, quienes aprendieron a interpretar las estaciones y los movimientos de los astros y obtener información útil para su actividad cotidiana –explica Diego–. A ellos les debemos el entendimiento que nos permite reconocer los movimientos en el cielo e interpretarlos”. «
Stellarium y los telescopios
Valeria Mesa, doctora en Astronomía e investigadora del Conicet, enfatiza que el fenómeno del «desfile» de tres planetas es relativamente común, «pero este es especial», por la cantidad. «El más lindo de ver es Saturno. Por sus anillos –remarca–. Pero solo se ven con telescopio. Se ven hermosos. Júpiter también se ve muy lindo porque se pueden ver algunas de sus lunas. Con un telescopio pequeño se pueden ver». ¿Cuánto puede costar un telescopio? Entre 53 y 198 mil pesos.
La especialista recomienda Stellarium, un programa/app que permite simular el cielo nocturno para identificar estrellas, planetas, constelaciones y otros objetos celestes visibles desde donde estemos. Se puede obtener información de la ubicación de los objetos en cualquier momento, pasado, presente o futuro.