Al mejor estilo de la ya célebre The Blair Witch Project, y luego de ganar en 2021 el Festival Internacional de Cine Fantástico de Bucheon, en Corea del Sur, país que participó de su producción, el film del director tailandés Banjong Pisanthanakun (Shutter, 2004) representó un verdadero suceso cinematográfico en Asia, en épocas donde no es tan fácil convocar al público desde la pantalla grande.

Tras su estreno en cines argentino el año pasado, ahora La Médium desembarca en Amazon Prime. El film condensa ingredientes que muy difícilmente pasen desaparecbidos para la sensibilidad del espectador. Por empezar, la idea, sostenida además muy bien desde la realización visual, de un registro documental “encontrado”, que va revelando situaciones inesperadas tomadas de manera (casi) desprolija, con cámaras que se mueven y toman imágenes con visión nocturna, así como cortes abruptos y primerísimo primeros planos de los personajes. Luego, el imaginario religioso, siempre con sus aspectos sombríos, en este caso, abrevando en el chamanismo tailandés, tema que los “investigadores” del guión van a registrar a un pequeño pueblo, donde se encuentran con mucho más de lo que pensaban.

Una joven que es poseída por oscuros espíritus se convierte en el fenómeno de todo un pueblo, y de los espectadores.

En efecto, allí se cruzarán con Nim, una mujer que puede canalizar o dejarse poseer por un espíritu que a través suyo es capaz de curar, otorgar favores y, en suma, conectarse con la gente del lugar, que rinde pleitesía a dicha deidad. Pero pronto, en la película, este fenómeno que se va reflejando en el documental comenzará a verse desplazado por lo que ocurre con Mink, la joven hija de Nim, quien empezará a comportarse de manera tan extraña como aterradora, hasta llegar a límites insospechados en los que diversos espíritus harán entrar en pánico a la familia, los lugareños y al equipo que acudió con las cámaras.

La Médium, por su tema, no escatima en escenas escatológicas, sangre, violencia y desde luego, ceremonias capaces de correr los límites entre la fe, la fantasía, la realidad y la ficción.