Parecía que el negocio para la explotación de salmones mediante la creación de salmoneras había quedado cerrado en Tierra del Fuego, pero semanas atrás una iniciativa legislativa de representantes libertarios reavivó el debate en la provincia más austral del país.

Se trata del proyecto de ley que presentó el legislador Agustín Coto, quien tiene diálogo directo con el presidente Javier Milei, junto a su par de bancada Natalia Gracianía. El texto busca modificar no sólo la regulación de las salmoneras, sino varios artículos de la ley de pesca.

Entre sus puntos más polémicos, se destaca que, si bien se prohíbe la implementación de jaulas marinas en el canal Beagle, deja abierta la posibilidad de instalarlas en ríos y en la costa atlántica de Tierra del Fuego.

Coto explicó en declaraciones radiales que «es un proyecto de acuicultura que trabaja sobre mejillones, explotación de algas y acuicultura, en lo que respecta a la parte de salmónidos. Lo que hacemos es prohibir taxativamente la instalación de jaulas, para una eventual producción en el Canal Beagle, ríos, lagunas, arroyos y humedales».

En ese punto, señaló que busca «crear un marco para poder conceder por parte de la autoridad de aplicación, que será la Secretaría de Pesca, la explotación del acceso al agua para poder producir, por ejemplo, en piletones, por sistema raf, de circulación».

Sin embargo, en la provincia distintos sectores manifestaron su postura crítica. En la misma legislatura, hay espacios políticos que se oponen y otros creen que se puede hacer una buena ley.

Quienes se oponen a la explotación de salmones

Es el caso de Pablo Villegas, del Movimiento Popular Fueguino, quien manifestó: «Debemos seguir firmes en la protección de nuestras aguas jurisdiccionales para asegurar un futuro sostenible para Tierra del Fuego. No debemos dar ni un paso atrás y debemos reforzar el grito de ‘no a las salmoneras por un futuro sostenible'».

En diálogo con Tiempo, el legislador Matías Lapadula del bloque Provincia Grande indicó que no está de acuerdo con el proyecto libertario de poner la producción en aguas de Tierra del Fuego. «Considero que la ley vigente limita la producción en tierra, creo que eso es lo que se tiene que corregir».

En ese punto, manifestó: «Que se pueda permitir la producción en tierra, con casi nulo impacto ambiental, sin limitaciones para que sean factibles las inversiones. Hay que trabajar con todos los sectores, universidades, CADIC, INTA y asociaciones ambientalistas para tener una ley de apicultura que establezca todo, lo que se puede producir y lo que no», opinó.

A tres años de la ley que protege el mar fueguino

Hace exactamente tres años, la provincia había sido pionera en el mundo con la sanción de la Ley 1355, votada por unanimidad, que reguló la industria salmonera antes de que ésta se instalara. Pero la regulación no es prohibitiva, sino que la regula en vista del aspecto social, económico y ambiental. Esto significa que, bajo ciertas condiciones, la actividad puede llevarse a cabo en sistemas de circulación cerrada, siempre y cuando se cumpla con los estándares de factibilidad y sustentabilidad ambiental.

Desde entonces, está permitida la industria del salmón en la isla, pero sobre tierra. Esta es la principal diferencia con el país hermano chileno, que tiene al cultivo de salmón en el top five de industrias más grande del país.

En ese sentido, el antropólogo investigador del CONICET Ernesto Piana expresó: «Desde entonces decimos que el mar está feliz, porque hemos logrado que no hubiese mayor impacto».

«Es una ley que tiene características muy particulares. Duró más de tres años la investigación de los legisladores, se convocó a científicos, ONGs, productores, pescadores, comunidad en general, se averiguó en el extranjero. Hubo una investigación muy extensa», recordó Piana a Tiempo.

Asimismo, contó: «Paralelamente, hubo un movimiento binacional, junto con Chile. Nos movimos para que se pudiera proteger el ambiente, teniendo en cuenta lo perjudicial que es la producción de salmones en alta escala, que además preocupó a todo el mundo. Los pueblos originarios de Patagonia continental en la parte chilena y los Yaganes de ambos márgenes del canal también se movilizaron para defender su territorio».

Si bien el proyecto que se presentó deja afuera las aguas del Beagle, el investigador advirtió que «el texto copia una ley vigente de la provincia de Neuquén, que no tiene costa de mar por lo que habla de embalse. La presentación que se hizo en Tierra del Fuego mantiene la palabra embalse, que en Neuquén es artificial, acá si se lo quiere manejar mal puede ser el Lago Fagnano, lo que sería una perdida muy fuerte».

Los defensores del mar sostienen esta práctica produce un riesgo ambiental para el ecosistema y comparan con las jaulas que se instalaron en los años 80 en el centro de Chile, las cuales son dañinas y vienen matando el mar. Por donde pasan las jaulas, queda un mar muerto, hay contaminación de fondo. Además, critican los procesos de engorde o fuga de salmones. Por otro lado, la generación de pocos puestos de trabajo, desaparición de otras especies de peces y golpe al turismo.

Previo a la presentación del proyecto libertario, el dueño de la empresa NewSan, Rubén Cherñajovsky, había anticipado que se estaba trabajando en un proyecto para reflotar la idea de producción de salmónidos en la provincia. La declaración profundizó la polémica fueguina.

Villegas, respondió: «Tenemos que ser contundentes y defender el mensaje que la sociedad de la provincia dejó expuesto cuando aprobamos la Ley 1355. Debemos seguir firmes en la protección del canal Beagle y nuestras aguas jurisdiccionales para asegurar un futuro sostenible para Tierra del Fuego».

Respecto al tema, Lapadula opinó que «se debería conformar una mesa de trabajo para que todos puedan poner su voz; y si corresponde avanzar, que se haga de manera correcta y cuidando todos los aspectos que tienen que ver con el desarrollo, la sostenibilidad y el medioambiente».

En tanto, desde la secretaria de Pesca de la provincia Carlos Cantú no se descartó debatir alternativas para la instalación de salmoneras. Además, en declaraciones radiales destacó el gran potencial de Tierra del Fuego para el desarrollo de la miticultura, mencionando específicamente el cultivo de mejillones.

«La provincia tiene un futuro muy promisorio en cuanto al desarrollo de los mejillones. Así que en eso hemos hecho un gran esfuerzo y tenemos en marcha algunos proyectos que empezarán a dar frutos prontamente», informó. La iniciativa más prometedora la lleva adelante la firma Newsan, en Almanza, y «a fin de año podrá tener una cosecha de 1700-1800 toneladas de mejillón en la primera etapa».