En el gobierno sabían desde temprano cada una de las palabras que Mauricio Macri iba a entonar en su discurso del relanzamiento del PRO. Las mismas apreciaciones sobre su “entorno” se las había adelantando el propio ex presidente a Javier Milei durante la cena de más de cuatro horas que compartieron en Olivos el lunes por la noche. Durante el encuentro, el ex jefe de gobierno porteño apuntó directamente contra el asesor Santiago Caputo, lo que no estaba previsto era que en público también se metiera con Karina.

La reconstrucción milimétrica que hacen desde Casa Rosada sobre los dichos del ex presidente contra El Jefe tienen como origen el inquebrantable cerco que construyó la Secretaria general alrededor de la figura de su hermano desde que éste se consagró como presidente el pasado 10 de diciembre. Macri, quien triplica en años en la escena política al libertario, no se habría acostumbrado a dialogar con intermediarios, lo que lo motivó a apuntar directamente contra la veedora de los intereses del presidente.

“El entorno son Karina y Santiago. Todo lo que hemos hecho siempre ha sido con la contra de ellos” dijo anoche a TN el ex presidente quien no dejó lugar para dudas sobre a quiénes apuntaron los misiles que disparó en la tarde noche del jueves. La decisión de sacarle el velo a los otros dos vértices del Triángulo de Hierro descolocó a más de un funcionario, que entrecruzó llamados con las primeras líneas del gobierno para conocer de primera línea el plan de acción.

La orden que se acordó desde la mesa chica libertaria fue relativizar cada uno de los dichos del ex presidente y bajar el tono de la confrontación. “No nos preocupa que nos pegue un tipo con 75% de imagen negativa. Al contrario, nos hace un favor”, dijo una irrefutable fuente desde la casa de gobierno. Tal fue la adhesión a la desestimación de los dichos de Macri que el ejército de trolls montado en el primer piso de la Casa Rosada se mantuvo inquebrantable mientras el padre del PRO desprestigiaba la figura del hombre con mayor poder dentro del gobierno.

El único que decidió no seguir al rebaño fue el subsecretario de Integración Socio-Urbana, Sebastián Pareja. El alfil de Karina Milei respaldó al Jefe y habló de su importancia para frenar el camino a “falsos profetas, viejas prácticas y quimeras que intentan borrar el horizonte del Presidente de la Nación.” 

El coordinador bonaerense de La Libertad Avanza había consultado por la noche cuál sería la postura que adoptaría el gobierno tras los dichos de Macri y no obtuvo respuesta. El silencio le bastó como respuesta para accionar. La decisión del armador libertario en la provincia de Buenos Aires se enmarca, además, en la carrera que inició el ex menemista para lograr ser incluído en las listas del próximo año y competir en el 2027 por la gobernación con la bendición de Karina.

Aunque la orden es no confrontar, puertas adentro los laderos del presidente no ocultan su enojo con el líder del PRO. Desde del círculo del presidente acusan a Macri de “básico” y sostienen que su enojo responde a la decisión de no ceder los organismos estratégicos que el ex presidente exigió al inicio de la gestión como recompensa por haber apoyado al oficialismo en la segunda vuelta. “Él mismo habló de la Hidrovía en el discurso. Macri no pelea por cargos, se mete en el barro por los negocios”, lanzaron con veneno en Casa Rosada.

La intención del ex presidente es bien conocida por el círculo íntimo del actual. Hace dos meses, el asesor Santiago Caputo recibió a los ex ministros Guillermo Dietrich y Javier Iguacel, dos de los nombres que Mauricio acercó al oficialismo para sumar al gabinete. Durante la reunión, el dueño de la lapicera libertaria detalló los modos de la gestión y les hizo saber que el estado no haría ningún tipo de inversión en rutas, aeropuertos y cualquier otra obra. 

La motosierra espantó a los ex funcionarios, quienes agradecieron la propuesta pero decidieron mantener sus trabajos en el sector privado. Para un aliado del presidente, la decisión de los ex ministros macristas no fue casual y responde a la irrestricta voluntad de Mauricio Macri de involucrarse sólo si obtendrá un rédito económico a cambio. “Dice abiertamente por televisión que quiere hacer negocios y nadie se espanta”, sostuvo efusivo la misma fuente.

Aunque no dejó trascender su molestia, Karina Milei decidió subirse al ring y pegó fuerte. La hermana presidencial recibió a solas al gobernador de la provincia de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, uno de los dirigentes con mayor vínculo con la Casa Rosada. La jugada de la ex vendedora de patisserie y delicatessen responde al deseo del oficialismo de romper al PRO, aislar a Macri y abrazar uno a uno a los heridos que deseen sumarse a las fuerzas del cielo.

Esta estrategia se contrapone a la que Macri dio a conocer en su discurso de este jueves, en el que sostuvo que el propio Milei le pidió personalmente concretar una fusión entre ambas fuerzas. En Casa Rosada, en tanto, le bajan el tono a esta revelación e indican que la fusión habría sido idea del ex presidente y no al revés.

Con la relación entre Santiago Caputo y Mauricio Macri prácticamente deshecha -el último contacto entre ambos fue el 15 de abril pasado-, en el gobierno adelantan que la posibilidad de compartir listas con el PRO es cada vez más lejana. “Si Macri piensa que vamos a sentarnos a armar las listas con él si nos pega desde ahora hasta el cierre de listas está equivocado”, dijo ante Tiempo un importante colaborador del Ejecutivo.

Sin mayores definiciones más que la decisión de no darle entidad al xeneize y dejarlo caer por su propio peso, desde los principales despachos libertarios no temen en sumergirse en un nuevo capítulo de esta guerra fría de derecha. “Es gracioso que nos diga cómo armar un equipo el presidente que dijo que tenía el mejor de los últimos 50 años y se fueron con 54% de inflación”, chicanearon desde adentro.