Las trabajadoras y los trabajadores vivimos en estado de alerta desde el 10 de diciembre. Las políticas del gobierno encabezado por Javier Milei pegan en el bolsillo, golpean el ánimo y trastocan la vida cotidiana. El país estalla, como anunció el presidente en alguna de sus pocas entrevistas, siempre con medios afines, cuando todavía era candidato.
La Libertad Avanza lleva 40 días en la Casa Rosada. Pero la asunción parece que fue en otra época, en una Argentina que también tenía cientos de problemas pero que al mirarlos por el espejo retrovisor parecen menores. Enamorarse del pasado, sin embargo, no va cambiar la realidad de esta coyuntura que viaja más acelerada que la inflación.
En paralelo emergen ciertos límites. Llegan desde la organización colectiva, esa fuerza que Milei desprecia en Davos, en su frenética cuenta de Twitter o en los pocos micrófonos en los que elige hablar. El paro y la movilización de este 24 de enero, que se anticipan multitudinarios en plena temporada de verano, son la confrontación hasta ahora más potente contra una gestión que se cree habilitada a volver a una etapa cercana a la esclavitud.
Tiempo tiene una postura editorial clara en este escenario político de enfrentamiento contra las y los laburantes: salimos a la calle junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba). Lo hacemos en unidad con el movimiento sindical, el campo popular y las organizaciones sociales que hoy están al frente de la resistencia contra un modelo que pide sacrificios –pobreza– para las mayorías y regala más beneficios a las grandes corporaciones.
Paramos y movilizamos porque lo que está en peligro es todo aquello que nos identifica como medio: la reivindicación de los derechos laborales, la defensa de la salud y la educación pública, la ciencia puesta al servicio de la producción nacional, el lugar fundamental de la cultura y la comunicación entendida como un derecho clave tanto de la ciudadanía como de la calidad democrática.
Además de adherir al paro y la movilización, el miércoles la cooperativa se dedicará de manera exclusiva a cubrir la agenda periodística vinculada a esta jornada de protesta convocada por la CGT. Desde distintos ángulos, formatos y contenidos digitales, será el único tema presente en nuestra web y nuestras redes sociales.
Así como organizamos nuestra presencia en la calle, también decidimos garantizar una cobertura especial que ponga en el centro del debate público las demandas de las trabajadoras y los trabajadores afectados por los cientos de artículos de la Ley Ómnibus y el mega DNU.
Los que se vienen son días cruciales para el futuro del país frente a un gobierno que pretende resetear a la Argentina por completo. Por eso, ahora más que nunca, reforzamos nuestra alianza con el movimiento sindical, el motor de la resistencia al avance de la ultraderecha sobre cualquier tipo de derecho. Nuestro aporte será el de comunicar el paro desde adentro, en la calle, entre las y los miles de manifestantes que marcharán frente al Congreso. Como uno más de los tantos espacios colectivos que procuran poner un límite a la crueldad que el oficialismo quiere patentar como método de gobierno. «