Lidia Borda lanzó el bello y por momentos estremecedor La noche, su flamante disco en el que la acompaña al piano por su compañero de aventuras musicales de los últimos tiempos, Daniel Godfrid, y múltiples invitados. “El nombre surgió después de que Nora Lezano hicieran las fotos de tapa”, cuenta Borda sobre el sugerente y polisémico título del disco. “La idea primera era que se llamara Caramelos surtidos porque el repertorio del disco es como un pequeño extracto de ese espectáculo que hacemos en vivo con Dani. Pero no cuajaba con la foto. Y el título que le quedó tiene más que ver con todo lo que está adentro, con toda la música. Caramelos surtidos es como un concepto, pero este disco es ‘la noche’, como ese tránsito nocturno de muchas emocionalidades.”
Y vaya que las tiene, las emocionalidades, y no por el momento del día a que refiere, sino por lo que consigue hacer vivencia en quien lo escucha. “No es melancolía lo que produce”, sostiene Borda, si bien las canciones que contiene las define como de su infancia. “Son canciones de mi infancia y no las rescaté con una cosa nostalgiosa sino más bien de recuperación de esa memoria.” En todo caso los temas le parecen “más dramáticos que melancólicos”. Nada poco para los tiempos aunque ni por asomo hubo intención en establecer alguna relación. “Son mi universo general de repertorio”. Y en cualquier caso “es un disco para escuchar en todo momento y a toda hora y en cualquier momento y circunstancia”, ríe Borda, que asegura que los primeros comentarios que le llegaron le señalaron la sensación de “un viaje”.
De la mano de Lidia
Lo que hay entonces es un viaje, aunque no uno cualquiera. Es uno de la mano de Borda, que en verdad es de su voz: la voz/interpretación de Lidia es una mano que lleva con la dulzura de quien lleva una niña o un niño a la escuela, en este caso a varias: las de las canciones de Alfredo Zitarrosa, Joan Manuel Serrat, Cesare Bixio y Ennio Neri, Virgilio y Homero Espósito, Enrique Santos Discépolo, Lorenzo Barcelata Osvaldo Farrés (el histórico «Quizás, quizás, quizás»). “En Caramelos surtidos hay muchos más temas, y la sensación es que nos quedamos cortos. Ya estamos pensando el repertorio de la segunda edición, que no se va a llamar La noche pero está en relación a esta cosa de Caramelos surtidos. De hecho en la presentación también va a haber parte de ese otro repertorio que todavía no grabamos.”
En relación a la situación del país, Borda es de las que cree que es “justo y necesario” el proceso de manifestación continua que se ha desarrollado en los últimos meses. “Pero dudo mucho de que haya una oreja dispuesta a la escucha, más bien todo lo contrario: este Gobierno no tiene ni la menor intención de generar empatía con la gente. Cuando un presidente dice que si la gente realmente tuviera hambre hoy estaría muerta es una brutalidad que genera un dolor al que escucha eso y la está pasando mal. Eso es maldad.” Borda se detiene más en los efectos que en las causas de tal fenómeno: lo suyo es el arte, y en el mejor de los casos sus posibilidades sanadoras. Lo que le preocupa por el momento es que tal situación no se propague.
“La cosa real de un día de un padre, una madre, de no tener qué poner en la mesa para darle de comer a los hijos, y no saber si al otro día va a tener y al otro día pasa lo mismo y no sabe cuándo eso se va a modificar” es lo realmente trágico del momento, porque siente que no les “importa nada, no hay percepción de lo que pasa”. Porque en definitiva, si bien lo primordial y el umbral que no se debería atravesar es el de tener un plato en la mesa, no sólo es una cuestión de comida. “La gente que empieza a restringir las cosas que hace”, y se pone a cantar un tema en portugués de Brasil que cuenta que la gente no es sólo comer, quiere hacer el amor, quiere placer para aliviar el dolor. “El placer para aliviar el dolor también es un derecho. Sentir no solamente tragar la comida para no morirte de hambre, la cabeza, el cuerpo también tiene que recibir otra cosa”. «
¿Cuándo?
Lidia Borda presenta junto a Daniel Godfrid La noche. Sábados 8 y 27 de junio a las 22 en el Torquato Tasso, Defensa 1575.
Lidia Borda y Daniel Godfrid – La noche
- “Mis noches sin ti (María Teresa Márquez / Demetrio Ortiz) / «Esta noche de luna” (Héctor Marcó / José García, Graciano Gómez).
- “Parlami d’amore Mariú” (Cesare Andrea Bixio / Ennio Neri).
- “Romance de Curro ‘El Palmo’” (Joan Manuel Serrat).
- “Ojos verdes” (Rafael De León, Salvador Valverde / Manuel Quiroga).
- “Noche de ronda” (Agustín Lara).
- “Stefanie” (Alfredo Zitarrosa).
- “Maquillaje” (Virgilo y Homero Expósito).
- “María Elena” (Lorenzo Barcelata).
- “Quizás, quizás, quizás” (Osvaldo Farrés).
- “Tormenta”. (Enrique Santos Discépolo).
