Desde la primera corrida cambiaria de mayo, la evolución del dólar no es la única obsesión que tiene el presidente Mauricio Macri a la hora del desayuno. También sigue con detenimiento el mapa de conflictividad social, un escenario de urgencias que esta semana desató todo tipo de lecturas conspirativas en su entorno, especialmente desde que se conocieron intentos de saqueos en Comodoro Rivadavia (Chubut) en el departamento de Las Heras, la localidad más pobre del área urbana de la Provincia de Mendoza, gobernada por el radical Alfredo Cornejo. “No fueron saqueos, sino intentos de robo, meros hechos policiales, que son promovidos por la oposición”, espetó un alto funcionario de la Casa Rosada para minimizar la dimensión de esos hechos que, al menos en Mendoza, derivaron en un brutal despliegue policial en la zona cercana al supermercado Átomo, ubicado a cinco cuadras de El Plumerillo, el campo histórico donde se entrenó el Ejército de los Andes y uno de los lugares que eligió Macri en sus últimas visitas a la principal provincia que gobierna el radicalismo.
La UCR que Cornejo preside a nivel nacional, también administra Las Heras, en manos del médico Daniel Orozco, que concluyó en 2015 con 25 años de gobierno peronista. Con esa alternancia reciente, en la Casa Rosada eligieron abrazarse a una conspiración de la oposición, pero basta recorrer todos los barrios que rodean al histórico club Huracán Las Heras, para comprender que los vecinos de “El Globito”, son parte de la población más golpeada por la crisis y por un precursor del ajuste fiscal como Cornejo.
Ante el caso del puerto santacruceño de Comodoro Rivadavia los funcionarios de Macri adoptaron la misma interpretación defensiva, pero el escenario social de las principales localidades portuarias de la costa Atlántica encierra el mismo nivel de pauperización. Un tema que desata la mayor preocupación de miembros de Cambiemos, como la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, que no abandona su obsesión por el empeoramiento de la localidad balnearia de Mar del Plata, que sigue encabezando el ranking de ciudades con mayor desocupación del país, cuando restan cuatro meses para la finalización del año.
Para el último cuatrimestre que comenzó este sábado, la variable que más temores desata en el Gobierno, tiene que ver con el traslado a los precios de la nueva suba del dólar. Sin embargo, la pieza que en estas jornadas sumó más histeria al Gabinete, fue la posible “ausencia de precios” de los principales proveedores de alimentos mayoristas: un componente que aumenta la presión, y el malhumor, en los supermercados de todo el país.
Aunque en Balcarce 50 niegan cualquier posibilidad de mayor control social ante la crisis, en la cartera de Seguridad, que conduce Patricia Bullrich, deslizaron la posibilidad de reactivar el Comité de Seguridad Interior que funciona en ese ministerio y que el Gobierno activó apenas llegó al poder, cuando las primeras jornadas de gestión de Cambiemos estuvieron atravesadas por conflictos como el cierre de la planta avícola Cresta Roja. En el Ejecutivo niegan esa posibilidad, pero el consumo de información sobre el conflicto creciente es una adicción oficial, tan cotidiana como la lectura y análisis de encuestas sobre el humor social, y una demanda electoral en crisis. «