“La extensión en el tiempo te va dando distintos descubrimientos, la posibilidad de diálogo con una obra, como, por ejemplo, hacer un función en Azcuénaga, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, en un lugar pequeñísimo, donde había 15 o 20 espectadores y ninguno había visto teatro en su vida. Esa para mí fue una función mágica”, sintetiza Leandro Airaldo el sentido que ha cobrado Enamorarse es hablar corto y enredado, que reestrena el próximo viernes 10.
La obra que escribió y dirige llega por primera vez a la calle Corrientes. “O hacer una función en el Coliseo Podestá para 800 personas, cuando siendo una obra que sucede en un banco en un plaza, pequeña en términos espaciales, decís: ¿funcionará?”. Vaya si funcionó: estrenada en 2017, cada año desde entonces tuvo su temporada, como si el tiempo no existiera para ella.
Lo que es seguro es que Enamorarse… no vuelve por una cuestión de plata. “Por supuesto que siempre está bueno ganar dinero, y más con un hecho artístico: el por amor al arte es una frase capciosa que lleva a la explotación. A ninguno del equipo nos ha pasado esto de hacer una obra que ya lleva casi 10 años, y que cuando estrenemos el viernes en el Metropolitan va a ser la función 315. Es una experiencia nueva. Creo que vuelve por muchos factores. En principio, por el público”, duce.
Es común encontrar espectadores que “la vieron tres o cuatro veces”, y así se convierten en el principal factor de promoción: “El boca a boca no es un mito en el teatro. Cuando alguien sale contento o transformado con lo que ve, creo que automáticamente se produce esa recomendación”.
Los otros factores importantes -aunque no a la par-, son “la obra en sí, lo que tiene que ver con la puesta, el texto, y, sin lugar a dudas, las interpretaciones de Emiliano Díaz y Sol Rodríguez Seoane”. El tridente se completa con “el trabajo en equipo: el trabajo diario que se hace desde la producción que encabeza Nadia Estebanez: hay una química que se ha sostenido en el tiempo”. “Vuelve porque nos gusta hacerla”, ríe coloquial. “Y en ese gusto hay algo que se transmite al público.”
En estos años la hija de Emiliano Díaz se hizo adolescente, y Airaldo se convirtió en padre. “Es un material que está cargado por las vivencias de cada uno”. Pero sobre todo por la magia creativa del arte. En aquella imagen originaria de una chica mirando una mariposa en una plaza, Airaldo descubrió una historia: una que estaba más en su imaginación que también es deseo y frustración que en la imagen. Pero de eso se trata el arte después de todo.
“A las cuatro, cinco páginas volví a leer el material y me di cuenta de que los personajes solamente hablaban con una oración: ninguno de los dos, tanto Pedro como Ana, excedían la oración al hablar. Entonces, como regla, más allá de que no sabía a dónde iba a parar con la obra, me propuse sostener esa suerte de modesta técnica. Y se construyeron 45 páginas donde los personajes siempre hablan con una oración”. Así es que durante todos estos años, el texto de la obra no se modificó prácticamente en nada: “Tiene una precisión en la cuestión de la escritura, porque si te corrés un poco corrés el peligro de perderte”.
Los premios Trinidad Guevara Revelación Masculina a Airaldo, el Argentores a la mejor obra de teatro para adultos, Teatro del Mundo al mejor autor y actor, el del Espectador de la Escuela de Espectadores de Mar del Plata, a la mejor dirección, mejor puesta en escena, mejor obra de teatro, mejor autoría, mejor actor y mejor actriz en el Festival de Teatro de Larroque de la provincia de Entre Ríos son algunos de los galardones que también hablan de su relevancia. Además de sus presentaciones en Ciudad de México. Nada como sus más de 40 mil espectadores, por supuesto.
“Mi corazón está con el juego del teatro. Muchas veces está puesto en la escritura y otras en la dirección. También en la actuación, aunque ahora hace un rato que no actúo y es algo que me gustaría volver a hacer”. Acaso Enamorarse es hablar corto y enredado sea la que más lo hace latir, o la de latido más fuerte, y si lo hace es porque su ser está puesto “en la teatralidad”. “Cuando ensayo una obra sinceramente lo que busco como raíz es la diversión, el juego, y poder generar una suerte de nuevo pensamiento con ese hecho artístico”.
Uno de los que se la juega por la camiseta. Así podría definirse a Airaldo. “Pero lo que pasa con Enamorarse… no es algo habitual. No es que cada obra que uno hace dura 8 años y tiene más de 300 funciones; más bien es al revés. Por eso los vínculos con los materiales siempre van a ser distintos. Tal vez es como los hijos: el corazón se va agrandando y son diferentes formas de querer”. Y ahí nombra a los otros: Sabalera (“un monólogo que al contrario de Enamorarse… habla más de la muerte, y es un material nuevo que recién empieza”); Geografías (“una obra que estrenó otro director y se presentó en el Patio de Actores y después en El Extranjero”). “Son diferentes formas de relaciones y diferentes formas de querer a cada una, pero el afecto y el trabajo está en todas”.
El día que alguien pueda descifrar antes de su presentación si una obra artística será o no exitosa tal vez el arte se termine: en todo el ludismo del arte, la incertidumbre que genera cómo será recibida es una zanahoria imposible de suplir. El lunes, con el diario que cuenta lo que pasó, es casi sencillo. Es más, de saberse de antemano, toneladas de literatura no habrían existido jamás, universidades completas serían cerradas por su inutilidad. Seguramente tampoco habría charlas de los lunes.
“La gente sale emocionada y encantada con el material. Y sigue sucediendo. Esperemos que ahora en el circuito comercial siga despertando lo mismo. Es una incógnita. Confío en que la gente siga teniendo la necesidad y las ganas de escuchar esos diálogos, la necesidad de la ternura en un mundo que está tan cruzado por la violencia y cierto cinismo: encontrarte con un material que respira esa suerte de amor encantado, un refugio así durante una hora es algo que transforma”.
¿Cuándo y dónde?
Enamorarse es hablar corto y enredado, de Leandro Airaldo. Con Emiliano Díaz, Sol Rodríguez Seoane. Viernes a las 20:15 (desde el viernes 10) en el Teatro Metropolitan, Sala 2, Av. Corrientes 1343, CABA.