Ni los macabeos ni los dragones con fuego. La Política, el Capital y el Imperio. Las tres “fuerzas del cielo” con los pies en la tierra.
1. La Política
Milei no cruzó ningún desierto ni ganó una batalla gracias a las fuerzas del cielo. La fuerza del libertario fue hacer política en la crisis.Mucho se ha discutido en la historia sobre “la autonomía de lo político”. Esta idea es particularmente importante en tiempos de crisis nacional.Y Milei, como sujeto político, es un emergente de la crisis. Su proyección se debe a la brutal iniciativa sobre el amplio estado de disponibilidad social, ideológica y cultural, latente en las masas de nuestro país.
Como emergente político trajo consigo una nueva narrativa. Se abalanzó sobre la escena con una interpelación mesiánica y autoritaria. Y fue victorioso en la contienda. Milei es un ideológico que se siente un profeta. Un profeta de una utopía reaccionaria. Tiene una idea para la crisis y busca refundar las creencias colectivas de nuestra sociedad.
Pero el libertario, como Presidente, busca transitar agitadamente la coyuntura hasta un punto de bifurcación. Un momento de no retorno. Milei es un Presidente que disputa la crisis. Busca desempatar más que gobernar. Busca vencer más que estabilizar. Milei convirtió la crisis en su método político. Como martillo sobre hierro caliente, odia la política pero cree en la sobre determinación que produce la política en la crisis. Ésta es su dimensión como “sujeto” y su concepción práctica de la política como fuerza superior.
2. El Capital
Lo que sucede es que la política no flota en el vacío y Milei no hace política sólo con la crisis sino con sus socios. Con aquellos donde reside ese poder y riqueza que no viene del cielo sino del trabajo, ajeno para ser más precisos, y que como alguien sugirió, chorrea sangre y lodo por todos lados; el gran Capital. Entre la Política y el Capital pasan cosas.
En ese punto, el vengador de la casta es un encomendado. Aquí aparece la dimensión de la política ya no como sujeto sino como representación. Pero no como representación a lo lejos, como es el caso de la representación política del ciudadano trabajador, sino como representación de los dueños de todo. Que cuando es así, es el gobierno de los dueños.
Por ello, la Asociación Empresaria Argentina y la AmCham lo apoyan y los empresarios más ricos nombran los funcionarios del gobierno. Es una típica situación instrumental del Estado. No desaparece, se vuelve de las corporaciones. La brutal devaluación, el DNU y la Ley Ómnibus, la propuesta del Pacto de Mayo, o el alarde de la motosierra y la licuadora, son todas políticas de una profunda reforma del Estado y de la economía a favor del gran capital. Cada paso es un juego en la cornisa para sostener la relación entre la Política y el Capital, entre la democracia y la agonía de la política.
3. El Imperio
También sucede que esos intereses no son el final de la curva. En política siempre hay un norte. Y en este caso es literal. Porque en nuestro mundo hace mucho que las cosas no suceden de forma aislada. Es aquí donde aparece la dimensión de la política en modo agente. Porque entre la Política y el Imperio también pasan cosas.
El regreso del alineamiento colonial a EEUU se da en un momento estratégico. La transición multipolar a nivel global, y el ingreso argentino al BRICS ampliado, en función de nuestros recursos naturales, posición estratégica y capacidades nacionales emergentes. Alarmados, volvieron con la Doctrina Monroe para sacarnos de la mesa con las nuevas potencias y meternos en el menú del Imperio.
La desarticulación del Estado y de la economía, de la soberanía energética, de las capacidades científico tecnológicas, del control y reclamo en el Atlántico Sur, de la regulación sobre la extranjerización de las tierras, del control de recursos naturales y rutas navegables estratégicas, de la identidad y la cultura nacional, forman parte de la revancha de aquel “Braden o Perón”.
Como en los viejos galeones que surcaban el mar, Milei encara como mascarón de proa de un proyecto profundo para la Argentina. El proyecto de disolución nacional en esta bisagra de la historia. Y para ello se han unido las tres “fuerzas del cielo” en la tierra.