Después de dos años, las mujeres y personas LGBT toman sus banderas, un pliego de justos reclamos y vuelven a salir a las calles. Lo harán, como hace años, para el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras.
No fueron dos años cualquiera. Fueron dos años de pandemia (la última marcha masiva que hubo en la Argentina fue, precisamente, la del 8 de marzo de 2020) en los que las desigualdades en todo el mundo se profundizaron; en los que las mujeres y diversidades tuvieron que hacer malabares para resistir los embates de una crisis económica que se gestó durante los cuatro años de macrismo y se agudizó, sobre todo, en 2020.
El trabajo home office marcó en particular a las mujeres, eternas encargadas de las tareas de cuidado de niñes, adultes y quien fuera en la casa que lo necesitara. Horas frente al monitor, horas en casa estirando el día para cumplir con el trabajo, con la cocina, con la limpieza y la educación de hijes.
También fueron las mujeres quienes estuvieron en la primera línea de fuego en los sectores más vulnerados. Ellas contuvieron el hambre, el frío y las situaciones de violencia. Muchas murieron. La población travesti trans tampoco salió ilesa de esta crisis. Se evidenció la falta de inclusión laboral, el escaso acceso a planes sociales y la nula posibilidad de tener una vivienda.
Sin embargo, las ganas de salir a las calles no se fueron jamás. Producto de grandes luchas, 2021 comenzó con la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo aprobada y, a mitad de año, la aprobación de la ley Diana Sacayán y Lohana Berkins abrió un camino de esperanza para ese sector relegado.
Esto demostró que las conquistas se ganan siempre en las calles. Este año, el amplio, diverso y extenso movimiento de mujeres apunta directamente a lo que nos marcó durante la pandemia: la desigualdad.
El 8 de marzo llega, por lo tanto, con un pliego de reclamos sociales y económicos donde el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es el principal señalado.
Las observaciones desde el Estado
En 2020 se creó la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía. La primera medida fue la de un informe sobre la brecha salarial que permitió observar qué pasó en los dos años de pandemia. “Observamos que la crisis que instaló el Covid tuvo un efecto más fuerte sobre las mujeres. Eso se ve en todos los indicadores socioeconómicos: mayor nivel de desempleo, menor posibilidad de insertarse en el mercado laboral. Vimos en el primer año un retroceso al año 2002”, detalla a Tiempo Argentino, Mercedes D’Alessandro, titular de esa dirección.
Indica que también se observó que apenas comenzó a moverse la actividad en 2021 y con una ocupación económica en ciernes, las mujeres volvieron al mercado laboral, pero a un ritmo más lento. “Los cuidados jugaron un rol muy importante para esa diferencia porque durante todo 2020 y parte de 2021 las medidas de cuidado interrumpieron los cuidados familiares. Es decir que todas las estrategias formales e informales de cuidado cayeron sobre las mujeres”, afirma D’Alessandro.
Esto cambia a fines de 2021 cuando la inserción de las mujeres en el mercado laboral vuelve a niveles prepandemia con niveles récord de participación.
Para D’Alessandro, una de las hipótesis sobre esa mejora puede ser la cantidad de incentivos a empresas para que contraten mujeres o al estímulo de ingresar a las mujeres en directorios, y estímulos para la capacitación de mujeres. “El Previaje fue un estímulo muy grande dado que participan tareas muy feminizadas como la gastronomía o la hotelería”, analiza.
De acuerdo al informe presentado por la Mesa Federal de Políticas Económicas con Perspectiva de Género titulado “Fortalecer la Recuperación Económica con más Igualdad”, la serie de medidas con las que se pretende combatir la desigualdad económica está garantizada por las mujeres que integran los espacios de gobiernos que permiten pensar y diseñar los presupuestos para tal fin.
La deuda con las trabajadoras
Dina Sánchez es secretaria adjunta de la UTEP y vocera nacional del Frente Popular Darío Santillán. Durante los últimos dos años, reclamó intensamente junto a otras organizaciones y colectivos el reconocimiento para las trabajadoras de la economía popular. Hoy, la organización a la que pertenece es una de las que convoca para salir a las calles.
“En este 8 de marzo planteamos nuevamente la fuerza que tienen los trabajos de cuidado, desde el comedor, el merendero. La pandemia mostró que las ollas fueron fundamentales. Puedo hablarlo desde nuestro sector, pero también desde nuestros barrios. No tuvimos presencia en las calles, pero no nos fuimos jamás de los barrios, nuestros espacios funcionaron de lunes a lunes”, explica Dina.
Dentro del mundo de las trabajadoras, las de prensa vivieron también un gran cimbronazo: por las tareas de cuidado, por el trabajo remoto y por la eterna brecha salarial. “Lo que pasó fue que dejó en evidencia primero la precarización laboral en la que las mujeres tenemos que tener una gran cantidad de trabajos para llegar a un salario, y además, tuvimos que ocuparnos de las tareas de cuidado. Por otro lado, cuando hay una crisis de estas características muchos medios quedan sin la pauta y sufren una gran caída económica y que impacta sobre nosotras”, analiza Micaela Polak, responsable de Género del Sindicato de Prensa de Buenos Aires.
La consigna que une a las trabajadoras este año es la deuda. “Tenemos un montón de leyes feministas para la equidad y para la erradicación de violencias por motivos de género que no se aplican por falta de presupuesto. No se aplican hoy. Y, por lo tanto, creemos que con un acuerdo con el FMI eso va a ser directamente imposible”, afirma Polak.
“Vivimos mucha angustia con la firma con el FMI”, dice Dina. “No tenemos un panorama claro, pero desde que empezamos a escuchar acerca de aumentos de gas, luz, una dice: ‘la volvemos a pagar nosotras’. Creo que ningún acuerdo es bueno, pero nos parece que ese acuerdo nos va a pegar fuertemente a nosotras. Que nos digan ‘no va a haber más planes’, mal llamado plan porque es un programa de fortalecimiento de la economía popular que es el que nos da respuestas a nosotras”, agrega. “Este 8 de marzo llegamos con las asambleas, que también nos costó sostenerlas por la variante Ómicron. Por todas estas cosas es fundamental estar en la calle con consignas claras y una de ellas es la deuda es con nosotres”. «
La convocatoria y las consignas para el martes
El colectivo Ni Una Menos (NUM) convocó a un paro feminista internacional y a una movilización al Congreso Nacional para este martes 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, con la consigna “La deuda es con nosotres y nosotras. ¡Que la paguen los que la fugaron!”, el movimiento convoca a concentrar a partir de las 16 en avenida 9 de Julio, para marchar hasta el Congreso.
Desde la organización afirmaron que la consigna de la marcha tiene que ver con «marcar cuáles son las deudas que el Estado y el gobierno tienen con las mujeres y las disidencias, y que claramente tienen que ser priorizadas antes que cualquier pago de la deuda externa».
Entre las reivindicaciones que levantarán este martes, estará el reconocimiento para las trabajadoras de la economía popular que estuvieron en la primera línea de la pandemia, salarios por encima de la inflación y la aplicación de la Ley de Cupo Travesti Trans.